«¡Le robó el cielo a Jesús!»

«Hoy estarás conmigo en el Paraíso». Aquel buen ladrón le robó el cielo a Jesús, y lo hizo en el último momento de su vida. Nunca es tarde para abrazar el Evangelio. San Lucas pone en sus labios una petición concreta: «Acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino». El Reino es el objeto de la predicación; de él hablan las parábolas, por Él Jesús da la vida. El Reino es un gran regalo.

En la fiesta de Jesucristo Rey del Universo lo vivimos de modo especial. Hay regalos pequeños e insignificantes, otros pequeños pero de gran valor. Hay regalos grandes y aparatosos, y el colmo es encontrarse con regalos vacíos.

Jesús en la cruz nos da tres regalos: la corona de espinas (la entrega de la vida), el corazón roto (misericordioso con todos), la paloma (el Espíritu que hace que todo tenga vida).

Sigamos llevando adelante el Reino, desde la sencillez y con la confianza de que nos pertenece porque lo acogemos cada día.