Póstumo

Lo que no me atreví a decirte, todo lo que fue…

Liniers – Si sabés como termina la cosa, ¿Por qué seguís haciendo lo mismo? – Optimismo y memoria selectiva.

Liniers – Si sabés como termina la cosa, ¿Por qué seguís haciendo lo mismo? – Optimismo y memoria selectiva.

Apenas le quedaban unos minutos antes de la inminente separación, las palabras precedían una despedida lacrimosa e irremediable. La sinceridad de los corazones rotos y la serenidad previa a los espasmos del dolor eran una mezcla letal para un amor cuya esencia se encontraba en la terquedad de los rebeldes, mientras que la llama apasionada que los encerraba no se extinguía, hasta que ocurrió. La distancia y la monotonía ganaron terreno, avanzó la indiferencia y el desinterés nubló los sentimientos. El aburrimiento de quienes antes reían por todo y compartían cualquier cosa sin mirar el reloj, la nebulosa que cubría el abismo de un amor que había nacido para algo más, o, al menos, eso fue lo que siempre quisieron creer.

Ese momento interminable en el que los latidos parecían hablar, mientras que las voces desentonaban y no eran coherentes al expresar los verdaderos sentimientos anidados en el fondo de uno mismo; enajenados, quizás, por la impotencia y el dolor, o por la no tan simple aceptación de un fracaso que invitaba a olvidar lo que se prometió no dejar de lado. La revelación de un camino propio enterrado por habernos entregado sin mirar en nosotros mismos, tal vez, por andar confiados en las promesas de los corazones enamorados inexpertos. El momento de cumplir lo ofrecido: «Cuando el fin represente el inicio de algo mejor será la oportunidad para darle significado al amor, el sacrificio.» El turno de aprender a dejar ir, incluso, sin haber entendido de qué se trataba. Instantes de madurez que luego parecieron disiparse entre las lágrimas, al implantarse el régimen de soledad lleno de nostalgia y de canciones que hasta hoy devuelven preguntas al corazón silente.

Diego Ojeda – "Tampoco busco que entre nosotros se escriba la palabra parasiempre, pero espero que uno de estos días tal vez tropieces con mi ausencia, y decidas llamarme cuando no te esté esperando"

Diego Ojeda – «Tampoco busco que entre nosotros se escriba la palabra parasiempre, pero espero que uno de estos días tal vez tropieces con mi ausencia, y decidas llamarme cuando no te esté esperando»

Como un reclamo extemporáneo, como una reacción tardía. Así llegó entre sueños todo aquello que quizás hubiese cambiado el camino de ambos, un mensaje póstumo que quedó en el olvido y cuya respuesta es mejor dejar a la imaginación:

Quisiera decirte tantas cosas para retenerte, para tenerte un tiempo más antes de que tu ausencia abarque todos los rincones de nuestro hogar. Decirte todo lo que hicimos juntos, evocando recuerdos, alegrías y penas, y todo lo que superamos. Quisiera recordar contigo aquellas cosas que me decías y que iban a ser para siempre. Todo lo que amaba de ti y como fuimos cambiando. Todo lo que dije hasta que me perdí, hasta la distancia y la guerra fría. Entonces, caer en cuenta de que lo único que tengo que hacer es esperarte, pues ninguno de los dos puede olvidar tan pronto. No quisiera aceptar el desenlace sin haberte expresado una vez más todo lo que siento a través de todos los lugares en los que estás para mí, para no dejarte ir.

Gabriel García Márquez – "La peor forma de extrañar a alguien es estar sentado a su lado y saber que nunca lo podrás tener"

Gabriel García Márquez – «La peor forma de extrañar a alguien es estar sentado a su lado y saber que nunca lo podrás tener»

Después de ti solo quedo ver desde palco tu felicidad y reconstruir mi camino basado en lo que todos dicen que es lo mejor. Estoy seguro de que valió la pena haberte dejado ir porque alcanzaste tus sueños, aunque no estuviera a tu lado para aplaudirte. Sin embargo, no puedo evitar pensar, ya bastantes años después, cómo hubiesen sido las cosas si hubiésemos seguido juntos, y revivir los días después de tu partida: no estoy viviendo, solo estoy matando el tiempo… tus pequeñas manos, tu sonrisa loca felina… solo, no dejes, no dejes

Acerca de PaoloCesare

Calmo, analítico, consejero, buen compañero, gran amigo (eso dicen, no les crean). Me atrevo a escribir para compartir y aprender con Uds.
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