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CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA

Hace unas horas acontecía lo inevitable, esperada pero muy cuestionada decisión, la Academia de cine española elegía la cinta de Fernando León de Aranoa, El buen patrón, por encima de Madres paralelas, de Pedro Almodóvar, para representarnos en la lucha por el Oscar a la mejor película internacional. Y que nadie aquí se equivoque, no se cuestiona la calidad de las cintas, probablemente ambas con gran potencial, si no el concepto de estrategia, y de entender una selección que ha dado más penas que glorias en los últimos años, precisamente por la falta de entendimiento de cómo funcionan los Oscar.

Vamos por partes: quien piense a día de hoy que los Oscar responden exclusivamente a una cuestión de calidad está ciertamente equivocado, porque aquí el marketing y la capacidad de visibilización de las películas se antoja necesario para captar la atención de esos académicos/votantes, y aunque estos están cada vez más expandidos, permitiendo resultados sin precedentes (el triunfo histórico de Parásitos), siguen estando concentrados dentro de los brazos del gigante estadounidense, con lo que eso conlleva en cuanto a gustos, entendimientos, idiosincrasia…

Trasladando esta idea a la categoría de mejor película internacional, entendiendo que los Oscar son el juego que son, hay que admitir la importancia que tiene esta categoría en la visibilización de cierto tipo de cine, más europeo, más autoral, y es aquí, en esta terna, en la que se establece un juego por países, donde se concentra un determinado discurso cinematográfico. Basta revisar la historia de la categoría para ver los autores que han tenido el beneplácito de la Academia de Hollywood para dar cuenta de las importantes figuras de la historia del cine que se han concentrado aquí. Ahí está el valor de la misma, por ser capaz de mirar a cierto cine de autor, cuando en el resto de categorías no es así. Por ello, y entendiendo la estructura por países, es importante entender y aceptar que esto no sólo es un triunfo de un solo director o directora, es el triunfo de una academia, de una industria y de la cultura de un país.

Entendiendo estas nociones básicas, atendemos las ideas inicialmente descritas. ¿Por qué la elección es esperada y al mismo tiempo errática? Es fácil, pues basta remitirse a la elección del año 2002, para contemplar el mayor fracaso de España en la categoría, cuando precisamente Los Lunes al sol, de Fernando León de Aranoa fue elegida en detrimento de Hable con ella, de Pedro Almodóvar, cuando esta última habría sido un Oscar seguro en la categoría, pues todos sabemos de su éxito en la carrera de premios, y de ese Oscar al mejor guion original, y la nominación histórica de Pedro Almodóvar en la categoría de dirección. Han tenido que pasar 19 años para repetir el mismo error, error que este año resuena más que nunca, y acompaña a un historial que precede y parece hasta delictivo. Ahí quedan exclusiones de otras propuestas del manchego que fueron garante de éxito después, Los abrazos rotos (Ganadora del Critics Choice y nominada a los Globos de Oro y los Bafta) o La piel que habito (Ganadora del Bafta y segunda película más premiada dentro de la categoría internacional de su temporada). A pesar de los claros referentes, la elección se antojaba esperada por el amplio amor de la Academia hacia Aranoa (revisen su historial de Goyas, algunos merecidos y otros no), y por el rechazo de una parte de la misma hacia el manchego (la elección de Dolor y gloria sonaba para ellos demasiado cerca, para favorecer la reelección).

Almodóvar ganó el Oscar al mejor guion original por Hable con ella, a pesar de no ser elegido por la Academia española.

Este hito nos sirve para analizar la situación presente y establecer claros paralelismos. Cierto es que Almodóvar ha sido la figura más elegida por España para representarnos, hasta 7 elecciones (3 de ellas con éxito), pero esto es indiferente cuando el objetivo es alcanzar la cima y las opciones del manchego son amplias para conseguirla (basta citar las exclusiones descritas). Volviendo al presente y a la descripción de claro error cometido, hay que valorar el camino que ya tenía recorrido Almodóvar con Madres paralelas frente al El buen patrón. Sumando el valor y la impronta que tienen Almodóvar y Penélope Cruz en Estados Unidos, hay que advertir la repercusión que te da estar en un Festival como el de Venecia, y más en una inauguración, recibiendo un respaldo crítico muy positivo y además consiguiendo un premio en el palmarés después de más de 10 días de festival, hazaña nada fácil que consiguió Penélope Cruz ganando esa histórica Copa Volpi a la mejor actriz (siendo de esta manera catapultada en las opciones de nominación al Oscar). A esto hay que sumar la presencia en la clausura de otro festival clave en el entorno estadounidense, el festival de Nueva York, el tener una fecha de estreno en diciembre de la mano de una distribuidora tan potente como Sony, así como el contenido de la cinta, una mirada a la maternidad con tintes político-sociales. Por ello, no es de extrañar que numerosas webs especializadas en los Oscar hayan posicionado la cinta del manchego de una manera tan favorable. Llama la atención la predicción de Variety, que se anticipó a lo que iba a pasar, poniendo a Madres paralelas en posición de nominación en hasta 5 categorías, pero no en película internacional, cuanto menos curioso. Frente a este poderoso bloque de opciones, El buen patrón queda ciertamente desnudo. Ni el tema que aborda (la crónica de la estructura empresarial en clave de humor negro), ni su forma de entenderlo en Europa parece interesar demasiado al otro lado del charco (no es la primera vez que ignoran el cine en torno a esta temática, Dos días, una noche, por ejemplo). Tampoco es comparable Venecia con la presencia en un festival ciertamente mucho menos mediático, hablamos del Zinemaldia, o el nombre que pueda tener Fernando León de Aranoa al otro lado del charco. Cierto es que el ganador del Oscar Javier Bardem encabeza el reparto, pero no sabemos si esto será suficiente para conseguir el beneplácito de la Academia. Líneas que perfilan un paralelismo claro entre la opción de Los lunes al sol, drama en torno a la cuestión laboral, frente a Hable con ella, ejercicio de deconstrucción de los mitos españoles en clave de drama intimista.

Penélope Cruz ganó la Copa Volpi a la mejor actriz por Madres paralelas en el pasado Festival de Venecia, disparando de esta manera sus opciones de nominación al Oscar.

Fuera como fuese, el daño está hecho y se insiste en la no referencia a la calidad de las películas, sino al entendimiento de las reglas de un juego, que parece que sigue sin quererse entender. Ante esto, solo queda desear suerte a las dos películas analizadas, y que estas se conviertan, en sus respectivas categorías, en la defensa de una industria y de un cine que merece y debe ser reconocido a nivel internacional. Mientras tanto, sólo queda esperar y disfrutar de esta temporada otoñal, ante una resolución que conoceremos el próximo 21 de diciembre.

Alberto Tovar

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