La libertad se siente cuando puedes cantar a viva voz, saltar sin llamar la atención, acostarte mirando el cosmos y escudriñar las estrellas.
La paz se siente cuando no hay motivo de riñas ni confrontaciones, cuando sientes que todo es tuyo y de todos.
El amor reina cuando se encuentra un alma que te acompañe a cuidar el campo bello e infinito.
La felicidad se vive cuando se puede respirar sin sentir estar envenenándose.
Si desea revivir la libertad, la paz, el amor y la felicidad, recorra los senderos de su niñez.
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