Una empresa sin clientes, no es empresa

Una empresa sin clientes, no es empresa. Da igual el sector, el tamaño o la localización, ya que los clientes son el verdadero y más importante activo de cualquier compañía (incluyendo autónomos y cualquier otra figura legal).

De todas formas esto no es nuevo en marktingstorming, hemos hablado sobre este tema en varias ocasiones, pero esta vez me gustaría poder afrontar la fidelización de clientes.

No es un tema fácil, pero su concepto si debería serlo. A modo resumen rápido, debería tratarse de tener una filosofía corporativa que priorice a los clientes por encima de todo (customer focus según la terminología anglosajona), y que permita no solo que los clientes prueben una vez nuestros productos o servicios, sino que repitan cuantas veces sea posible, siendo su proveedor de referencia. ¿Y como conseguimos esto?

Obviamente no es sencillo, y no existe una fórmula secreta. Ya que sino todas las empresas interesadas lo aplicarían y lograrían los resultados instantáneamente. Tenemos que conocer bien nuestra empresa, y por supuesto a nuestros clientes. Tenemos que saber que ofrecerles, pero también saber cuando hacerlo y como.

Satisfacer a un cliente tiene dos partes fundamentales. La primera es conseguir cubrir las necesidades o requerimientos con nuestros productos o servicios. Pero esto no es suficiente, todo el proceso de venta (incluyendo preventa y postventa) debe ser el adecuado. Debe quedar en la memoria del cliente o consumidor como un proceso sencillo, ágil y agradable, que pueda ser repetido. En este punto es donde se puede entender mejor que se hable de filosofía corporativa. La fuerza de ventas debe estar familiarizada con este concepto, pero también el resto de los equipos. Equipos tan “lejanos” a los clientes (al menos de forma tradicional) como facturación, legal u operaciones, debe contar con procesos que hagan maximizar la satisfacción del cliente.

Hoy en día, un cliente tiene muy fácil acceso a la información y la competencia está a un solo golpe de ratón o a una llamada de teléfono. Como empresas, debemos estar preparados para atender lo mejor posible al cliente, haciendo que su experiencia de usuario sea inmejorable. Siempre pongo el mismo ejemplo con las operadoras de telefonía y su servicios postventa. ¿Quien no ha sufrido incidencias con empresas de este sector?

Por todos estos motivos, y teniendo en cuenta la tecnología actual, debemos contar con sistemas que centralicen y consoliden la información global de nuestros clientes. De forma que la empresa tenga una visión de 360 grados sobre los clientes. Los sistemas CRM actuales cubren estas características, ya que pueden integrarse perfectamente con cualquier otra plataforma (ERP, sistemas contables, logísticos, de marketing digital,..) Podríamos decir que se tratan de un director de orquesta, que tiene la visión completa del cliente, gracias a los datos especializados contenidos en otras plataformas.

Lo que a menudo se suele confundir con fidelidad de clientes (Customer loyalty) es enviar comunicaciones al cliente. Estas deben tener un objetivo claro, ya que enviar información por enviar será un claro ejemplo de SPAM. Tampoco servirá de nada el caso opuesto, en el que controlemos y restrinjamos tanto la información que casi no enviemos comunicaciones. El cliente puede que nos de por olvidados o piense que no estamos aportando valor (cuando en realidad puede que si lo estamos haciendo)

Tenemos que saber que comunicar, cuando y como. No todos los momentos son igual de propicios y sobre todo no todos los clientes tienen las mismas necesidades. Tenemos que poder personalizarlo lo máximo posible, no solo en contenido, sino en frecuencia y medio de envío. De hecho, las herramientas de marketing automation mas novedosas, permiten personalizar el customer journey, adaptando las necesidades del cliente y de la empresa, optimizando al máximo este proceso.

¿Es un problema solo de sistemas o plataforma interconectadas? No, es una parte importante, pero no la única. Todos los equipos deben trabajar al unísono con un objetivo común. Las políticas de la compañía debe ser revisadas, y sobre todo tener muy en cuenta el feedback continuo del cliente. Este puede venir de forma directa (en forma de encuesta, quejar, agradecimientos, recomendaciones,…) pero también puede venir de forma indirecta con comportamientos tanto del cliente como del mercado, valoración global de la compañía u otros medios.

Utilicemos todas las herramientas disponibles en la organización para conseguir esa necesitada fidelidad en los clientes. Recordemos que conseguir un nuevo cliente tiene un coste de aproximadamente el doble que el de mantener uno existente. Y no hablo solo de recursos económicos, sino que puede tener implicaciones de otras índoles y mucho mayores.

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