*Play it Loud!

Ya sé que llego con algo de retraso y que el aluvión advientero tuvo lugar hace una semana y media. Pero debido a un retraso chiquitín en la entrega (que no tuvo mayor importancia, puesto que a nadie le amarga tener que zamparse varios chocolatillos de una sentada) y al merecido descanso de quehaceres diarios que me he regalado este puente (cuatro días geniales de reuniones con amigos, relax con mi Sr. Wayne y muchísimo Breaking Bad), es hoy, 11 de diciembre, cuando al fin os traigo mi calendario de Adviento de este 2013, que a puntito está de dejarnos.

Mi estreno en la «calendarización» del adviento tuvo lugar el año pasado, y me hubiese gustado enseñaros el resultado de mi primera vez, pero después de echarle un ojo a las pocas fotos que hice, no he conseguido salvar ni una sola de la quema, y mira que quedó bien bonito… Pero para compensar, os traigo un buen lote de imágenes del que acaba de salir del horno.

La víctima/beneficiaria de sendos regalos ha sido mi quasi-sobri Eva. El año pasado aún no había cumplido tres añitos, así que, aunque le hizo ilusión, casi como cualquier regalo que lleve chuches, no entendió muy bien qué eran todas esas cajitas. En esta ocasión, estaba segura de tenerlas todas conmigo y ser capaz de sorprenderla con mi creación y sí, le gustó mucho, pero aún así los que más emocionados estuvimos con el tablero, fuimos los mayores. Es genial seguir dándole cuerda al niño que llevas dentro.

Pese a que llevaba ya un año con la decisión de repetir tomada, mi yo «lo dejo todo para el último momento» vio más oportuno esperar a que se acercara un poco la Navidad, por si acaso el espíritu ese famoso venía con la inspiración adecuada. La varita mágica propulsora fue toparme con este post en mi búsqueda de inspiración. Así que fue gracias a Rudolph y sus colegas los renos que me monté la estampa navideña, y decidí fabricar la instantánea, en cartón y fieltro, del momento en que los elfos y Papá Noel cargan los regalos en el trineo. Sin embargo, no podía olvidar que era un regalo para Eva, amante de los animales sobre todas las cosas, así que, como en las historias navideñas todo vale, el león y el elefante también recibieron su invitación a la fiesta.

Aquí os dejo con las fotos del proceso de creación, los diferentes detalles y el resultado final. Las etiquetas son genial regalo de Mary Sweet Design (podéis encontrar estas y algunas otras en sus descargables gratis aquí).

En definitiva, una forma divertida y dulce de iniciar la cuenta atrás hasta el día de Navidad. Y es que no hay nada mejor que darle rienda suelta a la imaginación y, sobre todo, disfrutar del proceso. ¡Espero que os guste!

¡Feliz miércoles!