Cuando Dios nos envía señales…el rótulo en la cruz


A manera de inicio…

En estos días hemos sido asombrados por el fenómeno de la luna roja. Me atrevería decir que las personas lo han visto con ojos de admiración, otros con ojos de ciencia, y otros con ojos de temor. Para muchos es un fenómeno astronómico hermoso y para otros  no dejó de levantar temores, y augurios escatológicos. Es decir verlo como una señal del fin de los tiempos. Muchas personas cada que hay una tragedia o una catástrofe puntualizan a que es una señal de parte de Dios. Nuestra cultura evangélica maximiza las señales bíblicas y a veces cae en una cultura supersticiosa, todo con el fin de inculcar temor a una generación y sociedad atea. A diario leo personas que si hay una crisis en Rusia o en el Medio oriente dicen: “Ya está a las puertas…etc.” Y nos instan a correr frenéticamente a evangelizar aquí o a evangelizar allá. No digo que esto sea malo. Pero me pone inquieto que los cristianos “escatológicos” estén pendientes de las grandes señales y se pierdan “las pequeñas  señales” que muchas veces son más importantes que una luna roja o que Ucrania está en crisis. O que la marca del 666 ya está en marcha por medio de la tecnología(¿de dónde sacamos esta conclusión? Y precisamente a veces dejamos de ver esas  señales. Creo que El que enmarca nuestro destino está acostumbrado a nuestra  mente cerrada a la sencillez  y adicta a lo espectacular. Dios sabe que a veces no vemos las señales. Quizás por eso nos ha dado tantas. El arco iris después del diluvio se refiere al pacto de Dios. La circuncisión identifica a los elegidos de Dios y las estrellas hacen referencia al tamaño de su familia. Aun hoy día, vemos señales en la iglesia del Nuevo Testamento. La Santa Cena es una señal de su  muerte, y el bautismo es una señal de nuestro nacimiento espiritual. Cada una de estas señales simboliza una tremenda verdad espiritual.

Dios habla nuestro idioma…

Sin embargo, la señal más patética la encontramos sobre la cruz. Un anuncio en tres idiomas, escrito a mano, ejecutado por orden del Imperio Romano. Pilato escribió un letrero y lo puso sobre la cruz. En él se leía: Jesús de Nazaret, rey de los judíos. El letrero fue escrito en hebreo, en latín y en griego. Mucha de la gente lo leyó, porque el lugar donde Jesús fue crucificado estaba cerca de la ciudad. Los principales sacerdotes dijeron a Pilato: «No escribas, “El rey de los judíos”, sino escribe: “Este hombre dijo: ‘Yo soy el rey de los judíos’ ”».Pilato les respondió: «Lo que he escrito, he escrito» (Juan 19.19–22).

 ¿Por qué un letrero sobre la cabeza de Jesús? ¿Por qué esas palabras perturbaban a los judíos y por qué Pilato rehusó cambiarlas? ¿Por qué el letrero escrito en tres idiomas y por qué el letrero aparece mencionado  en los cuatro Evangelios? De todas las posibles respuestas a estas preguntas, vamos a  concentrarnos en una. ¿Será que este pedazo de madera es un cuadro de la devoción de Dios? ¿Un símbolo de su pasión para decirle al mundo acerca de su Hijo? ¿Un recordatorio que Dios hará lo que sea para compartir contigo el mensaje de este anuncio?

Para mí que el letrero revela tres  señales  sobre el deseo de Dios de alcanzar al mundo.

 Primero No hay persona que Él no use.

Pilatos no fue una buena pieza en la historia Romana. Fue un político de la más alta calaña. (Como todo político). Pero  es precisamente este hombre el que está escribiendo las letras en el rótulo de la cruz de Jesús.  Ahora ustedes deben saber que Pilato no tenía ningún interés en difundir el evangelio. De hecho, el letrero decía en otras palabras: «Esto es lo que llega a ser un rey judío; esto es lo que los romanos hacen con él. El rey de esta nación es un esclavo; un criminal crucificado; y si esto es el rey, ¡cómo será la nación de la cual es rey!»  Pilato había puesto el letrero para amenazar y mofarse de los judíos. Pero Dios tenía otro propósito… Pilato fue el instrumento de Dios para esparcir el evangelio. Sin saberlo, fue el amanuense del cielo. Tomó el dictado de Dios y lo escribió en el letrero.

 Segundo, no hay persona que Él no  alcance

 Nota que el letrero da frutos de inmediato. ¿Recuerdas la reacción del criminal? Poco antes de su propia muerte, en un torbellino de dolor, dijo: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino» (Lucas 23:42). Qué interesante la selección de palabras. Él no dice: «Sálvame». No  ruega: «Ten misericordia de mi alma». Su apelación es la de un siervo a  un rey. ¿Por qué? ¿Por qué se refiere al reino de Jesús? Quizás había oído  hablar a Jesús. Quizás estaba al tanto de las afirmaciones que hacía Jesús de sí mismo. O, más probablemente, quizás había leído el letrero: «Jesús de Nazaret, rey de los judíos». Lucas parece hacer la conexión entre el lector del letrero y el que hace la petición. En un versículo, escribe: «En la parte alta de la cruz se escribieron estas palabras: Este es el rey de los judíos» (Lucas 23.38). Cuatro breves versículos más adelante leemos la petición del ladrón: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino». El ladrón sabe que está metido en un ambiente real. Vuelve la cabeza y lee una proclamación real y pide ayuda real. Así de sencillo. De haber sido así, el letrero fue el primer recurso usado para proclamar el mensaje de la cruz. Incontables otros han seguido, desde la página impresa a la radio, a las cruzadas multitudinarias, al texto  que lees en este momento. Todo esto fue precedido por un rústico anuncio en un pedazo de madera. Y gracias a ese letrero, un alma se salvó. Todo porque alguien colocó un letrero sobre una cruz. No hay nadie a quien Dios no quiera usar. C.S. Lewis puede decírtelo. No podemos imaginarnos al siglo veinte sin C.S. Lewis. El profesor de Oxford conoció a Cristo en sus años de adulto y su pluma ha ayudado a millones a hacer lo mismo. Resultaría  difícil encontrar a un escritor con un llamamiento tan amplio y una perspicacia espiritual tan profunda. Y sería difícil encontrar a un evangelista más peculiar que aquel que guio a Lewis a Cristo. No era esa su intención porque él mismo no era un creyente. Su nombre fue T.D. Weldon. Como Lewis, era agnóstico. Según uno de sus biógrafos, «se mofaba de todos los credos y de casi todas las afirmaciones positivas». Era un intelectual, un incrédulo cínico. Pero un día, hizo un comentario que cambió la vida de Lewis. Había venido estudiando una defensa teológica de los Evangelios. « ¡Qué cosa más extraña», comentó, como solo un inglés podría hacerlo, «esa barbaridad de que Dios ha muerto. Tal parece como si realmente hubiera muerto!». Lewis casi no podía creer lo que había oído. Al principio, pensó que Weldon estaría bajo los efectos del alcohol. La afirmación, aunque  inopinada e impensada, fue suficiente para que Lewis considerara que  quizás Jesús realmente era el que decía ser. Un ladrón es guiado a Cristo por alguien que rechazó a Cristo. Un erudito es guiado a Cristo por alguien que no creía en Cristo. No hay persona a quien Él no use. Y no hay persona quién no alcance.  Pero hay un tercer elemento

 No hay idioma  el que Dios no hable.

 Cada transeúnte podía leer el letrero, porque cada transeúnte podía leer hebreo, latín o griego, los tres grandes idiomas del mundo antiguo: «Hebreo era la lengua de Israel, la lengua de la religión; latín era la lengua de los romanos, la lengua de la ley y del gobierno; y el griego era la lengua de Grecia, la lengua de la cultura. En todas ellas, Cristo fue declarado rey».

Dios tenía un mensaje para cada uno: «Cristo es rey». El mensaje era el mismo, pero el idioma era diferente. Ya que Jesús era el rey de todas las naciones, el mensaje sería en los idiomas de todos los pueblos. No hay lenguaje en el que Él no hable. Lo cual nos lleva a una  pregunta encantadora.

¿En qué lenguaje te está hablando a ti? No me estoy refiriendo a un idioma o dialecto, sino al drama diario de tu vida. Dios habla, tú lo sabes bien. Él nos habla en cualquier lenguaje que nosotros entendamos. Hay ocasiones en que habla en el «lenguaje de la abundancia». ¿Está tu estómago lleno? ¿Has pagado todas tus cuentas? ¿Te queda algo en la billetera? No seas tan orgulloso de lo que tienes que dejes de oír lo que debes de oír. ¿Será que tienes mucho como para dar también mucho? «Dios puede darte más bendiciones de las que necesitas. En tal caso, tendrás abundancia de todo, suficiente como para dar a cada obra buena» (2 Corintios 9:8). ¿Está Dios hablándote con el «lenguaje de la abundancia»? O ¿estás escuchando el «vernáculo de la necesidad»? Nos gustaría que nos hablara en el idioma de la abundancia, pero no siempre es así. ¿Será que de  vez en cuando Dios usará  la gramática de la necesidad?  ¿Estás tú oyendo el «lenguaje de la necesidad»? ¿Y qué me dices del «lenguaje de la aflicción»? Este es un lenguaje que evitamos. Pero tanto tú como yo sabemos cuán claramente habla Dios en los pasillos de los hospitales y en las camas de los enfermos. Sabemos lo que David quiere decir cuando afirma: «Me hace descansar» (Salmo 23:2). Nada mejor que un cuerpo débil para prestar oídos al cielo. Dios habla todas las lenguas, incluyendo la tuya. ¿No ha dicho él: «Te enseñaré el camino en que debes de andar»? (Salmos 32:8) ¿No nos apresuramos a «recibir instrucción de su boca» (Job 22:22)? ¿En qué idioma te está hablando Dios? ¿No te alegras cuando Él habla? ¿No te llena de emoción que le intereses tanto que te hable? ¿No es bueno saber que «el Señor dice sus secretos a todos los que lo respetan» (Salmos 5.14)? También tu padre ha aprendido a hablar tu lenguaje. «Te ha sido dado el conocer los misterios del reino de los cielos» (Mateo 13:11). ¿No sería adecuado pensar una palabra de gratitud a Él? Y mientras estás en eso, pregúntale si acaso habrás perdido alguna señal que te haya mandado.

Al leer este pasaje y reflexionar sobre esa señal en la cruz, me puse a pensar  en cuatro grandes desafíos para la iglesia evangélica latinoamericana.

Primero está el desafío de la contextualización…

Cada generación tiene que escribir su propia historia escribió  Goethe[1]. Y hoy más que nunca es cierta dicha declaración.  Así que para Dios es importante hablarnos, pero es mucho más importante hablarnos de tal manera que lo entendamos. Los tiempos pasan y cambian, la gente tiene otras concepciones y apreciaciones de su mundo y de su realidad. En todo tiempo y circunstancia, la zozobra e incertidumbre han confrontado a la iglesia de Jesucristo. Las persecuciones sean físicas o intelectuales, los embates militares y políticos, la exclusión y hasta la condena de las sociedades, la han hecho reflexionar, reevaluar y reorientar su existencia. Ha sido enemiga de muchos, socia de una cuantos, pero siempre protagonista desde el centro del poder político, económico y social, o bien, desde la periferia, como una voz de protesta profética a un mundo siempre en tensión y crisis. Cumpliéndose así cabalmente las palabras del Señor Jesucristo: “Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros (Jn. 15:18). Y también cuando dijo: “vosotros sois la luz del mundo…la sal de la tierra” (Mt. 6:13-14).[2] Como efecto de la contextualización nuestro mensaje debe incluir su presencia informativa. Es decir el mensaje como Palabra de Dios. La Iglesia hace sentir la voz de Dios sobre las situaciones en las que la vida del hombre se desarrolla. Es necesario perder el miedo a una palabra pública de la fe, para alentar o denunciar[3] . También debe incluir su presencia formativa. Se trata de aquella en la que la Iglesia se presenta como un grupo separado, distinto que se ofrece a la sociedad como ámbito de contraste. La Iglesia se muestra como comunidad de convocados para manifestar, con su alabanza y forma de vida, la acción de Dios para todos[4]. Esta labor formativa tiene dos ejes centrales. Primero la vida alabanza y segundo la vida en comunidad.  También debe incluir su presencia transformativa. Es decir su habilidad para ser sal y luz, y para cambiar no sólo personalmente sino ideológicamente y por sobre todo socialmente.

Segundo, está el desafío de la evangelización…

Me fascina observar que el mensaje de este rótulo nos reta a nuestros sistemas de evangelización hoy.  Primero es un mensaje entendible. Es entendible porque está hecho con una sencillez increíble. Observa que son pocas palabras, es una madera, no hay adornos, ni marquesinas. Segundo es accesible. Está donde todos pueden verlo, y escrito en los tres grandes pensamientos mundiales. Cristo puede penetrar cualquier religió, cualquier ideología y cualquier sistema político. Puede confundir a los intelectuales, puede alterar la religión y puede enseñar a los intelectuales. Tercero es creíble. Lo creíble de este mensaje es el contraste entre el mensaje escrito y el mensaje vivido. Recordemos que Pilatos se estaba burlando, pero en esencia el reflejo correctamente la paradoja de la cruz. Por un lado tenemos un mensaje escrito pero ese mensaje escrito se hace creíble cuando la encarnación de él opta por la vida de la cruz. El máximo ejemplo de es cruz es Jesús y por eso somos sus seguidores. Creo que le mensaje del evangelio no es creíble cuando lo que proclamamos contrasta con un vida de riqueza y opulencia.

Tercero, está el desafío de la valorización…

Este rótulo nos plantea un asunto axiológico. ¿Cuáles son los valores del cristianismo genuino? ¿En que fundamente el poder del evangelio? ¿Qué es lo que lo hace valioso? Es obvio que lo que Pilatos puso era cierto, aunque él no lo creyera. El problema es que nosotros si lo creemos pero seguimos viviendo como Pilatos y no como Jesús. Hoy nuestros valores como cristianos en nuestras sociedades están totalmente contrarios a la imagen debajo del rótulo. Por un lado la creencia nuestra es la verdad. Es cierto y será cierto que Jesús es Rey.  Pero por otro lado nuestra vivencia debe ser real. El poder no se manifiesta en lo visible, ni en el éxito. Un condenado en la cruz no es una apariencia de éxito o de poder, sino por el contrario. Sin embargo eso es desde la perspectiva humana, pero desde la perspectiva de Dios es el modelo a vivir. Pero la iglesia sigue ocultando esa imagen porque le hace quedar mal con su estilo de vida hoy. Simplemente le rehúye al modelo de la cruz, y si habla del Rey, pero para su propio beneficio.

 Cuarto, está el desafío de la realización…

¿Qué es la meta del cristiano? En ¿dónde encuentra su realización? Observe que las tres culturas que el menciona. Cada idioma de la cruz representa no sólo una lengua sino una cultura que había aportado la mayor evolución humana en cada dimensión: arameo, la mayor expresión religiosa. Griego, la máxima expresión filosófica, la sabiduría humana. Latín, la mejor visión política – económica. Es decir, el humanismo en su mayor expresión condenó al Mesías. Y ellos gobernaban en ese momento. Cualquier de esas opciones podían hacer a una persona altamente realizada. Pero nadie podría entender que la realización se encontraba precisamente en ese hombre molido a palos, aparentemente derrotado y débil. Para muchos buscan la realización en lo intelectual, o lo religioso o incluso lo político, pero sólo en el Nazareno podemos encontrar esa realización. Ya que la única realización que es permanente es la de nuestro seguimiento de Jesucristo. Hay una última señal apenas perceptible en este rótulo. Probablemente fue el azar o fue intencional, o fue coincidencia o fue un detalle de Dios. No me atrevería a decirlo. Pero el rótulo que Pilatos escribió tenía un dato interesante dentro del título. ¿Por qué los maestros y escribas de la ley sugirieron que se cambiará el rotulo en la cruz?

                                                                 היהדים ומלח הנצרין ישוע

                                                           Ha yehudim Ve melej Ha netzarin Yeshúa

                                                            De los Judíos Y Rey El Nazareno Yeshúa

Recuerde el hebreo se escribe y lee de derecha a izquierda; es decir que para nosotros diría: Yeshua (Jesús) El Nazareno Y Rey de los Judíos .Es a considerar esta propuesta sobre el por qué los maestros del judaísmo de ese entonces protestaron sobre el mensaje en el rotulo sobre la cruz puesto por Pilato.  Pudo haber sido que lograron ver estas iniciales al principio del título (letras en rojo) de BURLA que aparentemente ellos le hablaron de hereje y nuestro Señor Dios con este chiste hizo manifiesto que «Su Nombre» se encontraba verdaderamente en nuestro Señor Cristo Jesús. El poderoso nombre del Innombrable, del Impronunciable, del Omnipotente y Omnipresente Dios y Señor de Todo y Todos estuviese escrito en el rotulo del hijo del artesano José. ¡Increíble! Era definitivamente necesario protestar que lo quitasen antes que cualquier otro piadoso de las escrituras se diera cuenta y reconociera que él era el Hijo de Dios y el Ungido que salvaría a Israel.

 

                                                                                                          היהדיםומלחהנצריןישוע

 

                                                                                                                            יהוה

                                                                                                 HVHY es para nosotros Y H V H

 

                                          El nombre Oculto de Nuestro Dios en Jesucristo

Al recordar versículos tales como el del libro de Juan 14:13: Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Juan 10:38 Mas si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre.[5]

Comencé diciendo que muchos de nosotros nos encantan referirnos a las señales escatológicas cuando hay guerras en Rusia, hay declaraciones en el medio oriente, cuando hay una súper, súper computadora que pondrá la marca de la bestia. Cuando una nación de Europa se une al Mercado Común Europeo, etc. Etc. Cuando la luna se pone roja, cuando tiembla aquí y tiembla allá, cuando hay un tsunami aquí y otro allá. Cuando vemos en Obama al anticristo o al último Papa como la época final. Sin embargo nos perdemos las señales más pequeñas de Dios, aquellas que están en el anonimato, y en silencio y que para poder verlas necesitamos tener los oídos de Dios y los ojos de Dios. Pues estas señales en realidad son las más importantes. Esas señales fueron las que mostraron el rótulo en la cruz, pero pocos las percibieron. Que nos libre el Señor de andar pendientes de las “grandes señales” y perdernos las mejores señales para nuestra vida espiritual.

[1] http://www.proverbia.net/citasautor.asp?autor=426&page=10

[2] http://www.recursosteologicos.org/Documents/Posmodernidad_y_sus_desafios.htm

[3] webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:http://www.entretiempodefe.es/evangelizacion.pdf

[4] Ibíd.

[5] http://visiondeprofetas.blogspot.com/2010/08/150-wow-las-4-letras-en-el-rotulo-de-la.html

Publicado por

enrique60

Actualmente trabajo en la Escuela Panamericana, soy salvadoreño 61 años y soy pastor de la iglesia Comunidad Bíblica

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