Al diseñar una pieza gráfica hay que tener presente los diferentes tipos de lectura que podrá practicar el lector al relacionarse con la misma. Las decisiones tipográficas forman parte de una estrategia de comunicación que estructurará el espacio gráfico y lo dispondrá para su lectura.

Considerando que la forma tipográfica y la literaria interactúan, podemos diferenciar en general, tres modos de lectura: En un nivel primario, se plantea la lectura global. En un segundo nivel la lectura discontinua o fragmentada, y en tercer nivel la lectura continua o de textos de largo alcance.

Lectura global

La lectura global corresponde a una lectura total o «gestáltica», donde se perciben totalidades, formas completas y no una suma de partes. Las piezas gráficas de lectura global tienen como objetivo el impacto visual, predominando la tipografía visible sobre la legible. El ejemplo más adecuado de este tipo de lectura son los afiches para la vía pública.

Lectura fragmentada

La lectura fragmentada o discontinua es propia de los textos relacionados con una narrativa no secuencial. La información tiende a ser analizada en forma independiente, y en general no presenta continuidad temática, como por ejemplo los avisos clasificados, los diccionarios, índices, mapas o portales de internet.

Lectura continua

La lectura continua tiende a ser homogénea, cuenta con pocos elementos de carácter gramático o tipográfico que orienten al lector en su recorrida. La lectura continua es una lectura fluida, que presenta un recorrido natural y continuidad temática. Algunos ejemplos de lectura continua son las páginas de los libros de cuentos, novelas, obras de teatro, entrevistas, etc.

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