La creación de las aves

Fragmento CCLVI

La creación de las aves

Marti Lelis

Jhovana está descalza. Hoy no puso tanto esmero en su plumaje, ansiosa por saber si a la noche no habría nubes. Y no las hubo. En el taller de aves, la luz de las estrellas se deja captar por la lupa como una mirada de más allá de la ventana. Minuciosa, la mano traza en el papel y la luz va levantando, como suspiros de la hoja, las plumas, los picos, pares de ojos y de patas. Jhovana también llena de música los delicados pechos que ha dibujado. De pronto el vuelo, los aleteos, quizás un canto: nada la distrae, Jhovana sabe que aún no ha terminado.  La cifra es mágica y es secreta como su sonrisa. No se sabe cuántos pájaros han salido de la habitación. Sólo quedan cuatro que, al final, dejarán el taller en que han nacido para llenar qué ojos, qué oídos, qué manos adolescentes de belleza que miran a lo alto de la torre con la esperanza de ver asomarse a la madre de las aves. Replegada en su pensamiento, Jhovana sueña ya con los plumajes de mañana.

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Marti Lelis / Libro de los fragmentos

Remedios Varo, La creación de las aves, 1957.

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