“El juicio de los 7 de Chicago”. ¡A por el Oscar!!!

Soy un pirado del cine. Los que me tienen por amigo o familiar lo saben. Me encanta hasta cotas impensables y es esta devoción que le proceso la que me lleva a plantarme a las 22.00 de la noche de un Lunes, tras una jornada maratoniana (donde ya llevo por delante no sé cuántas horas de trabajo, un entrenamiento de running que me ha dejado “pa´l arrastre” y toda una tarde de aquí para allá, que ni Cruella de Vil en sus mejores momentos, entregado a las actividades, entrenamientos varios y deberes de mis dos preciosos, pero polifacéticos, hijos) en los Cines Embajadores de mi barrio

(abiertos en plena pandemia por otro loco del cine que ha decidido abanderar su pasión y lanzarse al mundo de la exhibición cinematográfica en VO, ahí es nada, en el momento en el que estamos; ¡¡ole él, ole él, y ole él!!!) para ver una película que emitirán en NETFLIX en dos semanas (a partir del 16 de Octubre, concretamente). Pero me da igual. Ni el sueño (me tomo un café cargado), ni la pereza (es lunes, hace frío y tengo que abandonar mi apacible hogar ya derrotado cuando estaba de lo más a gustito), ni el saber que la podré ver en nada en mi propio salón de casa, ninguna de esas cosas me lo impiden. Hay algo que me mueve. Tira de mí. Me lanza a la calle en dirección al cine. No tengo más oportunidades.  Necesito ver en pantalla grande (no hay color respecto a casa donde me llamarán al timbre, al teléfono, veré la película en tres días alternos, en una pantalla mínima, …en fin) la que viene a ser llamada una de las películas de la temporada de premios (algunos la dan por caballo ganador) y más concretamente de la que será la próxima, y extraña, edición de los premios Oscar (de la que algunos la dan por triunfadora). Se llama “El juicio de los 7 de Chicago” y es la nueva cinta del director (“Molly´s Game”) y guionista (“La red social”, entre otros…) Aaron Sorkin.

¿Que qué tal? Pues, acierto. Es un peliculón y disfruto como un enano de cada uno de sus minutos. Vuelvo a casa tarde pero feliz después de ver la que será una de las películas del año, derrotado, pero con el subidón y la excitación de haber disfrutado de cada uno de los minutos de su talentoso metraje. Así que, sin más, vamos con ella.

“El juicio de los 7 de Chicago” / “The trial of the Chicago 7” (Dir: Aaron Sorkin):

                “El juicio de los 7 de Chicago” es un sobresaliente drama judicial en torno al que fue uno de los juicios más largos, polémicos y mediáticos de la reciente historia de EE. UU., aquel en el que se puso en el punto de mira la labor de 7 jóvenes (alguno no tanto) de izquierdas, de diferentes organizaciones políticas y sociales, al ser acusados de incitación a la violencia, cuando decidieron unir sus fuerzas y convocar una manifestación pacífica en la ciudad de Chicago en contra de esa  guerra de Vietnam que tantas bajas estaba produciendo entre los jóvenes americanos. El filme analiza el antes y el durante de aquel controvertido proceso judicial (también sabremos qué ocurrirá al terminar, su veredicto, por supuesto, en un emocionantísimo final) y el por qué se llevó a esos jóvenes y no tan jóvenes idealistas enfrente de un letrado para dar explicaciones de sus tan o no tan indefensos actos. El filme se devora sin aspavientos. En un plis plas pasa por delante ese torrente de imágenes, acusaciones, alegaciones y demás fanfarria que acarrea un enjuiciamiento de ese calibre. Se disfruta a muerte, de principio a fin. Te lo ves sin inmutarte y ni te enteras. ¿Y por qué? Por muchas razones. Vamos con ellas. La temática no puede ser más interesante y el resultado más entretenido, gracias, en gran medida a una dirección impecable por parte del antes guionista, ahora director, Aaron Sorkin (sabe qué quiere contar y cómo contarlo); un guion ingenioso e inteligente donde los afilados y brillantes diálogos hacen gala no sólo de agudeza mental sino de un humor socarrón de lo más locuaz y vivo; un montaje vibrante, con saltos en el tiempo, pero siempre “in crescendo”, desde un inicio sosegado a un “redoble” final de los que te atan a la butaca; una recreación impecable de una época concreta tan importante en la historia del país de los sueños (¿rotos?); y, finalmente un reparto impecable, que llena de verdad y “jugo” cada uno de los diálogos salidos de la sobresaliente pluma de Sorkin, donde todos están fantásticos, desde Eddie Redmayne (para el disgusto de sus “haters”), a un fantástico, como siempre, Mark Rylance (en un papel que me recuerda en su parquedad e ironía al que bordó en  “El puente de los espías”), a un flemático y estricto Frank Languella, como hierático juez, a un desinhibido y entregado Sacha Baron Cohen (quizá el papel más bombón y el que más posibilidades de premio tenga) a todos y cada uno de ellos (Jeremy Strong, Yahia Abdul-Mateen II, Joseph Gordon-Levitt, …).

            En definitiva, “a first-class entertainment” (entretenimiento de primera clase), como dicen los ingleses, donde se pone en entredicho el corrupto sistema político y judicial americano, que disfrutarán a tope, seguro, como yo he hecho y que le aconsejo que no se pierdan, si puede ser en pantalla grande (miren si en algún cine cercano la echan) mejor, y, si no, en Netflix, a partir del próximo 16 de octubre. En cualquier caso, véanla. Ya me dirán qué les parece.

8 comentarios sobre ““El juicio de los 7 de Chicago”. ¡A por el Oscar!!!

  1. Gracias por la recomendación, la veré en Netflix. Es un peñazo la situación actual, yo que soy de ir al cine con grupos variopintos para comentar después con unas tapas…
    Eres nuestro héroe del cine 😀😀

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  2. Qué pasión se desprende al leerte! Qué envidia 🙂
    (Igual tu familia ‘sufridora’ no te envidia tanto…

    Desde aquí lanzamos la propuesta de premio Nobel de la Concordia para tu «mujersita» 😀
    Menos mal que el cine es tu segunda pasión y ella la primera…

    Anotamos la oscarizable recomendación semanal…

    PD. Deberíamos ir cambiando la TV, las hay más grandes que las del cine… con un buen sonido y lo bordas…
    Pero a ti, lo que vemos, es que te gusta salir de casa, y punto!

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    1. La verdad es que no te lo vas a creer, pero lo que más me cuesta cuando voy al cine es dejar a la family. Y muchas veces hasta me lo pienso antes de ir. Ya sabes que soy muy emocional y me cuesta separarme. Eso sí, una vez dado el paso, me alegro. Y disfruto a tope de mi gran pasión.
      Un abrazo; mi contrablogger. 😜

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  3. Querido Felipe,
    Consigues con tus apasionadas palabras emocionar a los que te seguimos. Me alegro muchísimo que vivas con tanta intensidad esta pasión por el cine. Contagia.
    Sin duda habrá que ver esta película aunque sea en la pequeña pantalla.
    Gracias por la recomendación, por esta píldora semanal de optimismo y por tu constancia.
    Un fuerte abrazo

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