¿Las mujeres están locas?

13 Mar

Completamos más de un siglo de feminismo y no hemos avanzado casi nada, más bien hemos retrocedido porque el feminismo se convirtió en una cruzada conservadora y las mujeres piden ser tratadas como niñas desvalidas e inseguras, víctimas de nacimiento sólo por ser mujeres. Desde hace más de cien años se repite en todos los Manuales que las mujeres han sido borradas de la historia, no se les dan a ellas las mismas oportunidades que a ellos, cuando las mujeres levantan la mano no les dan la palabra, a las mujeres les roban sus mejores ideas, muchas terminan locas tratando de liberarse de la opresión y a otras las tildan de locas sólo porque tienen carácter o son claras en sus ideas. No debemos olvidar que hay mujeres que levantan la mano para decir estupideces, otras confunden tener carácter con ser dogmáticas y muchas de verdad están locas o se hacen las locas para lograr sus objetivos o para estar a la moda porque no podemos negar que está de moda ser un poco loca o parecerlo. En este tiempo triste el feminismo no está siendo abordado por las mujeres más cultas y racionales sino por hordas de tuiteras que se educaron en las redes sociales y se unen como zombies para atacar en manada a cualquier machito que intente tratar de loca a una loca.

En este tiempo triste hay más locura en mujeres que en hombres y lo digo porque ahora no tengo amigas y en cambio tengo más amigos que nunca y la mayoría de los hombres que conozco sufren lo indecible porque no saben cómo tratar a las mujeres para que no se sientan acosadas, menospreciadas y vilipendiadas. El falso feminismo ha levantado un muro entre hombres y mujeres y esa no era la meta del feminismo, no se trataba de convertir a los hombres en enemigos y a las mujeres en seres inocentes, sin cálculo en sus acciones y con objetivos bien definidos. Todas las mujeres no son genios por descubrir ni santas de nacimiento y no todos los hombres son violadores en potencia y fieras salvajes por convicción.

Virginia Woolf estaba loca, se vestía como una loca, se portaba como una loca, en medio de su locura escribió el mejor libro existente sobre feminismo y está más viva y es más actual que todas las feministas actuales estén locas o no; Simone de Beauvoir, la mejor discípula de la loca, escribió hace casi cien años con conocimiento de causa que pueden abrir todas las empresas, pueden abrir todas las universidades para que las mujeres ganen dinero y se eduquen pero por más que nos duela la carrera más honorable para la mayoría de las mujeres sigue siendo el matrimonio y la mejor condecoración los hijos. Se ha debatido sobre si la mujer está hecha para el trabajo o para ver televisión con los hijos mientras llega el marido cansado de trabajar, si las mujeres sueñan más con la maternidad y con hablar con las vecinas o con ascender laboralmente y cultivar el intelecto y si tiene sentido competir con los hombres por los valores de los hombres siendo mujer, si los deseos de las mujeres tienen que ser los mismos de los hombres para que ellas no se sientan como seres inferiores. En Una habitación propia Virginia Woolf presenta el problema y en Tres guineas la solución, pero a quién le interesa leer estos libros en tiempos de redes sociales.

En tiempos de redes sociales el feminismo, el empoderamiento y el escrache se mezclan con el animalismo, el veganismo, la depresión, la ansiedad, la falta de oportunidades, onlyfans, la cirugía estética y la lucha contra la objetivación de las mujeres que no son sólo tetas y culo, la gordofobia, la copa menstrual, la homosexualidad, mi cuerpo mi decisión, el violador eres tú y una lista larga de reclamos, modas y temas perfectos para hacer publicidad y vender todo tipo de productos, empezando por el cuerpo de las mujeres. Ante semejante mezcolanza horrible y el escándalo diario es imposible avanzar.

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