Documental que habla de la despoblación y sus consecuencias y por tanto es extrapolable a otras regiones del mundo pero con ese aroma inconfundible a country, bourbon y armónica facilmente clasificables en la ya mítica ruta 66. Las historias de Harley (Erick, Oklahoma), Angel (Seligman, Arizona) y Lowell (Red Oak, Misouri) no dejarán indiferente a nadie como así está demostrando su paso por festivales, reportajes en periódicos incluidos. Desde luego la mezcla de Harley como alma «redneck» del documental (aciertazo que lo abra y lo cierre el), el corazón de Lowell en todo lo que hace y la cabeza de Angel con esas escenas de transición donde el silencio habla merece un buen trato del público que a cambio recibirá una experiencia única, diferente y sobretodo auténtica. Por su poca pero acertada duración (no le sobra ni le falta una coma) no se puede añadir mucho más y por tanto aquí cierro mi crítica con mis inmejorables deseos para el paso comercial de esta cinta y también para vosotr@s, que espero que tengais un fin de semana inolvidable. Hasta la próxima.