El pasado día 12 de agosto dicté una conferencia en la Universidad Konrad Lorenz de Bogotá con el título Innovación social en las organizaciones: la empresa emocionalmente inteligente. La organización fue excelente, con lo que desde aquí quiero agradecer a Sandra Guarin y a Armando Barrios su amabilidad en la invitación, en el recibimiento y en la gestión del evento… seguro que no será la última vez que compartamos conocimiento y proyectos.
La idea de la conferencia era realizar un planteamiento general de la importancia que tiene la innovación social en las organizaciones debido a la necesidad de generar nuevos sistemas de gobernanza organizativa, nuevos sistemas humanos que cuenten una emocionalidad adecuada y fecundados desde un liderazgo de servicio que consigan organizaciones sanas a la vez que competitivas.
En un entorno amable, ya que el auditorio estaba lleno y con ganas de conocimiento, y después de los saludos y agradecimientos de rigor y de la presentación del ponente, comenzó la exposición haciendo referencia al propósito general de la charla: Promover un nuevo pensamiento, un proceso de innovación que se fundamenta en el incremento del aporte de valor en las organizaciones a través de su principal elemento estratégico y competitivo: las personas y las relaciones que generan. Para este propósito se propuso el siguiente itinerario: El contexto organizativo: la sociedad compleja; la Innovación social y su gobernanza; el Capital Social y su basamento: la confianza; Inteligencia Emocional; las organizaciones emocionalmente inteligentes, el liderazgo de servicio y para terminar una pregunta final… ¿ahora qué?
El punto de unión de las dos realidades, la Innovación Social y la Inteligencia Emocional, pivotó sobre la confianza, ya sea entendida como valor o como emoción, y la base que unía a las estas dos procesos eran, cómo no, las personas y sus relaciones. Se planteaba que el marco en el que se genera la interacción social es el que marca el paradigma de la inteligencia emocional, la unión de razón y emoción en todos los procesos mentales (y por lo tanto relacionales), y que organizaciones que consideren esta realidad, probada ya sobradamente por neurocientíficos, psicólogos, sociólogos, etc., conseguirían no solo una ventaja competitiva a la hora de gobernar sus procesos internos y externos sino que estarían ya realizando una innovación social debido a la incidencia que tiene esta forma de ver a las personas que componen la realidad organizativa en el sistema de gestión y gobernanza.
La charla tuvo un buen desarrollo y una gran aceptación quizás debido a que en ese entorno la relación entre innovación organizativa, en el cambio de las relaciones, y la parte emocional del proceso se entendía bien y dirá más, se agradecía una visión más humana, más real de las relaciones que se deben establecer dentro del marco de una empresa. Un auditorio permeable a la innovación, un auditorio joven que quiere cambiar las cosas haciendo, que quiere añadir valor de una forma sostenida y sostenible aplicando de forma creativa las nuevas realidades que le proporciona la ciencia, otras ramas de la ciencia más allá de las relacionadas con la Economía y la Gestión de Empresas, para que pueda añadir además un valor social que sea escalable… y eso a veces no es fácil de ver desde las estructuras que rigen el día a día de nuestro entorno, desde estructuras que se fundamentan en la defensa de su status quo.
En definitiva fue, como ven, una buena oportunidad para seguir planteando la necesidad de innovar socialmente en la gobernanza de nuestras organizaciones, de innovar en su filosofía de gestión, en sus relaciones, en su productividad para conseguir organizaciones y entornos más competitivos, más éticos, más humanos.
Aquí les dejo la presentación que utilicé…
8 comentarios