El ASESINATO del Maestro REPUBLICANO y Socialista FERNANDO BARCIA VEIRAS por elementos franquistas, en Santiago de Compostela, en 1938

Fernando Barcia Veiras word pressFernando Barcia Veiras nació en 1885 en Santiago de Compostela. Era maestro de escuela, impartió clases en la Escuela Normal de Santiago de Compostela, y en Toro, Ponteareas, Corme, Baio, Ardagán y Ameneiro. Se casó con Ramona Blanco Fernández y tuvo 4 hijos. Fernando defendía que la educación y de la pedagogía eran instrumentos al servicio de la igualdad y la justicia social: «El problema pedagógico de Galicia es de solución netamente política. Por eso el mejor maestro de la ciudadanía gallega es aquel que vuelque toda su actividad, dentro y fuera de la escuela, para liberar a este pueblo de sus lacras seculares, fanatismo religioso, caciquismo político, usura, esclavitud económica, fraude municipal, iniquidades judiciales, miedo al señorito…».

Fue Presidente de la Agrupación Socialista de Santiago de Compostela desde 1931 hasta 1938, y fundador de la Federación Gallega de Trabajadores de la Enseñanza FETE de Galicia y de la Asociación de Trabajadores de la Enseñanza, vinculadas a la UGT, y de una asociación antideshaucios que defendía a obreros y campesinos. Era patente su apego a los valores democráticos y a la defensa de los derechos humanos.

Presentó con Eligio Núñez y Apolinar Torres el informe «Misión de los trabajadores de la educación en el momento histórico actual de la cultura gallega» en el Congreso de Trabajadores de la Educación de Galicia de mayo de 1936. Barcia era un defensor convencido de los intereses nacionales de Galicia, reclamaba su derecho «a regirse autónomamente» y advertía de que «rehuir el problema de las nacionalidades es hacerle el juego al nacionalismo opresor reaccionario». Participó en mítines de propaganda para pedir el “SI” en el referéndum sobre el Estatuto de Autonomía Gallego.

Tras el golpe de Estado del 18 de julio de 1936 en Galicia apenas hubo guerra porque los fascistas se hicieron con el poder en pocas semanas, pero sí una oleada de represión con cerca de 4.000 fusilados, paseados y desaparecidos. Cuando las noticias de aquellos asesinatos y atrocidades de los franquistas empezaron a llegar a Compostela, 2 golpistas gallegos fueron detenidos en el verano del 36. Una multitud empezó a concentrarse frente a la sede del Ayuntamiento para exigirles cuentas. Barcia impidió cualquier desmán y acompañó a los fascistas a prisión utilizando su cuerpo para defenderlos de agresiones.

Fue nombrado Presidente del Comité de Defensa de la República de Santiago de Compostela, pero fue detenido el 21 de julio y puesto en libertad al día siguiente por un error administrativo. Se escondió en casa de su prima Dolores Barcia Pérez. El 15 de junio de 1937 fue detenido durante un registro de la casa de su primo en la calle St. Peter. Contaba con una gran biblioteca, de la cual requisaron 43 ejemplares.

Juzgado en Santiago de Compostela por traición a la patria en agosto de 1937, fue condenado a muerte. Barcia se negó a confesarse, le dijo al cura que no tenía nada de lo que arrepentirse y que no había cometido más delito que defender la democracia, la vida y los derechos de los explotados y los desfavorecidos. En carta escrita desde prisión a su mujer e hijas, les pedía que no guardaran luto por él, sino todo lo contrario: «Habéis de utilizar los más alegres y detonantes colores, porque así no le dais a mis enemigos la satisfacción de regocijarse con vuestro dolor».

El hecho de haber impedido la muerte de 2 fascistas no le sirvió, sin embargo, para que franco tuviera clemencia con la suya. Los nazionales le ejecutaron frente al cementerio de Boisaca el 29 de enero de 1938. Murió gritando «¡Viva la Libertad!».

Su prima Dolores fue detenida y encerrada varios meses en prisión en Compostela y cuando salió en libertad su hijo Juan se vio obligado a alistarse. Pero Juan desertó del ejército franquista y Dolores volvió a pasar varios meses en prisión. Fernando Barcia pasó por un expediente de responsabilidad política, y en 1941 la corte requirió a sus herederos para que hicieran efectiva la sanción económica.


Documentos: Wikipedia. Público (Juan Oliver). Y la obra de Miguel Paz, ‘¡Viva la Libertad!’


En MEMORIA de las mujeres y hombres del Ejército de la REPÚBLICA Española