Barack Hussein Obama: Principios y valores de ayer y siempre

Barack Hussein Obama (20.01.2009)Finalmente he seguido la toma de posesión presidencial por parte de Barack Hussein Obama, siendo la primera vez que he escuchado un discurso suyo.

No entraré en su análisis, pues esta bitácora se ocupa de otras lides. Ahora bien, me ha resultado muy llamativo su apelación a recuperar los viejos principios y valores que hicieron fuerte a EE.UU y que sirvieron para afrontar épocas difíciles.

Y me ha llamado la atención porque llevo años en la red, demasiados ya, apelando a la vuelta a valores y principios «sólidos», renegando públicamente de cualquier ideología, creencia, filosofía o religión que me dicte lo que esté bien o mal.

En España muchos están cegados por la ideología de turno, anteponiéndola a cualquier otra consideración. De ello se deriva el sectarismo cainita que tanto mal nos hace como pueblo.

He sentido envidia de los estadounidenses por su nuevo presidente, al compararlo con los mediocres personajillos que conforman la casta política española que tiene secuestrada nuestra democracia.


Menéame.net Discurso inaugural del presidente Barack Obama [EN]

Traducido por el usuario recuerdame.

Conciudadanos:

Estoy aquí hoy con la humildad de la tarea que tenemos ante nosotros, agradecido por la confianza que me han depositado, consciente de los sacrificios de nuestros antepasados.

Le agradezco al presidente George Bush por sus servicios a nuestra nación, así como por la generosidad y cooperación que ha demostrado en estar transición.

Cuarenta y cuatro estadounidenses han juramentado para ser presidentes, las palabras se han dicho en tiempos de prosperidad y de paz, pero de tanto en tanto el juramento se produce en medio de nubarrones y de tormentas.

En estos momentos Estados Unidos no solamente ha seguido adelante por la visión del liderazgo, sino porque nosotros, el pueblo, hemos mantenido la fidelidad a los ideales de los próceres y la fe en nuestros documentos fundamentales, así tiene que ser con esta generación de estadounidenses, que estamos en medio de crisis que no entienden cabalmente.

Nuestra nación esta en guerra contra una vasta red de violencia y odio, nuestra economía está muy debilitada debido a la irresponsabilidad de algunos, pero también por que no tomamos decisiones firmes para preparar a nuestra nación para una nueva era.

La gente ha perdido hogares, empleos negocios, nuestro servicio médico es muy costoso y cada día trae más evidencia en que la forma en que utilizamos la energía fortalece a nuestros adversarios.

Estos son los indicadores de la crisis, sujetos de datos y estadísticas, menos medible, pero no menos profundo es la falta de confianza en nuestra nación un temor de que la declinación de Estados Unidos es inevitable y que la próxima generación debe reducir sus expectativas, hoy los retos que enfrentamos son reales a son muchos, que no se van a encerar con facilidad o en corto tiempo pero, sepan esto estadounidenses van a ser encarados.

Este día nos reunimos porque hemos decidido optar por la esperanza sobre el miedo, en la unidad de propósitos sobre el conflicto y la discordia, en este día queremos proclamar el fin de los reclamos mezquinos y las falsas promesas, las recriminaciones y los dogmas desgastados que por mucho tiempo han estrangulado a nuestra política, seguimos siendo una nación joven, pero como dice la escritura, ha llegado el momento de reafirmar nuestros espíritu perdurable, des escoger lo mejor de muestra historia y avanzar con este don, esta idea noble pasada de generación en generación la promesa divina de que todos somos iguales, libres y merecemos la oportunidad de buscar la felicidad.

Al reafirmar la grandeza de nuestra nación entendemos que la grandeza no es un regalo absoluto. Debe ganarse. Nuestro viaje nunca ha sido uno de atajos o de conformismos, no ha sido un camino para los débiles, para los que prefieren el placer al trabajo o que buscan solo los placeres de la riqueza y la fama, han sido los ambiciosos, aquellos que hacen cosas, los que corren riesgos, algunos conocidos, en su mayoría gente desconocida que han avanzado por esta difícil senda hacia la prosperidad y la libertad, por nosotros ellos reunieron sus pocas posesiones y cruzaron océanos buscando una nueva vida, por nosotros ellos trabajaron en fábricas, conquistaron el Oeste, se aguantaron las dificultades. Por nosotros lucharon y murieron en lugares como Concorde y Kenninsburg. Norman Diaz y Key Sand.

Una y otra vez estos hombres y mujeres lucharon y se sacrificaron y trabajaron hasta que sus manos sangraban para que tuviéramos una vida mejor. Ellos vieron a Estados Unidos como algo más grande que la suma de nuestra ambiciones y debilidades, más grande que las diferencias provenientes del nacimiento y de la riqueza. Este es el viaje en el que estamos hoy.

Seguimos siendo la nación más próspera y poderosa del mundo. Nuestros trabajadores no son menos productivos que cuando empezó la crisis. Nuestra mente no es menos creativa. Nuestros bienes y servicios no son menos necesarios que hace una semana, un mes o un año. Nuestra capacidad se mantiene, pero el momento de quedarnos observando, de proteger intereses mezquinos, ese tiempo ha pasado.

A partir de hoy debemos levantarnos, desempolvarnos y comenzar a trabajar para rehacer a Estados Unidos.

Donde quiera que miremos hay trabajo por hacer. El estado de la economía demanda acciones audaces y vamos a actuar no sólo para crear nuevos empleos sino para asentar los fundamentos del crecimiento.

Construiremos las carreteras y los puentes, las redes eléctricas y líneas digitales que alimentan nuestros comercios, reestableceremos la posición que le corresponde a la ciencia y usaremos las maravillas de la tecnología para mejorar el cuidado médico y disminuir sus costos. Aprovecharemos los recursos del Sol y el viento para movilizar nuestras fábricas y autos y transformaremos las escuelas y universidades para atender la demanda de la nueva era.

Podemos hacerlo y esto es lo que vamos a hacer.

Algunos cuestionarán la escala de nuestras ambiciones, les sugerimos que nuestro sistema no puede tolerar demasiados planes. Ellos tienen una memoria corta, porque han olvidado lo que este país ya ha hecho, lo que hombres y mujeres libres pueden lograr cuando la imaginación y el propósito común se unen y la necesidad y el coraje.

Lo que los cínicos no entienden es que el suelo se les ha movido, que los argumentos políticos desgastados que nos han consumido por tanto tiempo ya no se aplican. La pregunta que nos hacemos hoy no es si el gobierno es muy grande o muy pequeño, sino si acaso trabaja, si ayuda a las familias a encontrar empleos decentes, le da el cuidado que necesita, una jubilación digna. Si la respuesta es sí, seguiremos adelante, cuando la respuesta sea no, los programas se acabarán y aquellos que manejamos el dinero público tendremos que responder para usarlo de manera sabia, reformar los malos hábitos y sólo así podremos reestablecer la confianza vital entre el pueblo y su gobierno.

Tampoco la pregunta es si el mercado es una fuerza para el bien o el mal, es un poder para generar riqueza y libertad incomparable. La crisis nos debe recordar que si no hay un ojo vigilante, el mercado se puede salirse de control y una nación no sólo puede prosperar en favor de los más prósperos. El éxito de nuestra economía siempre ha dependido no solo del tamaño de nuestro Producto Interno Bruto, sino por el alcance de nuestra prosperidad, nuestra habilidad de extender oportunidades a cada uno. No por caridad si no porque es el camino más seguro al bien común.

En cuanto a nuestra defensa común rechazamos la falsa premisa de que hay que escoger entre la seguridad y los ideales. Nuestros próceres se enfrentaron a peligros que no podemos ni siquiera imaginar. Ellos pasaron una senda para asegurar el imperio de la ley y los derechos del hombre expandiéndola con la sangre de generaciones. Esos ideales siguen iluminando el mundo y no vamos a renunciar a ellos solamente por celeridad, así que a todos los otros pueblos y gobiernos que nos observan hoy desde las grandes capitales a los más pequeños pueblos, como aquel en que nació mi padre, sepan que Estados Unidos es una amiga de cada nación, de cada hombre mujer y niño que quiere un futuro de paz y dignidad y estamos listos para retomar el liderazgo.

Las generaciones que nos precedieron enfrentaron el fascismo y el comunismo no sólo con mísiles y tanques sino con firmes alianzas y convicciones, entendieron que nuestro poderío por sí solo no podía protegernos ni nos daba el derecho de hacer lo que nos daba en gana, en lugar de eso vieron que nuestro poder crecía gracias a su uso prudente, nuestra seguridad se derivaba de la justicia de nuestra causa, la fuerza de nuestro ejemplo y la templanza de nuestras cualidades de humildad y comedimiento.

Somos los defensores de este legado guiados por estos principios podemos encarar esas amenazas que requieren un mayor esfuerzo, más cooperación y entendimiento entre las naciones, comenzaremos de manera responsable dejando a Irak en manos de su pueblo y para consolidar la paz en Afganistán con viejos amigos y enemigos, trabajaremos incansablemente para reducir la amenaza nuclear y el fantasma de un planeta en calentamiento, no vamos a disculparnos por nuestro estilo de vida ni vamos a doblegarnos en su defensa, lo que les decimos es que nuestro espíritu es fuerte y no va a ser quebrantado, ustedes no van a durar más que nosotros y los vamos a derrotar.

Porque sabemos que nuestro legado es de fortaleza y no de debilidad somos una nación de cristianos y musulmanes, judíos, hindúes y no creyentes, nos ha conformado cada lenguaje y cultura, hemos derivado lesiones de cada rincón del mundo y hemos conocido la amargura de la guerra civil y la segregación, y hemos salido de esos capítulos oscuros más fuertes y unidos y no podemos dejar que los odios del pasado simplemente se esfumen.

A medida que nuestro mundo se hace más pequeño nuestra humanidad debe relevarse y Estados Unidos debe abrir paso a una nueva época de paz.

Al mundo musulmán buscamos una nueva forma de avanzar basada en intereses mutuos y respeto mutuo, a aquellos líderes que quieren sembrar conflicto o culpar de sus problemas a Occidente sepan que su gente los va a juzgar no por lo que han construido, sino por lo que han destruido.

A aquellos que se aferran al poder mediante la corrupción y el engaño y tratando de silenciar la disensión, sepan que están del lado equivocado de la historia, pero les vamos a tender la mano si están dispuestos a abrir el puño

A la gente de pueblos pobres les prometemos trabajar con ustedes para que sus granjas prosperen y tengan agua limpia, para ayudar a la gente con hambre y a las mentes con hambre, a aquellas naciones, como la nuestra, que tienen cierto grado de bienestar les diremos no podemos dejarnos llevar por la indiferencia por los que sufren fuera de nuestras fronteras, el mundo ha cambiado y nosotros debemos cambiar con él.

Al considerar el camino que tenemos frente a nosotros recordamos con humilde gratitud a los valerosos estadounidenses que a esta hora patrullan desiertos y montañas lejanas, ellos tienen algo que decirnos como los héroes caídos que yacen en Arlington, los honramos no sólo porque son los guardianes de nuestra libertad sino porque representan el espíritu de servicio, una disposición a encontrar significado en algo más grande que ellos mismos y en este momento, un momento que va a definir a una generación es precisamente este espíritu el que debe embargarnos a todos, porque por todo lo que pueda hacer un gobierno y deba hacer, en última instancia es la fe y determinación del pueblo estadounidense en lo que depende esta nación.

Es la generosidad para atender a un extraño, la generosidad de trabajar y es optar por perder unas horas antes que ver a un amigo desempleado, es el coraje de un bombero para entrar por una escalera llena de humo pero de un padre dispuesto a orientar y cuidar a su hijo, eso es lo que decide nuestro futuro, nuestros retos pueden ser nuevos, los instrumentos con los que nos enfrentamos pueden ser nuevos, pero esos valores de los que dependen nuestro éxito son honestidad, trabajo duro, coraje, justicia, tolerancia, curiosidad, lealtad y patriotismo.

Estas son cosas inmanentes, estas cosas son ciertas, han sido la fuerza del progreso a lo largo de nuestra historia lo que hace falta entonces es volver a estos fundamentos, lo que se requiere de nosotros es una nueva era de responsabilidad, un reconocimiento de parte de cada estadounidense de que tenemos responsabilidades con nosotros, con la nación y el mundo, responsabilidades que no aceptamos a regañadientes sino con gusto, sabiendo que nada es más satisfactorio para el espíritu y definitorio de nuestro carácter que el entregarnos por entero a una tarea difícil, este es el precio y la promesa de la ciudadanía, esta es la fuente de nuestra confianza.

El saber que Dios nos ha pedido que le demos forma a nuestro destino, este es el significado de nuestra libertad y nuestro credo, cuando hombres y mujeres y niños de cada raza y de cada fe pueden unirse en esta alameda nacional y porque un hombre cuyo padre salió hace menos de 60 años y quién trabajaba en un restaurante, está ahora con ustedes para asumir este importantísimo cargo.

Así que marquemos este día con el recuerdo de quiénes somos y cuánto hemos recorrido, en el año en que nació nuestro país, en los meses más frías, una pequeña banda de patriotas reunidos frente a fogatas, frente a un río congelado, la capital había sido abandonada, el enemigo avanzaba y la nieve estaba salpicada de sangre, en el momento en el que el futuro de la revolución estaba dudoso, el padre de nuestra nación ordenó que estas palabras fueran leídas a la gente: “Digámosle a los pueblos del futuro que en medio del invierno cuando nada podía sobrevivir que no fueran la esperanza y la virtud en la ciudad y en el país, frente a un peligro común, salimos al frente”.

Estados Unidos de cara a este invierno de dificultades recordemos estas palabras eternas, con esperanza y virtud encaremos una vez más las corrientes congeladas y aguantemos lo que nos traiga la tormenta, que nuestros hijos y nuestros nietos digan que cuando nos sometieron a la prueba nos negamos a claudicar, no volvimos la espalda y no fracasamos y que con los ojos en el horizonte y la gracia de Dios con nosotros, avanzamos con el don de la libertad y se los entregamos a salvo a generaciones futuras.

Gracias

Dios los bendiga y que Dios bendiga a los Estados Unidos.

Acerca de maty
Nauscopio Scipiorum

22 Responses to Barack Hussein Obama: Principios y valores de ayer y siempre

  1. maty says:

    Dicho lo cual, Nauscopio vuelve a su cauce habitual, deseando que las obras de Obama estén a la altura de su discurso, mas sólo el tiempo dirá.
    Cualquier valoración sobre el personaje y su trayectoria lo haré vía comentarios en bitácoras ajenas, en Una temporada en el infierno principalmente, mas todos sabéis que soy muy promiscuo en mis comentarios.
    Nauscopio está para otras cosas.
    Por cierto, al poco de migrar a Nireblog, creé la categoría principios, así que es evidente de que en ello estaba antes de la aparición pública del personaje. Ya vendrán otros que se apuntarán al carro, como es habitual en los que necesitan que otros les dicten el camino a seguir.
    – FIN –

  2. maty says:

    EL PAÍS Discurso inaugural del presidente Barack Obama

    «I stand here today humbled by the task before us, grateful for the trust you have bestowed, mindful of the sacrifices borne by our ancestors. I thank President Bush for his service to our nation, as well as the generosity and cooperation he has shown throughout this transition.
    Forty-four Americans have now taken the presidential oath. The words have been spoken during rising tides of prosperity and the still waters of peace. Yet, every so often, the oath is taken amidst gathering clouds and raging storms. At these moments, America has carried on not simply because of the skill or vision of those in high office, but because We the People have remained faithful to the ideals of our forebearers, and true to our founding documents.
    So it has been. So it must be with this generation of Americans.
    That we are in the midst of crisis is now well understood. Our nation is at war, against a far-reaching network of violence and hatred. Our economy is badly weakened, a consequence of greed and irresponsibility on the part of some, but also our collective failure to make hard choices and prepare the nation for a new age. Homes have been lost; jobs shed; businesses shuttered. Our health care is too costly; our schools fail too many; and each day brings further evidence that the ways we use energy strengthen our adversaries and threaten our planet.
    These are the indicators of crisis, subject to data and statistics. Less measurable but no less profound is a sapping of confidence across our land – a nagging fear that America’s decline is inevitable, and that the next generation must lower its sights.
    Today I say to you that the challenges we face are real. They are serious and they are many. They will not be met easily or in a short span of time. But know this, America: They will be met.
    On this day, we gather because we have chosen hope over fear, unity of purpose over conflict and discord.
    On this day, we come to proclaim an end to the petty grievances and false promises, the recriminations and worn-out dogmas, that for far too long have strangled our politics.
    We remain a young nation, but in the words of Scripture, the time has come to set aside childish things. The time has come to reaffirm our enduring spirit; to choose our better history; to carry forward that precious gift, that noble idea, passed on from generation to generation: the God-given promise that all are equal, all are free, and all deserve a chance to pursue their full measure of happiness.
    In reaffirming the greatness of our nation, we understand that greatness is never a given. It must be earned. Our journey has never been one of shortcuts or settling for less. It has not been the path for the fainthearted – for those who prefer leisure over work, or seek only the pleasures of riches and fame. Rather, it has been the risk-takers, the doers, the makers of things – some celebrated, but more often men and women obscure in their labor – who have carried us up the long, rugged path toward prosperity and freedom.
    For us, they packed up their few worldly possessions and traveled across oceans in search of a new life.
    For us, they toiled in sweatshops and settled the West; endured the lash of the whip and plowed the hard earth.
    For us, they fought and died, in places like Concord and Gettysburg; Normandy and Khe Sahn.
    Time and again, these men and women struggled and sacrificed and worked till their hands were raw so that we might live a better life. They saw America as bigger than the sum of our individual ambitions; greater than all the differences of birth or wealth or faction.
    This is the journey we continue today. We remain the most prosperous, powerful nation on Earth. Our workers are no less productive than when this crisis began. Our minds are no less inventive, our goods and services no less needed than they were last week or last month or last year. Our capacity remains undiminished. But our time of standing pat, of protecting narrow interests and putting off unpleasant decisions – that time has surely passed. Starting today, we must pick ourselves up, dust ourselves off, and begin again the work of remaking America.
    For everywhere we look, there is work to be done. The state of the economy calls for action, bold and swift, and we will act – not only to create new jobs, but to lay a new foundation for growth. We will build the roads and bridges, the electric grids and digital lines that feed our commerce and bind us together. We will restore science to its rightful place, and wield technology’s wonders to raise health care’s quality and lower its cost. We will harness the sun and the winds and the soil to fuel our cars and run our factories. And we will transform our schools and colleges and universities to meet the demands of a new age. All this we can do. And all this we will do.
    Now, there are some who question the scale of our ambitions – who suggest that our system cannot tolerate too many big plans. Their memories are short. For they have forgotten what this country has already done; what free men and women can achieve when imagination is joined to common purpose, and necessity to courage.
    What the cynics fail to understand is that the ground has shifted beneath them – that the stale political arguments that have consumed us for so long no longer apply. The question we ask today is not whether our government is too big or too small, but whether it works – whether it helps families find jobs at a decent wage, care they can afford, a retirement that is dignified. Where the answer is yes, we intend to move forward. Where the answer is no, programs will end. And those of us who manage the public’s dollars will be held to account – to spend wisely, reform bad habits, and do our business in the light of day – because only then can we restore the vital trust between a people and their government.
    Nor is the question before us whether the market is a force for good or ill. Its power to generate wealth and expand freedom is unmatched, but this crisis has reminded us that without a watchful eye, the market can spin out of control – and that a nation cannot prosper long when it favors only the prosperous. The success of our economy has always depended not just on the size of our gross domestic product, but on the reach of our prosperity; on our ability to extend opportunity to every willing heart – not out of charity, but because it is the surest route to our common good.
    As for our common defense, we reject as false the choice between our safety and our ideals. Our Founding Fathers, faced with perils we can scarcely imagine, drafted a charter to assure the rule of law and the rights of man, a charter expanded by the blood of generations. Those ideals still light the world, and we will not give them up for expedience’s sake. And so to all other peoples and governments who are watching today, from the grandest capitals to the small village where my father was born: Know that America is a friend of each nation and every man, woman and child who seeks a future of peace and dignity, and that we are ready to lead once more.
    Recall that earlier generations faced down fascism and communism not just with missiles and tanks, but with sturdy alliances and enduring convictions. They understood that our power alone cannot protect us, nor does it entitle us to do as we please. Instead, they knew that our power grows through its prudent use; our security emanates from the justness of our cause, the force of our example, the tempering qualities of humility and restraint.
    We are the keepers of this legacy. Guided by these principles once more, we can meet those new threats that demand even greater effort – even greater cooperation and understanding between nations. We will begin to responsibly leave Iraq to its people, and forge a hard-earned peace in Afghanistan. With old friends and former foes, we will work tirelessly to lessen the nuclear threat, and roll back the specter of a warming planet. We will not apologize for our way of life, nor will we waver in its defense, and for those who seek to advance their aims by inducing terror and slaughtering innocents, we say to you now that our spirit is stronger and cannot be broken; you cannot outlast us, and we will defeat you.
    For we know that our patchwork heritage is a strength, not a weakness. We are a nation of Christians and Muslims, Jews and Hindus – and nonbelievers. We are shaped by every language and culture, drawn from every end of this Earth; and because we have tasted the bitter swill of civil war and segregation, and emerged from that dark chapter stronger and more united, we cannot help but believe that the old hatreds shall someday pass; that the lines of tribe shall soon dissolve; that as the world grows smaller, our common humanity shall reveal itself; and that America must play its role in ushering in a new era of peace.
    To the Muslim world, we seek a new way forward, based on mutual interest and mutual respect. To those leaders around the globe who seek to sow conflict, or blame their society’s ills on the West: Know that your people will judge you on what you can build, not what you destroy. To those who cling to power through corruption and deceit and the silencing of dissent, know that you are on the wrong side of history; but that we will extend a hand if you are willing to unclench your fist.
    To the people of poor nations, we pledge to work alongside you to make your farms flourish and let clean waters flow; to nourish starved bodies and feed hungry minds. And to those nations like ours that enjoy relative plenty, we say we can no longer afford indifference to suffering outside our borders; nor can we consume the world’s resources without regard to effect. For the world has changed, and we must change with it.
    As we consider the road that unfolds before us, we remember with humble gratitude those brave Americans who, at this very hour, patrol far-off deserts and distant mountains. They have something to tell us today, just as the fallen heroes who lie in Arlington whisper through the ages. We honor them not only because they are guardians of our liberty, but because they embody the spirit of service; a willingness to find meaning in something greater than themselves. And yet, at this moment – a moment that will define a generation – it is precisely this spirit that must inhabit us all.
    For as much as government can do and must do, it is ultimately the faith and determination of the American people upon which this nation relies. It is the kindness to take in a stranger when the levees break, the selflessness of workers who would rather cut their hours than see a friend lose their job which sees us through our darkest hours. It is the firefighter’s courage to storm a stairway filled with smoke, but also a parent’s willingness to nurture a child, that finally decides our fate.
    Our challenges may be new. The instruments with which we meet them may be new. But those values upon which our success depends – hard work and honesty, courage and fair play, tolerance and curiosity, loyalty and patriotism – these things are old. These things are true. They have been the quiet force of progress throughout our history. What is demanded then is a return to these truths. What is required of us now is a new era of responsibility – a recognition, on the part of every American, that we have duties to ourselves, our nation and the world; duties that we do not grudgingly accept but rather seize gladly, firm in the knowledge that there is nothing so satisfying to the spirit, so defining of our character, than giving our all to a difficult task.
    This is the price and the promise of citizenship.
    This is the source of our confidence – the knowledge that God calls on us to shape an uncertain destiny.
    This is the meaning of our liberty and our creed – why men and women and children of every race and every faith can join in celebration across this magnificent Mall, and why a man whose father less than 60 years ago might not have been served at a local restaurant can now stand before you to take a most sacred oath.
    So let us mark this day with remembrance, of who we are and how far we have traveled. In the year of America’s birth, in the coldest of months, a small band of patriots huddled by dying campfires on the shores of an icy river. The capital was abandoned. The enemy was advancing. The snow was stained with blood. At a moment when the outcome of our revolution was most in doubt, the father of our nation ordered these words be read to the people:
    «Let it be told to the future world … that in the depth of winter, when nothing but hope and virtue could survive… that the city and the country, alarmed at one common danger, came forth to meet [it].»
    America. In the face of our common dangers, in this winter of our hardship, let us remember these timeless words. With hope and virtue, let us brave once more the icy currents, and endure what storms may come. Let it be said by our children’s children that when we were tested, we refused to let this journey end, that we did not turn back, nor did we falter; and with eyes fixed on the horizon and God’s grace upon us, we carried forth that great gift of freedom and delivered it safely to future generations.»

  3. maty says:

    Una temporada en el infierno Obama, el islam y el nuevo siglo religioso

    Obama nos propone una Nueva Era de Responsabilidad [Washington Post, 20 enero 09, “A New Era of Responsibility”] invocando a Dios y recurriendo a una retórica mesiánica, religiosa: “Su estilo es básicamente de iglesia, religioso” [BBC, 20 enero 09, Obama: oratoria y originalidad].
    Tal dimensión mesiánica, religiosa, jurada ante una Biblia heredada del Lincoln, no deja de iluminar una cierta “opacidad y ambigüedad de la esperanza” [The Opacity of Hope. A President of great personal talents but public elusiveness, Wall Street Journal, 20 enero 09]

  4. corsaria says:

    «deseando que las obras de Obama estén a la altura de su discurso»
    Políticos… A ver los hechos. Entretanto sólo se queda en un bonito discurso. Dentro de 6 meses o un año, a ver que ha cambiado.

  5. maty says:

    Los hechos… terribles son los que se encuentra:
    Euribor Lo que hereda Obama (II)

    Salvando las dudas acerca de la exactitud de las cifras y la tristeza de que la mayoría de dichos gastos sean en esfuerzo bélico, vemos que el novato presidente Obama se enfrenta a un proyecto gubernamental para salir de la crisis cuyas cifras son estimadas como algo superiores (8.5 billones de $) a la suma de todos los costes aquí reflejados. Por supuesto hay que insistir en que el que ese dinero se gaste no significa que se pierda pero desde luego asombra hablar de estas cantidades. El paquete se distribuye así:
    * Préstamos respaldados por activos de valor: 2.3b
    * Inversiones de capital en empresas en quiebra con un valor neto negativo: 3b
    * Garantías en derivados asumidas por el estado: 3.2b…
    => Imagen Suma total de los mayores presupuestos/guerras = 8,1 Billones de $

    Lo dicho, la recesión (2008) -> Depresión (2009-2010) -> ¿Gran Depresión? (2010) -> Estancamiento (2011, 2012… ¿20128?) va para muy largo, así que mejor preocuparnos por nosotros y nuestras familias, puesto que el actual gobierno del PSOE de Solbes y Zapatero no lo está haciendo (sólo parchea, sin proponer las inevitables reformas estructurales, que ahora serían menos costosas y traumáticas que dentro de unos años cuando no quede otra, país).
    Las demás políticas internas estadounidenses no me/nos incumben, allá ellos pues no vivo allí sino en España, digo.
    Obama tiene propósito de hacer cambios estructuales de todo tipo. Tendrá éxito o no, ya se verá, pero el inmovilismo actual del gobierno español nos encamina hacia el desastre económico (tampoco es que el PP aporte propuestas concretas, básicamente se limita al desgaste).

    Que si el aborto, que si el matrimono homosexual, que si Guantánamo… no los abordaré en Nauscopio.

  6. maty says:

    The Boston Globe / The Big Picture The Inauguration of President Barack Obama afotos y más afotos grandes

  7. maty says:

    Recuerdos del día de mañana Los retos de Barack Obama

    Los principales problemas a los que se tendrá que enfrentar Barack Obama durante su mandato habrán de ser los siguientes.
    1. En el ámbito interno:

    Una crisis económica sin precedentes desde 1929 con un fondo de rescate asignado de 775.000 millones de dólares solo para las repercusiones financieras.
    La creación de empleos en un país con record de paro y destrucción de empleo: 9 millones de parados, 6,7% de la población activa.
    El impulso a la crítica situación de la industria del automóvil.
    La degradación del nivel de vida del americano medio.
    La deuda pública record en 10.699 millones de dólares.
    Un déficit público record , en un país con tradición deficitaria, de 483.000 millones de dólares.
    El control del precio del petróleo y los alimentos.
    700.000 millones de dólares dedicados a gasto militar.
    Expansión del sistema de sanidad, cuarenta y siete millones de personas en EEUU carece de seguro médico.
    Mejora del sistema de educación.
    Mejorar el proceso de naturalización de inmigrantes y, al tiempo, fortalecer la seguridad en las fronteras.
    Control de armas en la sociedad más armada del mundo.
    Control de los poderosísimos lobbies que durante el periodo Bush han parecido detentar un poder omnímodo.
    Mejora en los sistemas de jubilación en EEUU.
    Consecución de la independencia energética.

    2. En el ámbito externo:

  8. sir_eider says:

    Sigue, sigue, jejeje… Te falta la 2ª parte… si ya lo decía el amigo SNB que pronto empezará el soniquete de «la culpa la tiene el negro»… pobre Obama, no ha podido llegar en peor momento…

  9. maty says:

    EL CONFIDENCIAL La confianza de EEUU en su Presidente se hunde hasta niveles de Bush de 2001

    El informe Rasmussen ha desvelado que la popularidad del Presidente de los Estados Unidos ha descendido del 56% al 43%, la tercera caída desde que juró su cargo el 20 de enero…

  10. maty says:

    Barcepundit

    Según Gallup, a estas alturas de su mandato Obama es el décimo de los doce presidentes después de la Segunda Guerra Mundial. Incluido George W. Bush

    -> USATODAY.com Presidential approval tracker
    -> USATODAY.com Poll: Less faith in Obama’s economic abilities

  11. maty says:

    LECTURA MUY RECOMENDABLE
    Desde el exilio -> ABC.es La amenaza de la igualdad Hermann Tertsch

    salvo una minoría de irredentos, todo el espectro político ha asumido casi por igual la sacralidad incuestionable de la igualdad entre los individuos y las culturas. A quienes discuten esta religión del igualitarismo -con todos sus muchos dogmas- lo convierten directamente en paria o enemigo del bien, nada menos…

    ¡Cuántas veces se ha hecho ya a lo largo de la historia! Acabar con la libertad en nombre de la igualdad. Volvemos a las andadas. Es una lacra intelectual con hondas raíces en la cultura occidental…

    Como la igualdad es imposible sólo se puede simular con la mentira
    La sociedad que obliga a sus miembros desde la infancia a adaptarse al nivel del peor es una sociedad abocada al fracaso

  12. maty says:

    Barcepundit LA VICTORIA del republicano Scott Brown en el estado más demócrata de los estados demócratas es imposible de subestimar

    Además de psicológica, la victoria republicana tiene un efecto profundo en el sistema político estadounidense. Perdiendo el escaño 60 en el Senado, los demócratas se quedan sin la conocida como supernayoría, el rodillo que les habría permitido aprobar las reformas proyectadas prescindiendo de la oposición republicana. No se trata, como he oído en varios sitios ya, de que los republicanos van a poder bloquear cualquier iniciativa de Obama (típico enfoque que los deja bajo la peor luz posible), sino de que al fin va a ser necesario un entendimiento bipartidista, lo que siempre es bueno en una democracia sana…

    Hace años que deposité mi confianza en José Guardia respecto a las informaciones sobre EE.UU., tan pésimamente cubiertas -y sesgadas- desde los medios de (in)comunicación españoles.

  13. maty says:

    Francisco Llinares Coloma Obama dice que limitará el tamaño de los bancos

    Si realmente Obama hubiera querido tener bajo control a los grandes bancos que han hinchado, vampirizado y hecho explotar la burbuja, no hubiera nombrado a altos cargos de la administración a los mismos que provocaron la catástrofe

  14. maty says:

    Barcepundit MENOS MAL que Obama iba a arreglarlo todo…

    según Gallup, Obama es el que más ha polarizado el país en su primer año de mandato desde que se registran datos, durante la presidencia de Eisenhower: hay un abismo de nada menos 65 puntos entre su aprobación por parte de demócratas y de republicanos. El segundo fue Clinton, el tercero Reagan, y el cuarto Bú…

  15. maty says:

    menéame -> LA RAZÓN Obama propone penas de cárcel para frenar la «piratería»

    El presidente de EE UU ha mostrado su lado más duro en la negociación sobre la defensa de la propiedad intelectual.

    Hace unos días, Obama se pronunció claramente sobre su intención de luchar «con agresividad» contra la «piratería» en internet, y ayer comprobamos que su aviso iba en serio. El grupo francés La Quadrature du Net, uno de los más combativos contra la ley «antipiratería» francesa, filtró a través de su web el borrador del ACTA, el tratado contra las falsificaciones y para la protección de la propiedad intelectual que ha impulsado EEUU y Japón, y que negocian en secreto con las grandes potencias en el seno de la Organización Mundial del Comercio, cuya próxima reunión tendrá lugar en Nueva Zelanda en el mes de abril. Entre las medidas que proponen en lo referente a internet, destaca la posibilidad de imponer penas de prisión por delitos contra la propiedad intelectual. Para los más críticos supone además convertir a las empresas telefónicas en vigilantes de la red sin un respaldo judicial detrás, pues invitan a «terminar con la suscripción y cuentas de los usuarios reincidentes»; de no ser así, podrían sufrir multas o la clausura de sus empresas…

    A la hora de la verdad, unos y otros defienden intereses de los lobbys de los que reciben apoyo para salir elegidos.

  16. maty says:

    Recuerdos del día de mañana Barack Obama en la historia

    La posibilidades de que todo el liderazgo carismático de Obma quedara en una operación de marketing personal y político a nivel global era muy alta pero, sin embargo, varios hechos recientes han hecho que la situación cambie y que gracias a Barack Obama se consolide y refuerce su posición en EEUU y en el mundo.

    La aprobación de la reforma sanitaria en EEUU, aún recortada y con bastantes acuerdos tras de si, y la firma con Rusia de un exigente tratado de no proliferación nuclear han colocado a Barack Obama en la historia…

  17. maty says:

    Zero Hedge It’s Official: Obama Is Now The Worst American President As His Approval Rating Plunges Far Below Carter’s

    …from US News: «President Obama’s slow ride down Gallup’s daily presidential job approval index has finally passed below Jimmy Carter, earning Obama the worst job approval rating of any president at this stage of his term in modern political history. Since March, Obama’s job approval rating has hovered above Carter’s, considered among the 20th century’s worst presidents, but today Obama’s punctured Carter’s dismal job approval line. On their comparison chart, Gallup put Obama’s job approval rating at 43 percent compared to Carter’s 51 percent

  18. maty says:

    LD / Libre Mercado Obama dispara la deuda pública de EEUU hasta el 100% del PIB M. Llamas

    Hace apenas un par de semanas, la deuda estadounidense superaba el umbral histórico de los 15 billones de dólares. Desde entonces, ha sumado otros 100.000 millones, alcanzando un total de 15,11 billones tras las últimas subastas de bonos del Tesoro estadounidense. De este modo, la deuda se sitúa en el 99,5% del PIB, el nivel más alto desde la II Guerra Mundial, ya que el PIB estadounidense se situó en 15,18 billones en el tercer trimestre del año. Y el problema es que sigue en aumento.

    En la actualidad, tan sólo restan 70.000 millones de dólares para alcanzar la barrera del 100% del PIB, y el dato clave es que el Gobierno federal prevé emitir cerca de 160.000 millones extra de aquí a finales de año. Es decir, la deuda de EEUU cerrará 2011 superando la barrera psicológica del 100%

    Me reitero, está haciendo bueno a Georges Bush hijo.

    Claro que, en comparación con Zapatero -ha doblado la deuda pública española, de un 34% al 69% que se espera termine 2011- es un gestor excelente.

    La clase gobernante mundial es de una mediocridad alarmante.

  19. maty says:

    233grados.com Obama: La prensa es vital para crear democracias sostenibles

    Mi titular alternativo, al menos en lo referente a España:

    «La prensa es vital para crear partitocracias sostenibles»

  20. maty says:

    Barcepundit Hablando de problemas para Obama…

    HABLANDO de problemas para Obama: el Senado rechazó ayer su presupuesto por 99 a 0. Hace unas semanas, la Cámara de Representantes lo hizo por 414 a 0. Es decir no fue apoyado por ni un solo legislador, ni siquiera de su propio partido.

    Creeríais que una noticia así aparecería en los medios españoles, ¿verdad? Al fin y al cabo no pasa todos los días que al presidente de la primera potencia mundial le tumben el presupuesto, y más estando como estamos inmersos en el debate austeridad europea vs. políticas de estímulo en EEUU, que los enteraos dicen que funcionan. Pues –por lo menos según lo que sale en Google News– os estaríais equivocando

    Lo dicho: medios de (in)comunicación españoles => PAPELERA

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