El soñador perdido en la tierra del hielo

CAPITULO I

Esta es la historia de Ricardo un joven soñador que se la pasaba perdido en busca del mar. Hace muchos años que había partido de su tierra natal en búsqueda de ese gran milagro de la naturaleza. En búsqueda de ese gran cúmulo de agua que se extíende hasta mas allá de donde pueden llegar los ojos del hombre para mezclarse con el cielo y fundirse en una sola imagen que te empequeñece con su grandeza y te obnubila con su majestad.

Había sin querer, dado vueltas en círculos e incluso pasado varias veces por la misma región hasta que un día estando perdido llego a un lugar inesperado que nada parecía tener en relación con las fantásticas historias que había escuchado sobre el mar.

Llegó a un sitio donde había muchísimo frío y no había árboles, plantas, animales, ni personas. Solo nieve, hielo, soledad y unas extrañas cuevas  tapiadas con unas especies de puertas, pero no había nada mas solo nieve y frío.

Estuvo vagando un largo rato hasta que el sueño y el frío lograron vencerlo y sin darse cuenta cayó tendido en el suelo…..

Al despertar se dio cuenta que estaba amarrado y varios chicos brincaban a su alredor emocionados y asustados. Él por su parte se asustó mucho mas al sentirse cautivo en un lugar extraño.

En ese momento llegó una linda chica, era muy bella de unos 16 o 18 años tenía una piel blanca como de porcelana y un hermoso y largo cabello negro. Al verla quedó impactado por su belleza y de alguna forma su miedo se alejó al entender que tanto los chicos como ella sentían mayor temor por él.

Todos hablaban a la vez, la chica y los niños le hacían muchas preguntas de forma atropellada y el no hallaba como responder.

La chica dominó la situación, Ricardo podía ver claramente que ella era la hermana mayor y se encargaba de cuidar a sus cuatro hermanos.

 

– ¿Como te llamas y de donde vienes? Pregunto la chica en tono imperativo.

– Me llamo Ricardo y vengo de tierras muy lejanas. Me he perdido y no sé cómo he llegado a éste lugar, pero no teman que soy un hombre de bien y no pretendo hacerles daño.

– ¿Cómo podemos saber que no eres uno de los secuaces la Reina?

– No sé a que reina te Refieres, yo solo he llegado acá por error.

 

En eso uno de los chicos, el mayor a decir por su edad dice: No le creas Vanesa, puede querer engañarnos.

– No tengo intención de hacerles daño – aseguró Ricardo – Me perdí y llegue hasta acá. Les aseguro que no les haré daño. ¿Por favor libérenme?

 

Vanesa decidió confiar en el joven forastero y accedió a liberarle. Con ayuda de sus hermanos lo soltaron.

– Muchas gracias, les aseguro que no tienen  razón para desconfiar de mi. – Agradeció Ricardo – Pero cuéntenme ¿Quién es esa Reina de la que hablan y por qué le temen tanto?

 

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