El día en que Lily Potter asestó el que quizá haya sido el segundo golpe más duro contra su hermano (y digo el segundo porque más adelante volvería a hacerlo víctima de sus maquinaciones, con consecuencias tal vez más graves) fue también el día en que perdí una porción significativa de mis recuerdos con Alcyone. Lily no solo quiso usarnos a mi esposa y a mí como una distracción para poder colarse en la oficina del Hacedor de Reyes, sino que además tuvo la gentileza de meterse con mi cerebro. La hermana de Al, antes de llevarnos al Ministerio como dos corderos al matadero, utilizó la Legeremancia combinada con la maldición Imperius para averiguar cuándo había creado el Mapa del Merodeador de Londres, y para borrar todos mis recuerdos relacionados con ello.
Lily logró su objetivo, lo cual es como decir que un médico que quiere hacer una incisión en el pecho de un paciente y usa una motosierra en vez de un bisturí logró su objetivo. Mis recuerdos fueron borrados… y con ellos, muchísimos recuerdos compartidos con Alcyone durante los años que pasamos en Durmstrang, durante los cuales comencé a trabajar en el Mapa, así como el tiempo que pasamos escondidos mientras colaborábamos en el esfuerzo de derrocar a Servilia Crouch, que fue cuando concluí mi trabajo. Decenas de mañanas, tardes y noches con Alcyone, cientos de besos y caricias, miles de palabras amorosas, todas borradas de un plumazo. Alcyone, que no fue víctima de los Obliviate de Lily, me relató los recuerdos más importantes en las semanas posteriores, pero siempre se rehusó a dejarme sus memorias con mis propios ojos empleando un Pensadero, pues los Sanadores de San Mungo le habían advertido que aquello podía significar un shock para mí, comparable —aunque mucho peor— al que experimentan los sonámbulos al ser despertados durante sus caminatas. Si bien recuerdo muchísimos momentos hermosos junto a Alcyone, siempre pienso con amargura en los recuerdos que perdí por culpa de Lily Potter. Si le guardo rencor, es por su absoluto desprecio por mi estabilidad mental. De haber sido ella apenas un poco más brutal con sus hechizos, hubiera podido acabar como el célebre Gilderoy Lockhart.
Después de lo ocurrido, Albus tuvo una reacción mucho menos extrema de lo que cualquiera hubiese podido imaginar. Estaba enfadado con Lily, pero su ira parecía tener menos intensidad que su desilusión. Su hermana había representado para él una esperanza —leve, pero esperanza al fin y al cabo— de comenzar a reconciliarse con su familia. Comprobar que, durante todo ese tiempo, había estado trabajando para su padre, no hizo más que confirmar su creencia de que nosotros, el ka-tet, como nos llamaba a veces, éramos lo más parecido que él tenía a una familia. Así que su única medida “punitiva” fue ordenar que los Aurores redoblaran su vigilancia sobre la familia Weasley y sobre Teddy Lupin. Intentó afrontar las consecuencias financieras de la pérdida de la Piedra Filosofal, comenzó a trabajar en algunos proyectos bastante razonables diseñados por Scorpius, y eso fue todo.
La mañana en que me dieron el alta en San Mungo, él vino a visitarme. Pese a que me temía que me reprochara el haberme dejado vencer tan fácilmente por su hermana, el Hacedor de Reyes se mostró sumamente gentil conmigo. Habló con los Sanadores que me habían atendido, se informó sobre mi estado mental y, cuando escribí en mi bloc de notas acerca de la posibilidad de volver a ponerme a trabajar en el Mapa del Merodeador, contestó:
—No te preocupes por eso, Liv. Lo importante ahora es que te recuperes, no que te devanes los sesos tratando de reinventar ese dichoso mapa. Quizá cuando logremos atrapar a mi hermana, consigamos restaurar tu memoria de alguna manera, pero mi prioridad es que estés bien.
Mi respuesta fue bastante breve, pero sincera:
Te prometo que no volveré a fallarte.
—Te atrapó con la guardia baja, Livius. Le hubiera podido suceder a cualquiera, en especial teniendo a alguien como Alcyone a tu lado.
Fue en ese momento que la puerta de mi habitación se abrió. Albus se dio vuelta, y si bien no podía ver su rostro, supe que se había iluminado al ver quién entraba. Ash había vuelto, acompañado por Jezebel Smith. El Hacedor de Reyes se levantó de la silla en la que había estado sentado todo el rato y le dio un fuerte abrazo a nuestro amigo. No obstante, noté que mientras lo estrechaba, le lanzaba una mirada cautelosa a Jezzie. La Auror respondió asintiendo con la cabeza silenciosamente. No me costó interpretar el significado de aquellos gestos; Albus sin duda recelaba de la identidad del joven, temiendo que su padre le hubiera hecho la misma jugarreta que él había empleado en la casa de los Dursley. Jezzie le confirmó sin decir una palabra que habían verificado que Ash era realmente Ash antes de permitirle ir a San Mungo a reencontrarse con Al.
—Ash, no tienes idea lo mucho que me alegra verte —dijo Albus, apartándole una silla para que se sentara—. ¿Lograste escapar, o te liberaron?
—Me dejaron ir —dijo Ash con tranquilidad.
—Qué… generoso de su parte —observó Albus—. ¿Te explicaron por qué?
—No me necesitaban —replicó Ash.
Albus asintió, pensativo. Luego de meditar durante un rato, se dirigió en tono solemne a Jezebel Smith.
—Jezzie, prepara un pelotón de fusilamiento. Quiero a este tipo muerto antes del anochecer.
Ash miró a Albus, y Albus lo miró a él. Permanecieron en silencio durante unos segundos, mirándose a los ojos… y luego estallaron al unísono en carcajadas. Jezzie y yo nos limitamos a sonreír, yo porque el chiste no me había parecido tan gracioso como a ellos dos, y Jezzie… bueno, debo decir que jamás llegué a conocer a esa chica tan bien como a los demás. Se ganó mi confianza, pero nunca pudo ganarse del todo mi simpatía.
El Hacedor de Reyes decidió organizar una fiesta en el número doce de Grimmauld Place, para celebrar el regreso de Ash, así como mi salida de San Mungo. En verdad, si bien eran las primeras buenas noticias que recibíamos en mucho tiempo, no eran algo como para ponerse eufóricos. No obstante, todos necesitábamos una excusa para festejar. Así que, mientras Ash iba a su casa para reencontrarse con sus padres (quienes, por supuesto, no tenían idea que él había estado secuestrado), Albus y yo decidimos pasar por Grimmauld Place para que él pudiera decirles a los elfos que hicieran los preparativos para la fiesta, y luego ir a almorzar juntos a algún sitio en la Londres muggle. Después, yo volvería a mi casa para pasar el resto de la tarde con Alcyone, y por la noche me reuniría con todos los demás en la antigua casa de los Black.
Inmediatamente después de que los Sanadores me permitieran abandonar San Mungo, Al, Ash y yo buscamos un lugar seguro para Desaparecernos. Mientras que Ash Apareció en el jardín trasero de su casa (que, según nos contó, tenía una cerca lo bastante alta como para que sus vecinos no lo vieran), nosotros nos Aparecimos frente a la puerta del número doce de Grimmauld Place, escondidos bajo un Encantamiento Desilusionador. Cuando subimos las escaleras y pasamos al umbral de la casa, pudimos retirar el encantamiento, pues los muggles ya no podían vernos.
Recuerdo lo que sucedió a continuación tan claramente como si acabara de suceder frente a mis ojos. Abrimos la puerta y de inmediato sentimos el olor a quemado. Temiendo que acabara de suceder algo grave, Al y yo corrimos hacia el vestíbulo, y nos encontramos una pira ardiendo encima de la alfombra, en la que había ropa, revistas y libros (algunos escritos por magos, otros muggles). Al ver quemarse la primera novela de la saga de La Torre Oscura, comprendí que eran las cosas de Albus. También pudimos ver a los elfos de la casa, acurrucados en un rincón, temblando de miedo. Y antes de que pudiéramos hacer algo, Valerie apareció en la parte superior de la escalera, con ambos brazos cargados de jeans y un par de libros.
Jamás había visto a Valerie así. Tranquila o enfadada, amable o violenta, la novia del Hacedor de Reyes siempre presentaba una apariencia impecable. Pero ahora tenía el maquillaje corrido, el cabello alborotado y estaba vestida apenas con un camisón. Se puso a arrojar frenéticamente la ropa y los libros de Albus a la fogata, aparentemente sin darse cuenta que nosotros habíamos entrado a la habitación. En sus ojos había un brillo de locura que hizo que se me helara la sangre.
—¡Valerie, ¿qué carajo estás haciendo?! —gritó Albus, y corrió hacia la hoguera, apuntándole con la varita para extinguir el fuego. Pero antes que pudiera lanzar el Aguamenti, Valerie lanzó contra él la maldición Cruciatus. Estupefacto, Albus solo pudo esquivarla en el último instante. Antes de que la chica volviera a atacarlo, yo atiné a colocar un Protego entre ambos. Eso le dio a Albus tiempo para apagar las llamas, y volverse hacia Valerie—. ¿Qué está pasando?
—¡Pregúntaselo a tu puta! —rugió Valerie—. ¡Pregúntaselo a esa muggle de mierda que te has estado cogiendo bajo mis narices!
—¿Te has vuelto loca?
—¡Cruc…! —empezó a pronunciar Valerie, pero esta vez fue Albus quien la detuvo, con un Impedimenta que hizo que se le cayera la varita de la mano y rodara por los escalones.
—Valerie, no sé qué ocurrió, pero no pienso permitir que sigas haciendo estupideces…
—¡Ya lo sé! ¡Ya me lo contaron, hijo de puta!
—¿Quién? ¿Quién te dijo qué?
—¡La muggle! ¡La muggle, Albus! —dijo Valerie mientras bajaba la escalera, habiendo olvidado recoger su varita del suelo—. ¿Pensaste que no iba a saberlo, pedazo de imbécil? ¿O que me iba a quedar callada como una muda mientras tú te cogías a esa putita asquerosa y a quién sabe cuántas otras mujeres?
—No hay ni un ápice de verdad… —dijo Albus.
—¡No me tomes por idiota! ¡Vi las fotos!
—¿Qué fotos?
Valerie se inclinó y, con un veloz movimiento, recogió su varita del suelo. Albus y yo nos pusimos alertas, creyendo que la usaría para atacarlo, pero ella solo utilizó un Accio para que el sobre volara hacia sus manos desde el dormitorio. Se lo arrojó a la cara a su novio, en un gesto exasperado.
—¡Estas fotos! ¡Las recibí por lechuza hace media hora!
Albus sacó las fotografías del sobre. Yo estaba parado detrás de él, y pude ver que mostraban a una pareja haciendo el amor en un sofá. Habían sido tomadas desde el exterior de la vivienda, y se veía el alfeizar de la ventana, así como una gárgola. La chica estaba encima del chico, pero se veía claramente su cabello rubio, y era fácil distinguir el rostro de Albus.
—Valerie… —dijo Albus, acercándose a su novia luego de ver las imágenes. Intentó apoyar una mano en su hombro, pero la chica se apartó de él, y le dio una sonora bofetada en la mejilla.
—¡No me toques! ¡Nunca más vuelvas a tocarme! ¡Eres un cerdo!
Furioso, Albus la sujetó de ambas muñecas y la empujó contra la pared.
—¿Quién mierda te crees que eres? —bramó.
—¡Suéltame! ¡Te digo que me sueltes! —gritó la chica, mirando con odio a su novio. Yo me estaba preguntando si no tendría que intervenir para separarlos, pero justo antes de que hiciera algo, él dejó de tomarla de las muñecas y retrocedió unos pasos. Ahora él parecía tan alterado como ella.
—¿Acaso eres tan estúpida que no ves lo que ha pasado? ¡Estás haciendo exactamente lo que quieren que hagas!
—¿O sea que la foto es falsa? —preguntó Valerie, mirándolo con desprecio.
—¡Esa foto…! —empezó a decir Albus, pero luego se interrumpió. Me di cuenta de que había estado a punto de decir que era falsa, pero que no había podido formular aquella mentira. Y Valerie también. La reacción de la joven fue casi tan violenta como cuando Albus intentó tocarla: esta vez, lo escupió en el rostro.
—¡Te odio! ¡Te odio, Albus Potter! ¡Debería cortarte la pija!
—¿Y por qué no lo haces? —le gritó Albus, sin siquiera limpiarse la saliva del rostro— ¡Hace años que intentas cortarme las pelotas, dejarme sin pija debería ser fácil! ¿Cómo te puedes sorprender si tengo otras mujeres? ¡Lo único que tú haces es pedir, pedir y pedir, nunca me das nada! ¡Eres una puta egoísta!
—¡Pobrecito! ¿O sea que por eso ahora andas atrás de chicas muggles? ¿Porque te exijo demasiado? ¿Necesitas estar con alguien como ella para sentirte lo suficientemente hombre?
—No me conoces en absoluto —dijo Albus fríamente.
—Y ya no me interesa conocerte —replicó Valerie—. Te amé durante años y años, y tú te pasaste todo eso por el culo. ¿Quieres saber la verdad, Albus Potter, Hacedor de Reyes? No mereces ser amado.
Valerie se dirigió hacia la puerta del número doce de Grimmauld Place sin que Albus hiciera el más mínimo ademán de detenerla. No tardamos en escuchar el “crac” de su Desaparición.
en fanfic llega a su fin, y con ello, el ultimo registro que tengo de harry potter =(
No diría eso, pero sin dudas es un momento muy importante.
No crei que fuera esta la manera en que sucederia, pero si que me imaginaba la reaacion de Valerie.
Las grietas del edificio de Al, empiezan a ser grandes y visibles.
Sí, como vemos Valerie reaccionó con toda la furia ante la noticia.
La Torre Oscura!!, la de King?… como me traumaron esos libros
Exactamente. Livius ha hecho varias referencias a la saga en sus primeros capítulos.
hahaha.. un capitulo muy genial, me tuvo al filo de la silla, de verdad, paresia mucho mas como una novela de televisión… pero me gusto..!! sigues escribiendo así Martin.. que haya mas peleas !! seee..!!
Muchas gracias, Max. Te mando un abrazo 🙂
¿Fue adrede o pura incompetencia el resultado de los hechizos de Lily sobre Livius?.
Me deja descolocada que Lily Weasley pudiera ser tan incompetente pero me resulta más increíble el que lo haya hecho por maldad.
Si fue por maldad, es peor que Albus en sus tiempos… :$
¡No me imaginé que esto pasara tan pronto!. Igual me encanta la «reacción» d Valerie. Verla «sentir» me hace apreciarla, a penas un poquito, pero me hace apreciarla. 🙂
¡¡¡Excelente capítulo!!!.
Lily no fue incompetente, más bien fue negligente. El bienestar de Livius no le preocupaba en lo más mínimo, así que no se molestó en separar los recuerdos «útiles» (que, por lo tanto, debían ser borrados) de los «inútiles» (que debía preservar, en lo posible).
Me alegra que Valerie te caiga un poco mejor ahora 🙂
Que bueno que volvió Livius, mis capítulos favoritos son los narrados por el… Gran Capitulo, Saludos desde Venezuela
Me alegra que te haya gustado, Joiber 🙂
Saludos.
Que grato es leer el fanfic más seguido ^^. Ahora que pasará con Annie??? Saludos Martín! Sigue así :)…
Espero poder mantener el ritmo. No tardarán en ver cómo sigue lo de Annie.
Saludos.
Genial como siempre un capitulo grosisimo!!!! A la mierda Lily son de esos personajes que e gustaría que tuviera una muerte violenta y lenta!!!! gracias por hacerme sentir este sentimiento hacia un personaje de ficción!!!! espero que después de esto tires mas a lo profesional, al menos un libro de cuentos cortos. Yo lo compraria.
Gracias por tu voto de confianza, Mariano 😀
Saludos.
Buenísimo, pero esperaba primero una reunión entre Annie y Albus en que ella vea el sueter que ayudó a Valerie a comprar…
El suéter ya no tiene importancia, solo era una excusa para que las dos hablaran.
Saludos.
Vaya cambio!!!!
No esperaba que la infidelidad de Albus se supiera tan repentinamente xD
Ahora estoy inquieta, preguntamdome si Valerie sería capaz de ir contra Annie
Espero el proximo capitulo con ansias!!! Que tu novela es escensial para quitarme de mi aburrida vida diaria xD
Saludos!!!!
Haces bien en inquietarte 😉
Saludos.
Pequeño Martin, he estado esperando esto desde hace más de un año, literalmente.
He de decirte que me imagine esto: Cuando dijiste que Albus parecía haber perdido la capacidad de amar pero que no era así y luego de que leí ese capitulo en el que Valerie es una Zabini y esta embarazada, yo pensaba romanticamente que Albus la había alejado por amor, para que no la trajera a su mierda, ya sabes todo eso y que en el fondo la pensaba. Pero que va! si le encantaba revolcarse con Annie. Mataste mis ilusiones, que pena. XD
Valerie tiene agallas y dignidad, porque realemente ella no es nadie sin Albus y no tiene nada, tiene que cargar con el dolor de haber sido culpable de la muerte de hugo y haber lastimado a su hermano de haber hecho daño por seguir a Albus y de sentirse engañada por él, y para nada, se fue sin nada. Hay que se valiente.
Y Albus es un completo idiota, ella es la única que lo apoya y sabe tantas cosas de él. Se acaba de echar a la cabeza a su peor enemigo, no por que sepa cosas, si no por que lo amo mucho y ahora es la misma intensidad pero con odio. Ademas que esta dolida, es una sangre limpia, siempre se quejo un poco al principio de la sangre de Albus, ya hora él va y la engaña con una muggle, Una bofetada a su dignidad!
El pequeño punto es de que lado estará, no se si Zabini esta del lado de Harry, estoy un poco perdida, pero se que Antonie es su tabla de escape.
Me encanto que se pusiera furiosa. Pobre de Livius y veremos que pasa con Ash.
Creo que esta de más, pero en verdad quiero saber que pasará con Valerie.
Besos Martn 🙂
No quiero spoilearte sobre qué les depara el futuro a Valerie, Albus, Annie y Antoine. Lo que sí puedo decirte es que los Zabini, si bien están en contra de Albus, no están exactamente trabajando con Harry; Harry no estaría de acuerdo con lo que los Zabini planean hacer.
Besos 🙂
No me hagas esto, ese «Harry no estaría de acuerdo con lo que los Zabini planean hacer.» me va a tener en duda por mucho tiempo. Estaba pensando que incluso no se queda con Annie, por que cuando Lys va a visitarlo en l capitulo de Despertares (No se como me acuerdo XD) se revolcó con otra chica. Solo em queda esperar 🙂
excelente capitulo martin me encanta los capitulos de livius.
esperemos como sigue la historia y ver que hace realmente valerie con todo el odio que tiene contra albus.
gracias por escribir asi de bien y sigue adelante ns tienes a todos emocionados con tu historia felicidades
Muchas gracias por tu comentario, Christian.
Saludos.
No digo que Valerie lo merezca o que Albus está mejor sin ella. Lo cierto es que su relación estaba cimentada , para mí, más que en amor en un juego de interés no estrictamente material. La pobre chica está sufriendo y hasta justifico su locura temporal, pero de ahí a que vaya y se quede con zabini… bueno, creo que por lo viscera que es, siempre termina por tomar las decisiones equivocadas. Con que la pobre Annie no sufra las consecuencias.
Por otro lado, no creo que Al sea «el malo del cuento», tomemos en cuenta que tiene 23 años y a pesar de toda la frialdad y maldad que pueda tener Annie significaba para él un descanso de toda la inmundicia en la que estaba metido. Y Valerie no fue un apoyo, como peón, sirve, claro; pero como apoyo ¡cuál? fue por sus ideas precipitadas que desenbocó en la muerte de Hugo.
A ella no le interesa ni su hermano, ni Al, le interesa ella misma, en lo que pierde, en lo que gana, no ama a Al, ama la idea de que Al la ame a ella. No me cae mal Valerie, es un personaje magnifico, pero de ahí a convertirla en una víctima y rebajarla a una pobre chica engañada. No.
Saludos. Me encanto y Lily sigue siendo mi perversa favorita.
por los calzones bombachos de Merlín!!! hace no sé cuanto me quedé sin más capítulos para leer… esperé y esperé y lo que vengo a encontrar después de empezar de nuevo, es, simplemente alucinante. Mantienes el ritmo de la historia, mezclas las situaciones perfectamente y llenas de intrigas a cada personaje. Wawww con lo que viene!!! FELICIDADES! Y por cierto, tu primer libro tiene a su segundo comprador.
Estoy shokeada (no se si esa palabra exista 😮 ) Cuando acabe de leer el capitulo me quede con la boca abierta, entonces así es el fin de la relacion de Albus y Valerie?
Si eso hizo con las cosas de Albus no quiero imaginarme que hará con Annie.
Comienzo a creer que Lily no lo hace por el bien de nadie ni por estar del lado de nadie, todo lo hace por su cuenta. Nunca espere eso ya que parecía ser la única familiar que en verdad no odiaba a Albus (por así decirlo) pero todo es diferente.
En fin muy buen capitulo, saludos.
Excelente capitulo, hay que esperar que va hacer Valerie, creo yo es el comienzo del fin de Albus,
Felicidades Martin