Ema la película que propone una revolución con mucho reguetón y liberación femenina
En
la generación del reguetón, las familias no tradicionales, el feminismo y la
vertiginosidad de las redes sociales es imposible no cuestionarse algunos de
los pilares que han sostenido a la civilización durante siglos. Eso es lo que
hace Ema (2019),
la nueva película del chileno Pablo Larraín, uno de los directores
latinoamericanos más reconocidos de su generación.
Protagonizada por la actriz chilena Mariana Di Girolano y el actor mexicano
Gael García Bernal, la cinta cuenta la historia de Ema y Gastón, una pareja que
decide entregar al hijo que habían adoptado tiempo atrás.
“Devolvieron a su hijo adoptivo porque no les gustó”, le recriminan a esta
pareja de artistas que se desvuelve en el frenético mundo de los ritmos y las
danzas urbanas. Ella es bailarina; él, coreógrafo.
A partir de la decisión de deshacerse del niño, la película entra en una
reflexión transgresora y violenta acerca de conceptos que cada vez son más
volubles en las sociedades contemporáneas, como la familia, la maternidad, la
sexualidad y el amor. Ema es, ante todo, una
revolución ante los dogmas morales, religiosos e ideológicos de nuestro
tiempo.
La historia del filme se desarrolla en Valparaíso al ritmo de una impetuosa
banda sonora colmada de reggaetón y trap, géneros que se disfrutan con el
cuerpo y que representan un parteaguas en el ideario sexual y romántico de las
nuevas generaciones.
“Ema es la historia de
una nueva generación contada por la generación precedente, la que nació en el
siglo XX”, aseguró Larraín a la agencia de noticias AP durante el pasado
Festival Internacional de Cine de Venecia 2019, donde la película fue
presentada y aclamada por la crítica.
Producida por La Corriente del Golfo —la nueva casa productora de Diego Luna y
Gael García—, Ema es un drama
psicológico con una clara visión feminista, que propone un viaje liberador
donde el lenguaje cinematográfico recae en el movimiento del cuerpo y en la
música, la cual fue compuesta por el productor chileno-estadounidense Nicolas
Jaar.
En esta película, la libertad sexual —que se manifiesta en orgías, coreografías
transgresoras o y escenas eróticas entre mujeres— juega un papel preponderante
no sólo como estética, sino como teoría de las cosas que suceden en la pantalla:
una serie de transformaciones ideológicas que no acaban por entenderse del
todo, pero que ya son una realidad.
“Fue un reto porque tuve que entender ese mundo de otra manera, no sólo con la
música, sino también con la ética y la estética de esa generación. Todo está
mutando hacia una dirección interesante y compleja al mismo tiempo. Nuestra
película da cuenta de eso. Quiere dejar una huella de lo que ocurre en nuestro
tiempo”, explicó Larraín.
Ema también fue
presentada en el Toronto International Film Festival (TIFF) 2019 y en el
Festival Internacional de Cine de San Sebastián 2019, donde fue ampliamente
aplaudida por su vocación transgresora.
Pablo Larraín es considerado uno de los cineastas más reconocidos y talentosos
de América Latina. Sus producciones han obtenido galardones en prácticamente
todo el mundo. No (2013) y Jackie (2016) fueron
nominadas a los Premios de la Academia, mientras que El Club (2015) y Neruda (2016)
fueron candidatas a llevarse un Globo de Oro. Además, ha sido reconocido en
certámenes como el Festival Internacional de Cine de Venecia (Jackie) y el Festival
Internacional de Cine de Berlín (El
Club).