Nowhere boy, nostalgia para sesentones

Hace mucho tiempo –lo mío siempre hace mucho tiempo– tuve ocasión de leer una biografía de The Beatles, ¡escrita en 1969! (ni recuerdo como se llamaba, ni recuerdo el autor, sorry). Con el grupo en plena cumbre de su carrera, ninguna sospecha de separación, ni siquiera existía Yoko Ono –que siempre tiene la culpa–, ni mucho menos el trágico final de John (supongo que esto no es spoiler).

Fue realmente curioso porque lo leí veinte años después que fuera escrito. La perspectiva que me daba conocer lo que ya había ocurrido, convertía en absolutamente relativo cualquier tiempo, incluido el presente… ¿que presente?.

Y como todo esto no viene mucho a cuento, pasemos a Nowhere Boy. Estrenada con bastante retraso por aquí, se centra en contarnos los primeros años de juventud del mitificado John Lennon. Un relato cien veces descrito, –quizás la primera en el citado libro del 69–, y hoy mismo accesible desde la mismísima Wikipedia.

Además de mi aversión por los “biopics” (todos falsos y manipulados, y con nombre de yogur contra el estreñimiento), éste en concreto, poco tiene pues que aportar. Una historia conocida, un mito desaparecido, un poco de melodrama, todo ello suavizado para una fácil digestión y tendremos una perfecta película mediocre.

En realidad, no sé si va dirigida a la nostalgia de los sesentones, o a la curiosidad de los jóvenes (estos dirán),… o a nadie. Aunque creo que no termina de funcionar en ningún aspecto.

¿Algo positivo?, pues la música, que como es natural no podía faltar. Para los amantes de la historia (solo para ellos), nos ofrece un interesante repertorio poco divulgado, aunque inevitablemente incompleto, de la “música pre-beatles” que influyó en la “música beatles”. No es toda, ni mucho menos, simples pinceladas, pero algo es algo.

Volver