El proceso de teñido con plantas es algo mágico que no acaba en el propio proceso de teñido, sino que continúa como un color con vida, cuando le da la luz o recibe humedad. Para mí este cambio no es un fracaso, es una transformación y así lo intento transmitir a todos con quienes juego a tomar prestados los colores de las plantas. India Flint, artista australiana de los tintes naturales a la que admiro profundamente, llamó HapaZome al modo en que las plantas prestan sus colores a las telas al golpear en ellas.
Es un juego espectacular observar como los pétalos traspasan su color a las telas y con frecuencia como, no solo el color, sino también las formas pasan a los tejidos. Es maravilloso ver como los niños quedan sorprendidos al ver los colores e intentan buscar las formas. Es un importante ejercicio de control y dirección de la fuerza.
Así hicimos na Escola Infantil do Milladoiro, primero con una o dos flores y una ramita en una tela doblada, ahí observaron el color y la simetría de esta sencilla tarjeta que llevarán para casa.
Luego pusimos muchas flores y plantas en trozos grandes de tela y golpeamos a discreción. Los rojos, violetas, amarillos, verdes competían por destacar.
Posteriormente en casa coloqué estos trozos grandes doblados y atados en un soporte donde reciben el vapor de agua durante casi tres horas. Esto hará que el color se fije. Después lavado, planchado y lista la tela para ser usada. Y de nuevo la magia del teñido, los deseables imprevistos: Los vibrantes colores en el momento del golpeado, han recibido la luz mientras se secaban y la humedad al ponerlos al vapor y así se han ido transformando en manchas/formas de color ocre, gris, verdosos, …