N.167 Abril – Junio 2013 Nisán – Siván 5773

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ALGO ESTÁ CAMBIANDO

A veces las cosas mudan y cualquiera que haya estado ahí frente a ellas no ha notado lo que está pasando ante sus ojos. Algo así sucede con la comunidad judía de Venezuela, que a lo largo de los últimos diez años se ha ido transformando, no solo por el fenómeno de la emigración, sino porque la composición de la familia ha variado y por el renovado influjo de la religión.
Antes, cuando se preguntaba cómo estaba constituida la comunidad judía del país, se solía decir que esta era mitad askenazí, mitad sefardí, ambas comunidades estructuradas por separado, aunque había espacios en que las dos kehilot se encontraban para cooperar y ofrecerles a los judíos mayores posibilidades de desarrollo personal y asegurarse la continuidad: el Sistema Educativo Comunitario, el Nuevo Mundo Israelita, Hebraica, el Bet Avot, el Centro Clínico Yolanda Katz, la CAIV, toda la red Yájad y finalmente el Vaad Hakehilot.
Pero, algo sucedió en esos espacios donde los jóvenes de ambas comunidades comenzaron a formar hogares interétnicos, por lo que elementos de identidad de ambos grupos comenzaron a mezclarse. Dicho de otra forma, el guefilte fish comenzó a convivir con el pescado cocho en la mesa de los judíos venezolanos. Ahora bien, desde el Centro de Estudios Sefardíes de Caracas, tal como lo hemos visto en un trabajo que traemos en este número sobre identidad judía en Venezuela, nos hemos empezado a preguntar cuáles son los elementos culturales que predominan en esos hogares, que poco a poco se están convirtiendo en mayoría en el país. ¿Son sefardíes? ¿Son askenazíes? ¿Qué comen en Rosh Hashaná? ¿En las casas se habla o se entiende el haketía, el yidis o ninguno de los anteriores? ¿Qué papel tiene lo israelí y el hebreo? ¿Y qué elementos de la cultura venezolana y de la globalización están presentes? Así mismo, nos tratamos de acercar a la respuesta a la pregunta de qué hace que un joven askefardí se incline más por uno o por otro núsaj al momento de rezar, que se sienta más cómodo entre sus pares sefardíes o askenazíes o si les es indistinto o traten de buscar una tercera vía, representada por lo «israelí».
Son algunas preguntas que nos rondan en la cabeza y que son importantes al momento de planificar actividades que tienen que ver con la cultura, y por ende de la educación judía formal e informal, pues desde ambas kehilot se hacen esfuerzos para mantener aquellos elementos que tienen que ver con el origen étnico y geográfico, ya sea Marruecos o Rumania, el mundo de Sefarad o de la Yidishkait, o de introducir elementos de identidad que se desprenden desde Israel, o que están en el aire en Venezuela, y quizá valga la pena repensar, pues las cosas han estado cambiando, aunque no nos hayamos dado cuenta.
Índice
CESC presentó un conversatorio sobre el libro PERMÍTANME CONTARLES
AIV homenajeó a los voluntarios de la HEBRÁ KADISHÁ HESED VE’EMET
CONGRESO JUDÍO MUNDIAL realizó XIV Asamblea Plenaria
II Cumbre de la Plataforma Erensya se realizó en Estambul
AIV REALIZÓ HILULÁ de Rabí Shimón Bar Yojái Z’Y’A
LA HILULÁ de rabí Shimón Bar Yojái
LA FAMILIA GÓMEZ: los primeros judíos neoyorquinos
De María a Josefina: EXOGAMIA Y SUPERVIVENCIA JUDÍA en la comunidad sefardita curazoleña
Hacia un nuevo tipo de IDENTIDAD del judío venezolano
UNA RARA CANCIÓN sefardí de Marruecos
EL RICO LEGADO de los judíos sefardíes en la España musulmana
MEDITACIÓN JUDÍA: práctica moderna, técnica ancestral
EL KASHRUT, ¿POR QUÉ?
FYODOR DOSTOEVSKY, Los Hermanos Karamazov y el libelo del crimen ritual
En la lucha por preservar el JUDEOKACHANÍ antes de que desaparezca
AUSENCIA DE SEFARDÍES en los billetes produce controversia en Israel