Alas de la montaña… parte 2

Alas a la defensa de la Amazonia: La guerra con Colombia y la campaña de 1941 contra el Ecuador.

            La primera autoridad en arribar a Leticia, tras su toma por parte de civiles peruanos el 1 de setiembre de 1932, lo hizo en una aeronave del Cuerpo de Aviación del Perú proveniente de Iquitos. No me manifestaré en este breve post sobre la legalidad o ilegalidad, razón o falta de ella, del posterior conflicto con la hermana república de Colombia, pero si haré hincapié en la trascendental importancia que la aviación tuvo para ambos bandos en el desenvolvimiento del mismo, tanto en el aspecto ofensivo como en el logístico, al permitir la rápida comunicación entre fuerzas, la pronta evacuación de heridos y enfermos, así como el reconocimiento estratégico sobre las enormes distancias amazónicas.

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            El compás de espera producido tras la entrada en escena de la Liga de las Naciones (predecesora de la ONU actual) como mediadora del cese al fuego entre ambos países que entró en vigor mientras una comisión ad hoc decidía que estado tenía legitimo derecho sobre el territorio en disputa, sirvió a su vez para permitir incremento en el gasto militar traducido en la adquisición de numeroso material aéreo que, tras la efectiva culminación de las hostilidades, pasó –en su mayoría- a prestar servicios desde la estación de hidroaviación de “Teniente Gustavo Cornejo”, en la cual se estableció, en el año 1936, el cuartel general del IV Escuadrón de Aviación, con el consiguiente incremento en el número de aeronaves y oficiales de su dotación. Desde esta base operó, primero, el 5to Escuadrón de Transporte, predecesora del actual servicio de transporte aéreo de la Amazonía, empleando aeronaves Travelair, Stinson, Waco y Keystone para mantener comunicadas y abastecidas las diversas comunidades y guarniciones peruanas establecidas en los remotos territorios amazónicos. 

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            La estación de hidroaviación de “Teniente Gustavo Cornejo” fue, igualmente, de gran importancia durante los hechos bélicos de julio – octubre de 194, ya que sirvió como centro logístico desde donde partieron abastecimientos y refuerzos destinados a las diversas guarniciones fronterizas peruanas que custodiaban la frontera occidental amazónica peruana, así como también sirvió para desplegar aeronaves de combate que apoyaron en gran medida a las fuerzas de tierra en su misión de desalojar a las fuerzas ecuatorianas.

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El aeropuerto de Iquitos

            La estratégica importancia que para las fuerzas aliadas tuvo el amazonas se evidenció con la construcción, a finales del año 1944, en plena segunda guerra mundial, y en virtud de un «Convenio de Transporte Aéreo» firmado entre el gobierno del Perú y el de los Estados Unidos de Norteamérica, del aeropuerto de la ciudad de Iquitos. Dicho convenio no era más que una excusa formal que permitía la operación de las fuerzas aliadas y controlar de ese modo la amazonia y sus recursos durante la segunda guerra mundial. Al termino de dicho conflicto, y al no justificarse la continuidad de la presencia militar norteamericana en el área, el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica  dispuso la transferencia al gobierno peruano de las instalaciones del aeropuerto, así como aquellas de la remozada base de hidroaviación del río Itaya, acto que se concretó el 26 de abril del año 1946. Es menester mencionar que, tal como en el caso de la base «El Pato» en Talara, los EE.UU. hicieron entrega de instalaciones en condiciones óptimas, dotadas de edificios con instalaciones meteorológicas, equipos de radiocomunicaciones de última generación y radio-faros, lo cual ayudó a implementar una significativa mejora en las navegación aérea de la región. Finalmente, como parte del proceso de transferencia, se acordó la venta al estado peruano de dos aviones anfibios PBY-5 Catalina, aeronaves que -debido a sus características- brindaron un excelente servicio en el oriente en labores de transporte pesado y enlace.

            La aviación militar no fue la única en brindar apoyo al oriente en su desarrollo, y claro ejemplo de ello fue la llegada del Amauta, hidroavión Grumman “Duck” adquirido conjuntamente por el gobierno peruano y el Instituto Lingüístico de Verano en el año 1946 para instalar el Servicio Aéreo Amazónico Coordinado de Educación, Cultura y Salud. De esta manera dicha aeronave de pasado militar pasó a cumplir labores humanitarias en la selva peruana – bajo la matricula civil OB-LAK-164- comandada por numerosos pilotos voluntarios entre los que destacan los ciudadanos norteamericanos Larry Montgomery y la señora Elizabeth Greene, quienes-entre otros- surcaron los cielos sobre la interminable jungla alcanzando localidades aisladas para llevar a ellas la civilización en la forma de educación, salud y cultura. El Instituto empleó la aeronave en las labores anteriormente mencionadas por muchos años, hasta que la fatiga de material y falta de repuestos obligaron a suspender las  operaciones de la misma, siendo esta finalmente obsequiada a la Fuerza Aérea del Perú, que no encontró mejor uso para ella que donarla  a su vez al denominado “Parque de las Leyendas” en cuyas instalaciones culminó sus días como material de exhibición.

Continuará…

 

Acerca de Alasandinas
Amaru Tincopa es un historiador aeronáutico peruano miembro de número del Instituto de Estudios Histórico Aeroespaciales del Perú. Ha publicado 21 libros (propios y colaboraciones) así como numerosos artículos en diversas revistas especializadas en materia aeronáutica e historia militar.

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