El sábado 28 de Diciembre nos juntamos cuatro amigos senderistas para hacer uso del último bonoruta del año. Como alguno de los caminantes tenía un compromiso social por la tarde decidimos dirigirnos a una zona cercana a Santander y para ello fuimos hacia territorio Meracho, en concreto nos dirigimos al pueblo de Mirones, que ya había sido el punto de inicio de varias de las rutas realizadas en otras ocasiones.
En esta ocasión íbamos a hacer una variante, en vez de irnos hacia el oeste, como en las anteriores ocasiones, esta vez iríamos hacia el este, donde destaca una enorme pared rocosa que parece inaccesible, la cual se encuentra en el margen derecha del Miera y que se conoce con el nombre de Peña Yagos.
Una vez en el pueblo de Mirones nos dirigimos hacia el barrio de La Vega, el cual se encuentra en el margen derecho del río Miera. Este barrio se encuentra pasando un puente sobre dicho río. Para ello fuimos hacia el consultorio médico, que se encuentra justo al lado del Pabellón deportivo y en el parking del consultorio, el cual estaba cerrado por ser Sábado, dejamos aparcado el coche.
Para descargar el track para GPS desde Wikiloc pinchar aquí: (hay que registrarse en Wikiloc)
Para ver una breve crónica de la ruta y el vídeo de la ruta pinchar aquí
En ese punto nos preparamos para iniciar la ruta, botas mochilas, GPS y a caminar. Lo primero que hicimos fue cruzar el puente sobre el río Miera, desde el que se podía ver la pared rocosa inexpulgable desde esta cara, pero no dirigiéndose por su parte trasera.
Nada más cruzar el puente entramos en el barrio de La Vega y nos encontramos un camino fluvial que se dirige hacia la derecha, el cual no cogemos y por el cual haríamos el camino de regreso de esta ruta circular. En vez de coger este sendero fluvial nos dirigimos, entre unas casa, por el primer desvío a la izquierda nada más cruzar el puente. Este desvío se encuentra marcado con las franjas blancas y amarillas de un PR sobre un poste de la luz.
Nada más cruzar las casas entramos en unos prados en los que hay una pequeña senda y buscamos un caminillo que nos dirige hacia el río Miera y empezamos caminar paralelos al río por este sendero bordeado de avellanos y que va en dirección noreste.
Ahora lo único que tenemos que hacer es seguir por este sendero fluvial que va paralelo al río y que se encuentra en las faldas de Peña Yagos. A poco más de 500 metros desde que cruzamos el puente nos encontramos. a mano derecha, la primera de las cabañas que en esta zona las llaman cuadras.
A los ochocientos metros de habernos encontrado esta cuadra nos encontramos, también a nuestra derecha la segunda de las cuadras.
A los seiscientos metros de esta cuadra nos encontramos la tercera de las cuadras, en al que destaca al fondo una gran cima rocosa en forma de pirámide.
Un poco más adelante podemos tener una perfecta vista de esta cima rocosa, iluminada parcialmente por el sol. Esta cima se la conoce con el nombre de Peña Berzosa y se encuentra en el barrio de Mortesante y ya pasamos bajo ella en otra ocasión cuando realizamos el ascenso a Peña Pelada desde Mirones. Para ver la ruta pinchar aquí.
A los pocos metros de la última cabaña nos encontramos una pared vertical en la que destacan diferentes puntos de anclaje de escalada y alguna cuerda. Esta debe ser una pared frecuentada por escaladores.
Una vez pasada esta pared de escalada, así como Peña Berzosa tenemos una magnífica vista al norte de las cimas rocosas que se encuentran al sur de Liérganes y La Cavada, como son Las Tetas de Liérganes (Marimón y el Cotillamón), Peña Redonda, Pico de la Hoya Primera, Peña Coba, La Muela, … y en la que destaca, por delante, la línea eléctrica de Alta Tensión (400 kV) de REE que va de Soto de Ribera – Penagos – Güeñes (Asturias – Cantabria – Vizcaya)
Cuando llevábamos caminados aproximadamente 2,5 km nos encontramos a la izquierda del camino una nueva cuadra escondida entre la maleza
Nada más dejar atrás esta cuadra llegamos a una bifurcación importante en el sendero, por una parte, el camino que va hacia la izquierda, sigue el cauce del río y por la otra, que va hacia la derecha y que es el camino que seguimos, que va hacia el barranco el Recuvillo.
Al llegar a la bifurcación giramos 90º hacia la derecha e iniciamos un ascenso bastante largo por el barranco Recuvillo entre avellanos, robles y acebos.
El ascenso por el barranco iba alternando el camino por un senderillo paralelo al arroyo totalmente seco o por el propio cauce, totalmente empedrado, del arroyo. Tuvimos que cruzar el curso del arroyo en varias ocasiones para facilitar el ascenso. A los 500 metros pasamos junto a la primera cabaña, la cual la dejamos a nuestra izquierda.
A los 400 metros de esta cabaña, siguiendo caminado por el barranco, nos encontramos una nueva cabaña, esta vez a la derecha del camino, en la que destaca un deposito para la recogida de agua con un grifo de los de toda la vida.
Al cabo de unos metros de esta última cabaña, salimos a una zona más despejada en la que cambia totalmente el paisaje, desaparecen los avellanos, los robles y los acebos, siendo sustituidos por una zona herbosa de hierba alta y que continua en ascenso, aunque ahora más pindio.
Una vez ascendido un poco más echamos la vista atrás y podemos observar todo el camino que hemos seguido ascendiendo por el barranco de Recuvillo.
En este ascenso llegamos a una pista que parecía recién creada y desde la que se podía observar un posible ascenso a nuestro destino final, un collado entre la Mota Grande (646 m.) y la Peña de Los Campanarios (585 m.).
Como el ascenso por este collado nos parecía bastante pindio y poco claro decidimos seguir ascendiendo por senderillos entre la hierba hacia el collado de La Sotilla.
Aunque nosotros estuvimos ascendiendo campo a través hacia el collado, podíamos haber ascendido más fácilmente por la pista, la cual es totalmente nueva, ya que ni siquiera estaba marcada en el plano del IGN, ni en la imagen satélite de Google maps.
Una vez en el collado de la Sotilla echamos una vista atrás en dirección norte y teníamos una magnífica vista de la Peña el Campanario, las Tetas de Liérganes (Marimón y el Cotillamón), Peña Redonda, Pico de la Hoya Primera, Peña Coba, La Muela, …
Desde un poco más adelante, además de las cimas vistas anteriormente, también se tenía una perfecta vista de Santander con Peña Cabarga (Pico Llen, 569 m.) justo delante, con su enorme antena en la cima.
Una vez en el collado de la Sotilla nos dirigimos por un sendero hacia el oeste buscando un nuevo collado y que nos facilite el ascenso a la Mota Grande.
Una vez en este nuevo collado giramos en dirección sur, siguiendo la crestera que asciende hacia la Mota Grande. Una vez en la cima las vistas eran espectaculares. Por un lado de podía ver Peña Lavalle (1.035 m.), el Mosquitero (1.206m), Peñas Gordas, el Porracolina (1.414 m.)
Así como una magnífica vista del cauce del Miera cubierta de una capa de niebla, con el Castro Valnera (1.718 m.) al fondo y el buzón indicando Peña Yagos en primer plano, aunque realmente no es Peña Yagos, sino la Mota Grande (646 m.). Se llama Peña Yagos a todo el conjunto rocoso.
También se podía ver al oeste el pueblo de Mirones, desde el que habíamos iniciado la ruta, con barrio de la Cantolla y Hotel París destacando, también al fondo se ven Las Enguinzas y Peña Pelada (712 m.)
y como no, al norte se veía las cimas del sur de la bahía de Santander y la propia ciudad en la que destaca el Palacio de la Magdalena.
Así mismo, después de alcanzar la cima nos hicimos la típica fotografía de un selfie en el que se podía comprobar que habíamos alcanzado cima los cuatro.
Una vez acabado el reportaje fotográfico iniciamos el descenso para dirigirnos a nuestro siguiente objetivo, Las Garmas. Para ello nos dirigimos en dirección noreste, cuesta abajo hacia el Collado de la Sotilla en el que previamente habíamos estado.
Una vez en el collado cogemos una pista primero en dirección sur
A los pocos metros la pista cambia totalmente de dirección, en dirección norte y caminando por la pista que deja a la derecha el cerrado de un extenso prado hasta que alcanzamos una portilla la cual atravesamos.
Siguiendo por la pista llegamos a una cabaña, la cual se encontraba al final de la pista.
Una vez en la cabaña buscamos un sendero que se dirigía a una cima, Peñal de Brenas (657 m.) en la que destacaba una gran antena, la cual, según nos contó un meracho, se trataba de una estación meteorológica que habían instalado tres semanas antes y que parece la han instalado para hacer un estudio de los vientos e instalar, en un futuro, un parque eólico. De ahí la nueva pista que no aparece en los planos.
Una vez pasada esta pequeña loma salimos a una pista desde la que podemos tener una vista de la zona de Noja, Santoña, …
Cogemos la pista hacia la derecha en la que vemos al fondo la cima de Las Garmas y el collado de Cullahermoso.
Siguiendo por esta pista nos encontramos una cabaña la cual dejamos a mano izquierda, al igual que nos quedará a la izquierda el colado de Cullahermoso.
Seguimos por el sendero después de dejar la cabaña, ignorando los pequeños desvíos. Iniciamos el ascenso hacia la roca caliza que tenemos en frente, Las Garmas, la cual se llama así por la gran cantidad de lapiaces y torcas que hay por esta zona. Cuando estamos bajo la roca, la ascendemos buscando la subida más fácil, aunque en algunas ocasiones nos tendríamos que ayudar con las manos.
Encontramos una zona en la que había menos rocas y llegamos a la zona superior. Una vez arriba seguimos hacia el sur, despacio y con mucho cuidado, ya que es una zona con muchos lapiaces o garmas como lo llaman los sobanos.
Estuvimos caminando durante un buen rato sobre esta zona complicada de lapiaces, siempre en dirección sur buscando la cima, la cual la encontramos a los 200 metros aproximadamente de donde habíamos escalado por las rocas. la cima se distinguía fácilmente ya que había un punto geodésico. Nos encontrábamos en La Garma (706 m.)
Desde este punto geodésico las vista eran espectaculares, así que realicé una panorámica desde este punto.
También desde la cima estuvimos buscando el camino más adecuado, ya que es una zona complicada para caminar debido a la gran cantidad de lapiaces que hay en este tramo. Vimos que lo mejor era dirigirnos hacia la siguiente cima al sur, la cima de La Garma Blanca.
A los 10 minutos ya habíamos alcanzado la cima de La Garma Blanca (706 m.), la cual se distingue por un hito de rocas amontonadas.
Desde este punto buscamos el camino más fácil para descender y nos pareció que el más adecuado era dirigirnos a un collado entre La Garma Blanca y La Mesa, junto al camino.
El descenso estaba bastante complicado y en alguna ocasión tuvimos que echar las manos al suelo y arrastrarnos un poco para evitar una caída innecesaria.
Al llegar a la parte baja de esta zona rocosa dejamos a nuestra derecha otra pequeña cima rocosa y nos dirigimos hacia una zona más baja donde encontramos un cerrado para el ganado.
Toda esta zona estaba vallada y no nos quedó más remedio que subirnos por la vaya para salvar este pequeño obstáculo y podernos dirigir por el sendero hacia el collado.
Seguimos por este sendero hasta que llegamos al collado donde encontramos una pista, que en principio la íbamos a tomar a mano derecha, pero que al final tomamos hacia la izquierda, siguiendo las indicaciones del plano que llevábamos. Ya en la pista comenzamos un ligero ascenso y cuando comenzamos a llanear y bajar, seguimos por la derecha, ignorando la pista de la izquierda.
Continuamos por esta pista en ascenso dejando a nuestra izquierda una cabaña y poco después otra. A nuestra derecha se encuentra la cima de La Mesa.
Ya en la parte final del ascenso se tenían unas magníficas vistas de Peña Lavalle, Mosquitero, Peñas Gordas y el Porracolina.
A los pocos metros nos encontramos una portilla con un paso canadiense y llegamos a la pista que sube desde el cercano collado de la Maza, el cual se encuentra a nuestra izquierda.
No cogemos la pista que baja hacia el collado de la Maza, sino que cogemos el camino de la izquierda que nos dirigirá hacia el pueblo de Mirones.
A los muy pocos metros de caminar por la pista, la dejamos y seguimos un poco por debajo, a la izquierda por un sendero que seguimos todo al este hasta llegar al cerrado de un prado. En mitad de este sendero decidimos hacer una parada para reponer fuerzas.
Llegamos al cerrado del prado el cual deberemos seguir.
Seguimos el cerrado del prado, el cual dejamos a nuestra izquierda, teniendo cuidado en el descenso ya que es bastante pindio y además había varios tramos en los que la alambrada está rota y se intercala en el suelo, entre la hierba, lo que hizo que nos tropezásemos varias veces.
Bajamos paralelos al cerrado del prado hasta llegar al camino que da acceso al prado. Cruzamos este camino y nos vamos, campo a través, en diagonal hasta alcanzar la pista que vemos más abajo, teniendo la precaución de no irnos muy a la izquierda, ya que es una zona muy empedrada y muy complicada de atravesar. Una vez en la pista la seguimos hacia la izquierda.
Ya desde la pista se podía ver el largo y pindio descenso que habíamos realizado.
Continuamos descendiendo por la pista, todo hacia abajo, ignorando cualquier desvío.
Bajando por esta pista llegamos a un punto desde el que se puede ver fácilmente el barrio de La Cantolla, con el antiguo hotel París, hoy rehabilitado como casa de una familia conocida de Santander.
En este sendero nos encontramos varias cabañas a ambos lados y seguimos descendiendo por la pista sin desviarnos
Seguimos descendiendo por la pista hasta que llegamos a la entrada de un eucaliptal, teniendo la precaución de coger el sendero de la izquierda y que nos dirige hacia su interior.
Continuamos descendiendo por todo el camino en medio del eucaliptal, camino en bastante mal estado por la acción de las aguas en el terreno.
Ya bastante abajo, en una curva, ignoramos un camino que sale a la derecha y ahora todo seguido hasta llegar al puente «Romano» sobre el río Miera, el cual tenía una valla para evitar que fuese atravesado.
El puente se puede cruzar, pero en ese caso tendríamos que ir el último tramo por la carretera
y como nosotros preferimos ir por caminos, nos fuimos por el margen derecho del río Miera, por la senda fluvial la cual comenzaba allí y que estaba marcado con un indicador.
Justo en este punto, junto al puente «Romano» nos encontramos con un meracho de toda la vida, el cual nos estuvo contando diferentes aspectos de la vida meracha. Se trataba de Juanjo, el de América, ya que tal y como nos dijo, estuvo trabajando 20 años en América en una fábrica química junto al río Hudson. Nos sorprendió el hecho de irse a América sin conocer el idioma para ganarse la vida hasta llegar a una edad en la que vino de vacaciones a Mirones y decidió no irse y dedicarse a las vacas, los prados, …
Nos contó que es bastante conocido y que fue la imagen de un calendario de hace varios años y del cual hay una fotografía en el restaurante Casa Navarro de Pámanes, y como no, al acabar la ruta fuimos a tomar un refresco a dicho local y allí pudios ver que, entre varias imágenes de Jesús Gil y Gil, ya que deben ser seguidores del Atlético de Madrid.
Para ver la ruta en Wikiloc pinchar sobre la imagen.
Curva de altura en función del tiempo de marcha.
Mirones – Peña Yagos – La Garma – Mirones | |
Distancia Total | Ruta circular de 14 km. |
Duración Total | El recorrido lo hicimos en seis horas y 20 minutos minutos, y estaríamos parados 1 hora entre la comida y la charla con Juanjo. |
Dificultad | La ruta es de nivel medio. |
Desnivel | El desnivel es de aproximadamente 540 m. con un desnivel acumulado de unos 850 m. |
Tipo de camino | Todo el camino fue por senderos, pistas, y varios tramos campo a través, algunos por zonas de lapiaces. |
Agua potable | Encontramos varios arroyos en los que se podría beber agua y en varias cabañas había depósitos de agua. |
Época recomendada | Se puede hacer en cualquier época del año ya que incluso en invierno es difícil que esté cubierto de nieve. La única dificultad es hacerla después de fuertes lluvias al subir por el Barranco de Recuvillo. |
Cartografía y Bibliografía | Hoja 59-I (Sarón) y 59-II (Arredondo) a escala 1:25.000 del Instituto Geográfico Nacional. |
Track GPS | Enlace a track para GPS en Wikiloc |
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