Segunda cita de lo que podría llamarse ya el fin de semana de la nostalgia, que arrancara el pasado viernes con Diabólica tributando a Ángeles del Infierno, y se cerrara el domingo con la venida del ex-Manowar Ross The Boss. El americano, acompañado esta vez de Cobra Spell y Dark Embrace, congregaría a un nutrido público en la sala ovetense Sir Laurens, pero vayamos por partes.

El joven combo neerlandés Cobra Spell sería el encargado de romper el hielo. Con la vocalista Kristina Vega (Born In Exile) sustituyendo al Hitten Alexx Panza, la banda tuvo apenas media hora para demostrar de qué es capaz. Y a fe nuestra que salieron a por todas, derrochando entrega y carisma ante un público receptivo a su propuesta.

Desgranarían temas como la inicial “Addicted To The Night” o “Shake Me” entre otros, además de una versión del “Animal (Fuck Like A Beast)” de W.A.S.P., dejando en general muy buenas sensaciones y el deseo de poder disfrutar en el futuro de un show completo por su parte.

Dark Embrace lo tuvieron más complicado. Y no porque a su propuesta le falte calidad, nada más lejos, sino más bien porque su metal extremo con toques sinfónicos pareció no ser del gusto de la mayoría.

Así las cosas, a los gallegos, al contrario que Cobra Spell, les toca lidiar con una sala semi vacía. Y es una pena porque su propuesta nos resulta interesante y llamativa. Además demuestran una gran desenvoltura sobre el escenario y hechuras de banda llamada a cotas mayores. A nosotros nos convencieron, así que por ahí tampoco se puede decir que su show fuese en vano. En ningún caso.

Pero faltaba el plato fuerte de la noche: Ross The Boss, en lo que sería un show focalizado en el legado más primitivo de Manowar. Era lo que prometían y fue lo que nos entregaron. Y si bien fue un concierto movido principalmente por la nostalgia, en ningún caso resultaría desganado o falto de espíritu. La banda se entregó desde el primer instante y la audiencia supo corresponder. Todo sobre ruedas.

De hecho el arranque con “Blood Of The Kings” suena casi a declaración de intenciones. Desde el primer momento, Marc Lopes parece el vocalista ideal para esta difícil empresa. El ex-Meliah Rage demuestra un rango excepcional, amén de saber cómo meterse al público en el bolsillo, y todo parece a favor de obra mientras lidia con empresas tan complicadas como “Dark Avenger” o “Wheels Of Fire”.

El show encadena una canción tras otra. Nada de discursos mecánicos, outros interminables o tediosos solos ególatras. Puro metal de la vieja escuela, uno de los tonos de guitarra más reconocibles de este negocio y una banda perfectamente empastada (con el Gamma Ray Dirk Schlächter al bajo).

Aún así, Ross y los suyos se reservarían pequeños recuerdos a “Born Of Fire”, último álbum del neoyorkino, con “Denied By The Cross” o “Glory To The Slain”. Pero es “Black Wind, Fire And Steel” la que pone patas arriba Sir Laurens y aunque era el cuarto concierto para Lopes en cuatro días (!), su voz sigue sin mostrar signos apreciables de debilidad. Gran estado de forma el suyo.

El cierre de la noche con “Fighting The World”, “Kill With Power” y “Hail And Kill” termina por desatar la locura, en algún caso puntual mal entendida, pero locura al fin y al cabo. La banda se fue exhausta y el público agradecido. No se puede pedir mucho más.

Mejor manera de pasar la tarde noche de un domingo, no se nos ocurre. Sólo queda desear a las tres bandas que el resto de la gira se dé igual de bien que la cita ovetense, que el futuro nos depare nuevos encuentros y poder contarlos aquí, en Heavy Metal Brigade.

PD: Mandar un afectuoso saludo a Jorge López Novales de Diario De Un Metalhead, a Sergio Blanco (¡felicidades!), al 100 % de Piratas de Libertalia (¡al fin!) y al resto de habituales. Nos vemos en el siguiente.

Texto: David Naves
Fotos: José Ángel Muñiz