Historias y leyendas en torno a la ermita de Treviño

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Ermita de Treviño

Tres cipreses de gran envergadura, las santas Nunilo y Alodia o Juana, «la mozeta d’o Semontano», tienen en común una palabra: Treviño. Es el nombre de una ermita que hay muy cerca de Adahuesca. En torno a ella existe una historia y una leyenda que hacen  más atractiva la visita. En la A-22 hay una salida que dirige a la A-1229, que discurre al sur de las sierras exteriores del Prepirineo. Pasa por Adahuesca y enlaza con las carreteras que comunican con Radiquero, Alquézar y Colungo.

Una vez en Adahuesca, una señal en un camino que sale de la carretera, junto a las escuelas, nos dirige  a nuestro destino. Tras un breve paseo, llegamos a esta interesante construcción de origen románico Al fondo, como decorado perfecto, queda la villa, con su torre de la parroquial destacando dibujada sobre la sierra cercana. Guara vigila el conjunto.

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Ábside, capilla lateral y espadaña de Treviño

La ermita de Treviño guarda en pie la fábrica del templo, románica en origen, y dibuja en el suelo los restos del claustro y dependencias anexas con las que contó hasta no hace excesivo tiempo. De hecho, el atrio que protege una de las dos puertas de la ermita es una esquina de ese claustro. La otra puerta está coronada por un crismón.

Roque Alberto Faci, en su “Aragón, Reyno de Christo” editado en 1739, dedica bastantes líneas a esta ermita. Según afirma, Treviño vendría de “entre viñas” por ser esa la situación del edificio. Habla del complejo religioso, origen y evolución hasta ese momento, y de que la devoción estaba muy extendida por todo su entorno.

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Portada que comunicaba ermita y claustro

Entre los datos que aporta figura, por ejemplo, que el claustro contaba con 64 columnas. Eran pareadas, según se ve en una foto de sus restos: José Cardús Llanas publicaba una fotografía de este rincón de Treviño en Heraldo de Aragón el 17 de marzo de 1974. En ese momento ya había sido derribado, pero él llegó a verlo e inmortalizarlo en esta imagen.

Este viajero divulgador del Altoaragón lo consideró como un «claustro evocador cuando yo lo vi, silente, lleno de fronda, pleno de arbustos, ahíto de las sensaciones placenteras que brinda la tranquilidad».

La tradición dice que las santas de Adahuesca, Nunilo y Alodia, rezaron en Treviño. De ser así sería en un anterior edificio, porque el existente es posterior a su vida y martirio.

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Adahuesca y la sierra desde Treviño

En un panel informativo que hay junto a la ermita se informa de que el origen del nombre de Treviño podría estar relacionado con la casualidad de que aquí confluyen en un punto tres obispados distintos y que sus titulares podían reunirse en este lugar sin salir de su dominio. No es el único lugar en el Alto Aragón donde ocurre esto. Por ejemplo, sucede en las proximidades de Neril, en la Alta Ribagorza Oriental. Se trata de la Piedra de los tres obispos: Barbastro, Lérida y Urgell. Esto sucedía antaño. Ahora es todo territorio del obispado de Barbastro-Monzón.

A Juana y su familia, protagonistas de la novela «A lueca», de Juana Coscujuela, les encargaron en el pueblo que cuidaran del conjunto de Treviño. Juana escribe que «poco tardemos en bachar ta o Santuario d’Birgen d’o Trebiño. No está más lejos d’un cuarto d’ora d’Adagüesca. Nenguno se acordaba de cuando abeba flaires. Feba zientos d’años que s’en eba íu os Templarios». Incluye una descripción interior del desaparecido convento. Allí, según escribe en la novela, «estábamos como peche en l’agua, podébamos candanear à nuestras anchas y mama no nos alcontraba…».

Fuentes y lavaderos

En este mismo paseo hay dos carteles que permiten completar la visita a Treviño con información sobre el uso del agua en Adahuesca. Se trata de un pozo fuente y una fuente con su lavadero y abrevadero muy  cerca de la población, y la fuente, abrevadero y lavadero de la Cantariella, más cerca de la ermita.

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Fuente (al fondo) y lavadero de la Cantariella

Este nombre, según indica un panel informativo, estaría relacionado con los cántaros y cantarillas en las que se transportaba el agua a la casas. En la cartografía del ING y en otras publicaciones se denomina Fuente de la Alcantariella.

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Acceso al pozo fuente

El pozo fuente tiene como elemento característico que es todo cubierto, cuando lo normal en el Somontano es un primer tramo al aire. Todos los peldaños que descienden al manantial están a cubierto. El acceso es por una puerta y lo habitual es hacerlo desde el suelo. Además, está ligado a la cercana fuente, a la que suministraba el líquido elemento, y lo normal en el Somontano es que hubiera pozo o fuente.

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Conjunto de fuente, abrevadero y lavadero
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Lavadero junto a la fuente más prxima a Adahuesca

El lavadero completa este conjunto hidráulico existente junto a la población.

 

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