Balanza de pagos, Divisas

Caída muy preocupante de las reservas internacionales

Las reservas internacionales cayeron más de $1600 millones en diciembre de 2017. Generalmente, en el último mes del año las reservas tienen caídas pronunciadas por repatriación de capitales (utilidades o no) de las empresas transnacionales y por fuga de capitales de los ecuatorianos adinerados. También, las entidades financieras buscan aumentar sus saldos de fin de año en el exterior para optimizar sus balances generales.

Sin embargo, la caída observada en diciembre de 2017 sí genera una gran preocupación, porque se alcanzaron mínimos históricos en las coberturas de pasivos líquidos del Banco Central.

La gerente del Banco Central abordó este tema en la entrevista de esta mañana en Teleamazonas.

A partir del minuto 18, comenta las causas de la disminución de las reservas. Entre ellas están una salida neta de divisas (privadas) por giros al exterior de $2800 millones. También menciona que la provisión neta de dinero en efectivo de las bóvedas del BCE, para atender a los bancos, que a su vez atienden a la ciudadanía, fue de $1400 millones. Vale mencionar que generalmente en enero y febrero, buena parte del efectivo retirado en diciembre retorna al Banco Central cuando los comercios lo depositan luego de haber cumplido su rol transaccional en época de Navidad.

Esto quiere decir que la fuga de capitales por transferencias electrónicas por intermedio del Banco Central, es el doble del flujo neto de necesidades de efectivo. Es posible que buena parte de ese efectivo también fugue del País para pagar operaciones de contrabando o en los aeropuertos con destino a centros financieros en Miami o Panamá.

Si la meta de los bancos de reducir en $800 millones anuales la demanda neta de efectivo se cumple, el impacto en las reservas internacionales será mínimo. Sin embargo, si la Junta de Regulación y Política Monetaria y Financiera decide aplicar la nueva disposición legal para obligar a que parte de la liquidez de los bancos depositada en el exterior se deposite en el Banco Central, esto sí puede tener un impacto en las Reservas. Esta disposición legal aún requiere desarrollo regulatorio y un período transitorio para que pueda cumplirse, por lo cual no se prevé que se aplique en el corto plazo. El camino más corto para recuperar liquidez en las reservas internacionales es aplicar un aumento al coeficiente de liquidez doméstica, instrumento regulatorio que está plenamente vigente y que puede aplicarse con tiempos de transición cortos.

A pesar de todo esto, es imperativo que el Estado establezca límites regulatorios a la fuga de capitales, pues la fuga de capitales genera un impacto 3.5 veces mayor a la meta de reducción de demanda de efectivo. Paralelamente, para estos capitales fugados (aparentemente de manera lícita), el Ministro de Economía y Finanzas, Carlos de la Torre, nuevamente anunció:

Se está pensando, bajo ciertas consideraciones de seguridad, generar los menores trámites posibles y (no) aplicar ningún tipo de impuestos a los capitales que regresan.

Ante el improbable regreso de capitales fugados (pues fugan justamente porque toda la estructura de incentivos monetarios, regulatorios y políticos – y la arquitectura financiera internacional vigente – favorece la fuga), desde la perspectiva de política pública es mucho más conveniente la prevención de la fuga de capitales que buscar su retorno. En esa línea, me quedo con la imaginación propuesta por la gerente del Banco Central (minuto 19):

Imagínese si después diríamos ‘no, no pueden sacar’ y ahí sí estaría complicado.

Complicado para quienes fugan capitales.