EMPLEOS

Por – Carlos A. Colón De Armas – Profesor de Finanzas Universidad de Puerto Rico

De acuerdo a la encuesta del grupo trabajador que realiza el Departamento del Trabajo y Recursos Humanos, en abril de 2006, al comienzo de la actual recesión, en Puerto Rico había alrededor de 1,293,000 personas empleadas. En noviembre de 2011, que es el mes más reciente para el cual hay datos disponibles, el número de personas empleadas había descendido a aproximadamente1,090,000. Esto representa una merma en el empleo de 203,000 personas en casi seis años.

Aunque el empleo en el gobierno es el que tiende a acaparar la atención de los líderes políticos y de los medios, la realidad es que 182,000 de esos empleos perdidos, o sea, casi el 90%, se perdieron en el sector privado, mientras que en el gobierno la reducción fue de sólo 21,000 empleos.

De igual forma, en abril de 2006, la tasa de desempleo era de 9.6% y la tasa de participación estaba en 48.0%, mientras que en noviembre de 2011 la tasa de desempleo ascendió a 15.2% y la tasa de participación bajó a 40.5%.

Esos números han llevado a muchas personas a argumentar que la creación de empleos debe ser el objetivo primordial que tiene que perseguir la política pública de cualquier administración gubernamental. Algunas de esas personas incluso se han tirado a la calle a realizar protestas como si los empleos fueran algo que se le otorga al que grite más duro independientemente de la viabilidad económica de la actividad que los genera.

Para que el objetivo de creación de empleos se materialice hay que canalizarlo adecuadamente. En específico, cualquier gestión dirigida a aumentar los empleos tiene que partir de un claro entendimiento de la forma en que éstos verdaderamente se generan en nuestra economía.

Para comenzar, y aunque a muchos no les guste aceptarlo, lo primero que tenemos que entender es que la creación de empleos no es el objetivo de ninguna actividad económica. La creación de empleos es la consecuencia de las actividades económicas que se desarrollan en un país o región.

Los negocios se establecen por múltiples razones. Uno de los motivos principales que lleva a las personas a establecer un negocio es el ánimo de lucro. Además del deseo de ganar dinero, también pesa en el ánimo de muchos empresarios el querer dedicarse a alguna actividad de la que disfrutan y a la que desean dedicar sus energías. Cualquiera que sea la motivación, sin embargo, como regla general, nadie establece un negocio con el objetivo primordial de crear empleos.

Lo que sucede es que para poder operar un negocio y generar ganancias, o para poder dedicarse a la actividad deseada, se necesita emplear personas. De esa forma es que se generan los empleos. No como el objetivo primordial de la actividad económica, sino como consecuencia de llevar a cabo la misma. Por lo tanto, si lo que queremos es generar empleos, la forma de lograr ese objetivo es creando las condiciones necesarias para que en Puerto Rico se establezcan muchos negocios.

Una vez reconocida la importancia de la creación de negocios como la fuente principal de los empleos en nuestra economía, es de vital importancia que entendamos también que la viabilidad de las actividades económicas y, por lo tanto, de las empresas que generan los empleos, no es algo que está garantizado. Por el contrario, en el mundo globalizado de hoy, los negocios se enfrentan a un ambiente competitivo de naturaleza global y altamente dinámico y cambiante. Los ejemplos abundan y los gobiernos no necesariamente pueden cambiar ese curso incierto de la actividad económica.

Empresas que hace unos años estaban sólidas y cuyo éxito financiero parecía garantizado, se han desplomado ante nuestros propios ojos. A nivel nacional e internacional, empresas como, por ejemplo, General Motors, Borders, Kodak y Sears, que por muchos años eran sinónimo de solidez y líderes de sus respectivas industrias, hoy en día se encuentran adversamente afectadas y algunas hasta han desaparecido. A nivel local, establecimientos comerciales y restaurantes que parecía que nunca iban a tener problemas económicos, han cerrado.

En nuestro sistema económico, el sector privado debe ser el motor que mueva la economía. Por lo tanto, si queremos generar empleos, nuestra prioridad debe ser crear las condiciones necesarias para que PuertoRico sea el lugar idóneo donde se establezcan el mayor número de negocios posibles. Más importante aún, debemos procurar que el ambiente de negocios sea tan propicio que cuando los negocios tengan problemas, porque las condiciones del mercado así lo dicten, que sea igual de fácil que surjan nuevos negocios que los reemplacen.

En síntesis, si queremos crear empleos, nos debemos concentrar en reducir o eliminar los aspectos que hacen más difícil la viabilidad de los negocios basados en la Isla. Entre éstos podemos mencionar, como ejemplos, el reducirle la contribución sobre ingresos a los negocios basados en Puerto Rico, eliminar la contribución de la propiedad mueble, reducir el costo de energía y reducir requisitos burocráticos innecesarios. Hablar de creación de empleos sin precisar las formas en que se va a mejorar la creación de negocios es un ejercicio en futilidad.

Un conocido candidato a gobernador se la pasa repitiendo que, de obtener el cargo, sus prioridades van a ser “empleos, empleos y empleos”. Al así decirlo, da la impresión de creer que la generación de empleos es algo que se logra por el mero desearlo. Por el contrario, si de verdad desea lograr ese objetivo, debe cambiar su estribillo a “negocios, negocios y negocios”, pues sólo creando negocios se crean empleos. 

1/13/2012 -El Vocero