Ingredientes:
- 1 kg de mejillones
- 100 ml de aceite de oliva virgen
- 100 ml de vinagre de vino
- 100 ml de vino blanco (Rueda o Albariño)
- 50 ml de caldo de cocción
- 1 cucharada rasa de pimentón dulce
- 1 diente de ajo
- 2 hojas de laurel
- C.s. de pimienta en grano
Limpiamos bien los mejillones, raspándolos por fuera, quitándole todas las adherencias e impurezas y eliminando las barbas que le salen por la unión, desechando cualquiera que esté roto.
Colocamos en una olla profunda, del tamaño adecuado, el vino blanco al fuego con el laurel. Cuando empiece a hervir, echamos los mejillones y tapamos, los dejamos dos minutos desde que de nuevo empiece a hervir, aunque a mi me gusta más cuando lleva un minuto remover e ir sacándolos según van abriendo.
Escurrimos bien los mejillones y los sacamos de sus conchas, quitando los que tengan mal aspecto o estén cerrados y los reservamos. Respecto al caldo de cocción, lo colamos y reservamos.
Cortamos el ajo, lo fileteamos muy fino y lo ponemos en el fuego fuerte con el aceite, la pimienta y el laurel hasta que se doren. Cuando esto esté, le incorporamos la cucharada enrasada de pimentón, movemos bien y, con posterioridad para que no se queme éste, echamos 100 ml de vinagre y 50 ml del caldo de la cocción.
Con esta mezcla cubrimos los mejillones y los dejamos macerar. Podemos envasarlos al vacío en frascos o meterlos, una vez fríos, en la nevera. Están mejor pasados dos o tres días, aunque pueden consumirse casi desde que estén fríos. El sabor del escabeche mejora con los días pero, si no los envasamos, deberíamos de consumirlos antes de una semana.
Receta fácil, agradecida y salen sorprendentemente buenos.. ¿quién de tus amigos puede pensar que, en lugar de abrir una lata, te dedicas a hacerlos?