¿Para qué preguntas ‘para qué’?

¿Para qué preguntas ‘para qué’?

-Dicen que teniendo una hacienda que administrar derrochó todo por libros de caballería que lo hicieron desvariar. –Mezquindad con los suyos y derroche en trivialidades lo hicieron enloquecer, no hay más, porque no creo que el caballero tuviera un punto medio al actuar. -Sí, yo tampoco creo que él anduviera midiendo nada. Vivía cada una de sus aventuras, no las posponía, no las catalogaba ni las desperdiciaba. No, no sólo vivía su vida como última opción. Vivía su vida como la única posibilidad de encontrar aventuras. -¿No sabía lo que venía? –Sí, otra aventura que gustoso aceptaba. –¿Acaso no se quedaba en la Mancha esperando a que los tuertos se juntasen a su puerta y ya mendigos le pidiesen, ¡Enderézanos!? –No. ¿Así cómo pertenecer a la orden de caballería andante?

-¿Para qué salía? -El caballero de la triste figura iba en busca de aventuras para encontrar justicia. -¿Pero después mandaba a los gigantes o villanos del camino a que se reportaran con Dulcinea del Toboso y le dijeran que a su servició estaban? ¿No los humillaba? -Quizá ellos llegaban humillados –si cumplían su palabra de ir- pero no creo que lo hiciera para humillarlos, sino para que vieran por quién luchaba el caballero. -¡Y causar envidias! -Luchaba para una vez enderezados los tuertos no guardasen rencor, más bien antes para que se pusieran al servicio del amor. Aunque claro, si iban o no, eso es algo que sólo el villano en turno sabía. El caballero no derrota y humilla, que no es mezquino. Pero tampoco pierde la oportunidad de hacer justicia. -¿Y quieres salir a vagar? -¡Sí, yo quiero salir a vagar! -¿Tú no? -¿Para qué?

Javel

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