Agredece

Hoy quiero compartir una experiencia, una experiencia con la gratitud que he experimentado en los últimos tiempos. A todos más o menos nos enseñaron cuando éramos niños que había que dar las gracias. Al escribir esto, lo primero que me ha venido a la cabeza era la frase que nos repetía mi hermana Merce cuando éramos unos micos y como hermana mayor, le pedíamos en la mesa “dame agua” ella nos respondía invariablemente “¿cómo se dice?” y nosotros respondíamos “por favor” y después nos volvía a decir “¿y ahora qué se dice?” y nosotros, mecánicamente y a veces con un poquito de guasa respondíamos “graaaaaaaaaaaaaaaaaacias”.

Vale, pues no es de ese gracias del que quiero hablar, o sí, ¡también! Hoy quiero hablar realmente de la gratitud. A veces nos sucede que estamos pasándolo mal porque no hemos conseguido algo, nos falta algo o nos gustaría ser más algo; en esas ocasiones estamos prestando atención, a veces obsesivamente, a lo que nos falta, a la parte del camino que aún no hemos recorrido, a la parte del vaso que está vacía.

3¿Qué pasaría si en esos momentos nos entrenáramos en focalizarnos en el lado inverso? Cómo sería si nos fijásemos en la parte del camino que ya hemos recorrido y nos diéramos las gracias por ello, qué pasaría si nos fijásemos en la parte del vaso que todavía está allí, lista para ser disfrutada y saciar nuestra sed; eso también lo podríamos hacer con gratitud. Y qué pasaría si simplemente ahora nos parásemos, con la excusa de estar leyendo sobre el agradecimiento, mirásemos a nuestro alrededor, sin prisas, sin pretensiones, sólo con agradecimiento, y nos tomáramos un rato para darnos las gracias y dárselas a quién nosotros queramos, por todo lo que tenemos, por todo lo que ya hemos conseguido, y por todo lo que somos.

Por empezar con mi lista de agradecimientos: doy gracias al universo por tener a mi precioso gato roncando sonoramente a un metro de mí, a mi madre por representarme hoy en una firma importante, me doy las gracias a mí misma por haber trabajado lo suficiente para poder comprar el ordenador que estoy utilizando en este momento, doy gracias al ordenador porque con su eficacia me permite expresarme y llegar a gente a la que le sirve lo que escribo, y le estimula, y doy gracias a…

Como en tantos otros casos, yo encuentro que el agradecimiento es algo que se puede entrenar, y lo mejor de todo… ¿cómo te vas a sentir cuando te sitúes en esa experiencia de gratitud? ¿Quieres probar?

Publicado por Lola Hernández

Psicóloga y coach afincada en Múnich (Alemania). www.coachingenmunich.com. Más info en este enlace: https://coachingenmunich.com/about/

Deja un comentario