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ERH Hola Agustín, en un periodo muy corto de tiempo han aparecido dos obras literarias tuyas, y esto se debe a… Rebobinemos un poco, creo que lo primero que debería haber hecho es dejarte la palabra y que te presentaras para que todo el que se acerca a este espacio te conozca de primera mano.
AC Bien, pues me llamo Agustín Cadena Rubio y tengo 47 años. Nací en la región desértica del Valle del Mezquital, en México, de una familia de artesanos y pequeños comerciantes. Esto —el haber crecido viendo cómo mis padres trabajaban para dar forma a la materia bruta, cómo cortaban, pegaban pulían, mirando una y otra ves la obra en proceso hasta que quedaban satisfechos con el resultado— fue determinante en mi formación como escritor. Me dio un sentido del oficio. Y mis padres nunca vieron mal que yo quisiera escribir; al contrario, me alentaban. Supongo que veían o intuían la conexión entre esta profesión y la suya. Estudié literatura en la Universidad Nacional de México y, casi desde que terminé, me dediqué a dar clases en distintas universidades. Esto me permitió pasar temporadas más o menos largas en diferentes países, lo cual ha nutrido mucho mi escritura. Publiqué mi primer libro en 1993, que fue de poesía, y hasta la fecha he publicado casi treinta libros de casi todos los géneros literarios.
ERH Para posicionarnos. Simultaneas tu faceta de escritor con la de profesor. ¿Cómo te llevas contigo mismo en esta alternancia?
AC Las dos facetas se nutren recíprocamente. En mis talleres de creación literaria, aprendo mucho sobre mi propia escritura. Ayudando a otros a ver los problemas de su trabajo, uno aprende a ver los del suyo. Además, dar clases me permite mantenerme conectado con las personas. Soy un poco misántropo, me gusta la soledad y, si no fuera por el trabajo en la universidad, ya me habría vuelto loco.
ERH Creo que eres de las excepciones ¿Has sido y eres profeta en tu tierra antes que en otros lares? Corrígeme si me equivoco. Publicas en México, tu país, aunque hace ya años que vives fuera. Muchos otros tienen que salir fuera para dar a conocer sus trabajos.
AC Al principio fue muy difícil lograr que les abrieran las puertas a mis libros. Todavía lo es, a veces.
ERH Particularmente creo que hay que ser muy generoso para dedicarse a la enseñanza. ¿Tus alumnos al tiempo que recogen, te aportan algo? ¿Cómo es esa relación?
AC Yo no soy generoso, soy egoísta; ése es uno de los defectos de mi carácter. Para compensar un poco, trato de darles a mis alumnos todo lo que puedo. Y finalmente, el egoísmo funciona: aprendo de ellos. Al cabo del tiempo algunos se han vuelto amigos entrañables y constantes, que están atentos a mi vida y a mis publicaciones. Y claro, también ha sucedido que me enamore de mis alumnas. La cercanía de la juventud me hace sentir bien: me reconcilia con el mundo.
ERH En cuanto al texto escrito, creo que hay dos clases de placeres. Uno el que se obtiene de la lectura y otro el que se experimenta al escribir. ¿Qué me puedes decir sobre este tema?
AC No toda lectura es placentera. Eso lo sabemos los profesores. Tampoco escribir es siempre placentero: hay mucho de sufrimiento en ello. Se avanza a tientas, a ciegas, con incertidumbre, con muchas dudas. Y es muy esclavizante: uno está trabajando incluso cuando come, cuando se baña. Mario Vargas Llosa lo compara con tener una solitaria en el estómago y tiene razón. Claro, tiene sus momentos buenos, momentos en los que uno siente como si hubiera visto una luz muy grande. En este punto, la experiencia, efectivamente, puede conectarse con la lectura. He llegado a llorar con un libro, y ésas han sido las lágrimas más gozosas de mi vida.
ERH Alternas la escritura para jóvenes con la de adultos, si es que está bien expresado. ¿Cómo encajas estas habilidades, se llevan bien esos yo entre ellos?
AC Cuando me siento muy cansado o muy desgastado de escribir para adultos, descanso escribiendo para jóvenes. Es más relajado y más divertido. Es como ponerse a charlar con un grupo de niños después de dar clases en la universidad: un vaso de agua fresca después del vino.
ERH ¿Tus libros llegan a España? ¿De no ser así te preocupa?
AC Mis libros no se han comercializado en España, pero sí llegan, gracias a algunos lectores que los compran en México y se los llevan o los ordenan a través de la internet. Y gracias a mis publicaciones electrónicas tengo muy buenos lectores en España; siguen lo que voy publicando y ya me han invitado a colaborar en algunas revistas impresas.
ERH El fenómeno Internet ¿cómo lo percibes? ¿Te asusta, lo ves positivo, te desborda?
AC Me parece algo muy positivo: un saludable contrapeso a las grandes editoriales que sólo piensan en ganar dinero y en manipular el gusto de los lectores. Y ahora, con inventos como el I-pad, todo es aún más cómodo y eficiente. Creo que ahí está el futuro de los escritores: en la red.
ERH Crees que realmente hay algún tipo de pugna entre los libros electrónicos y los de papel de toda la vida. ¿Es para ti un avance o un retroceso?
AC Me parece que mi respuesta a la pregunta anterior vale también para ésta.
ERH En pintura hay muchas clases de pintores. Están los que desde pequeños nacen con determinadas habilidades; están los domingueros, que aprovechan el fin de semana para pintar al aire libre una puesta de sol; también los que pasan por la academia para tener un oficio, etc… ¿Ocurre en la literatura los mismo?
AC Sí, lo mismo.
ERH Si tuviéramos que empezar a leer otra vez ¿Por dónde deberíamos comenzar?
AC Deberíamos cerrar los ojos y pasar los dedos por los lomos de los libros, a ver cuál nos llama. Creo que cada lector tiene los autores que se merece y que, por lo mismo, nosotros no encontramos lo libros; ellos nos encuentran a nosotros. Hay que confiar en esta intuición: ley de vibración, le llaman los hermetistas.
ERH ¿Quiénes son para ti los autores fundamentales?
AC En mi vida han sido fundamentales los escritores del siglo XIX. Como muchos lectores precoces, empecé leyendo a Dumas, a Dickens, a Jack London, y luego, en la adolescencia, continué con Dostoievsky. Desde luego, me han marcado otros grandes autores de épocas anteriores —como Esquilo, Dante, Cervantes, Shakespeare— o posteriores, como muchos del siglo XX. Pero mi mundo literario es básicamente decimonónico, y éste es el período en el cual me he especializado en mi vida académica.
ERH Hace poco un escritor sudamericano decía que los escritores españoles están más atentos a lo que se escribe en Sudamérica que a lo que se hace aquí. Y que en estos tiempos los escritores españoles vagan aquí sin rumbo. ¿Comulgas con esta opinión, o tu percepción desde fuera es diferente?
AC No lo sé porque nunca he vivido en España.
ERH ¿Crees que la escritura que se hace actualmente en Sudamérica sufre las influencias de la narración periodística?
AC No, no lo creo. Hay muy buenos escritores que empezaron en el periodismo, pero no es una regla general. De hecho, son los menos.
ERH Si tuvieras que hablar de escritores de toda la vida ¿Qué lugar ocuparían para ti los escritores rusos?
AC Bueno, han sido una gran influencia y una gran fuente de inspiración, primero Dostoievsky y Tolstoi y, en los últimos años, Bulgakov. Pero también han sido muy importantes para mí los escritores ingleses y los franceses.
ERH ¿Cómo sería la literatura norteamericana sin Chejov? ¿Los norteamericanos tienen hoy componentes suficientes en su cultura para desarrollarse por sí mismos sin mirar a los escritores del viejo continente?
AC Los norteamericanos tienen dos grandes cualidades: una es que siempre han sido muy receptivos a las influencias del exterior; la otra, que tienen una gran capacidad para dejar etapas atrás y volver a empezar. Estas dos virtudes les permiten una autonomía relativa. Pero en esta época ya ninguna cultura puede estar aislada. En cuanto a cómo se habría desarrollado su literatura sin Chejov, seguramente sería distinta. La literatura es como una malla: todo está relacionado, no se puede explicar la existencia de ninguno de sus elementos sin la concurrencia de todos los demás. ¿Cómo sería la literatura latinoamericana sin Edgar Allan Poe?
ERH Centrándonos en tu libro Las tentaciones de la dicha, en algunos relatos el vampiro está presente. Creo que la tradición vampírica o el interés por estos seres en México viene de antiguo. El cine mexicano nos mostró sus particulares adaptaciones como la mítica “Santo, el enmascarado de plata contra las mujeres vampiro”. ¿Cómo pervive el vampiro en el México actual? ¿Es su condición de no-muerto lo que engancha? ¿Es Hollywood el artífice de este mito?
AC Ciertamente, en México tenemos nuestros propios vampiros desde la época prehispánica. Los arquetipos vinculados a la sangre humana son muy fuertes en nuestro inconsciente colectivo. Recordemos que, en su primera entrevista, el emperador Moctezuma II le ofreció al capitán Hernán Cortés unas tortillas salpicadas con sangre como presente real. La sangre era la fuente de la vida para los antiguos mexicanos, igual que para los vampiros de las leyendas. Y, en efecto, la época moderna ha ofrecido su propia versión de estas tradiciones. Ahí, están por ejemplo, las historias del chupacabras. Las películas de Hollywood son como la versión descafeinada de todo esto.
ERH En un momento en el que el género parecía agotado resurge el vampiro en la literatura para adolescentes derivando hacia el séptimo arte de la mano de Hollywood ¿Qué pensaría Bram Stoker de todo esto?
AC Los nuevos vampiros políticamente correctos, que se dicen “vegetarianos” porque sólo se alimentan de animales pequeños, me parecen patéticos: una traición vergonzosa al género. Y una muestra más de lo que podemos esperar de la reelaboración políticamente correcta de nuestra cultura. Bram Stoker habría sentido náuseas.
ERH ¿En las historias de Las tentaciones de la dicha aportas algo de tus vivencias, o son pura ficción?
AC Creo que siempre que escribimos estamos haciendo nuestra autobiografía. No se puede escribir de otra manera, a menos que uno mienta, a menos que use la literatura para ponerse una máscara. En todos mis cuentos y novelas hay algo de mí, de lo que he vivido, de lo que he visto, de lo que he soñado.
ERH Con una descripción tan pormenorizada se lo dejas fácil a un cineasta. ¿visualizas las historias como películas?
AC No. Las visualizo como historias para ser impresas en papel. Aunque los críticos ya han señalado esta calidad visual de mi escritura. Tal vez tenga relación con que en mis ratos libres me gusta pintar.
ERH A las prostitutas que dibujas me las imagino tiernas, delicadas. Son madrazas preocupadas por la educación de sus hijos. ¿Conoces esa realidad?
AC Sí, sí conozco esa realidad. Desde adolescente. Nunca tuve una mala experiencia con una prostituta. He conocido muchas y en general son como las que imaginas, si no sienten la necesidad de ponerse a la defensiva: tiernas, delicadas, preocupadas por la educación de sus hijos.
ERH ¿Qué más puedes contar acerca de Lorenzo Ferrán? ¿Te lo has inventado todo? O es todo tan real como la vida misma. Me ha gustado esa manipulación femenina, sabiendo cómo jugar a tres bandas y dirigir el cotarro.
AC Lorenzo Ferrán está basado en un personaje que conocí en la vida real, hace unos veinte años. No era mi tío, como en el cuento, sino mi vecino. Vivía con dos mujeres, que eran hermanas. Y en el barrio le llamaban “el vampiro”. Eso es todo lo que toca a la historia real. El resto lo inventé.
ERH El Suicidio de los peces me parece un retrato bastante realista de nuestra sociedad. Una situación consecuencia del sinsentido diario. Un tanto cruel y dura. Cómo te posicionaste a la hora de escribirla. ¿Surgió por inspiración espontánea?
AC También a ese personaje lo conocí. Estaba medio loco, aunque había que tratarlo de cerca para darse cuenta. Una vez tuvo la idea de intentar seducir a la esposa de un agente de un cuerpo especial de policía. Me costó trabajo disuadirlo. Ese hombre estaba lleno de anécdotas así. Y en efecto, su vida era una ilustración perfecta del sinsentido diario de la vida moderna.
ERH El Castillo es otra historia con sorpresa, con mala leche al final. Podemos decir que es el fruto del desencanto en el que están inmersas muchas parejas que no se atreven a romper por la esclavitud surgida del acomodo diario.
AC Así es.
ERH Una conclusión que saco al terminar de leer tu libro es la de qué dura es la convivencia. Vayas donde vayas la historia se repite una y otra vez. ¿Está la vida en pareja avocada al fracaso?
AC No fue mi intención llevar al lector a esta conclusión. Y creo que no en todas mis historias hay ese pesimismo. En el primer cuento, por ejemplo, Maracuyá, hay una pareja que vive con sus propias reglas y es feliz, “locamente feliz”, según dice uno de los protagonistas. Y en el relato de las seis prostitutas hay una que tiene un marido amoroso que va por ella al trabajo.
ERH ¿Te ves dentro de alguna corriente literaria o te consideras un francotirador?
AC Ninguna de las dos cosas. Lo que yo escribo no va con las modas que hay ahora en la narrativa mexicana: historias de violencia, de narcotraficantes, de criminales. Y tampoco soy un francotirador: eso suena muy glamoroso. Digamos que soy un escritor independiente.
ERH ¿Hay un lugar de comunión donde pueda coincidir el escritor húngaro y el sudamericano?
AC Sí. Tenemos una larga historia de dictaduras, de desencantos, de revoluciones frustradas.
ERH El libro lo he gozado. Me ha sorprendido y motivado gratamente. Gracias.
Que delicia leer esto. Abrazo.