El diálogo

La cita textual no se limita a las demás películas. En Seven no sólo tenemos las imágenes de los libros que Somerset consulta (cuadros de Hieronymus Bosch y Alberto Durero, grabados de escenas bíblicas del Génesis y el Libro del Apocalipsis, e ilustraciones de episodios de La divina comedia, de Dante, y Paraíso perdido, de Milton), sino que además su significado toma forma plenamente en contraposición con otro texto: una grabación de la música orquestal de J. S. Bach, que es sobria, digna y equilibrada, en comparación con unas imágenes retorcidas y deformes. Los textos se hablan unos a otros.

Tales referencias avivan el antiguo debate sobre qué prevalecerá sobre el género humano: el ángel o el demonio. La contestación ambivalente que ofrece la película está en la respuesta a la cita sacada de la novela de Ernest Hemingway Por quién dobla las campanas (1940). De esta manera, la intertextualidad crea un nexo entre ideas y temas que de otro modo no tendrían conexión, y conecta la película con la “base de datos» que está cargada en el público. Al hacer uso de otros textos y discursos, los significados se doblan e intensifican y un thriller moderno adquiere una resonancia intemporal.

A pesar de que estas manifiestas referencias a otros textos son más bien poco comunes, son un claro ejemplo de algo que, de hecho, pasa todo el tiempo. Los textos están coincidiendo y sobreponiéndose de un modo continuo tanto en la pantalla como en nuestra mente. El significado de cada sonrisa angelical y cada mirada demoniaca que vemos es interpretado sobre el denso fondo intertextual que conforma nuestra memoria cultural compartida.

Scream 2 (dir. Wes Craven, 1997) pone de manifiesto este fondo intertextual: no sólo parodiando a las películas de terror en general, sino también haciendo referencia a la primera película. Cuando los personajes ven una película basada en los hechos ocurridos en Scream, y después debaten sobre las características que debe tener una secuela de terror, las ironías entre ellos y las autorreferencias forman parte integrante de la broma.