¿Maestras insolidarias con las mujeres?

Chema Madoz

El fin de semana tuvimos ocasión de hablar en profundidad con una amiga maestra a la que hacía bastante tiempo que no veíamos, así le dimos un repaso a nuestras vidas y nos pusimos al día en cuanto a las inquietudes profesionales. Ella que es maestra de infantil desde hace casi treinta años, nos dijo que estaba viendo una precarización en nuestra profesión y unas reclamaciones sociales sobre la escuela que le estaban preocupando por todo lo que llevaban consigo.

Nos contó que días atrás una madre la acusó de insolidaria con las mujeres porque tuvo que llamarla para que cambiase al hijo que se había meado; ya por teléfono le dijo que acababa de conseguir un trabajo tras un largo período de paro y que, así de buenas a primeras, no podía decirle a su empleadora que tenía que salir para mudar al niño en el cole, ya que se arriesgaba a que echasen a la calle. Nuestra amiga, pese a que se quedó con mala conciencia, para ella el debate sobre cambiarle la ropa a los niños en las escuelas no tiene cabida, de no ser en los casos excepcionales, para lo que hay cuidadoras. Ella que empezó a trabajar cuando preescolar era para 4-6 años, esas cuestiones eran hechos aislados y a nadie se le pasaba por la cabeza que una maestra le cambiase pañales a los críos; más tarde, por las presiones sociales, metieron a calzador a los de 3 años en las escuelas de segundo ciclo, respondiendo más a las demandas que a una división acorde con la evolución de los niños/as. Así, las exigencias sobre las maestras de infantil se vieron incrementadas con esa petición que resurge cada comienzo de curso.

A nuestra amiga le quedó la acusación bullendo en cabeza, no porque quiera mudar críos, sino porque cree que habría que pensar en otra solución. Le duró hasta que fue a buscar comprensión en otra madre, en este caso una mujer profesora universitaria, siempre a la defensa de los derechos sociales, feminista, militante en grupos de izquierda, etc, quien le dijo que ella nunca entendió que la llamasen de la escuela para cambiar a sus niñas, que parecía mentira que hicieran eso, cuando la maestra también las curaba cuando llevaban un golpe, les sonaba los mocos, las calmaba cuando vomitaban y las consolaba cuando lloraban. Ella, a su manera, y desde su punto de vista, también la acusó de insolidaria. No supo qué decirle, excepto preguntarle qué hacía ella por sus alumnos universitarios más allá de lo estrictamente académico, ya estos jóvenes también están muy necesitados apoyos varios, o si por lo contrario, pensaba ella que las maestras de infantil son una categoría especial de docentes, entre cuyas labores se incluyen el asesoramiento psicológico a familias, limpieza del centro, aseo de los niños, decoración de interiores, etc.

Nos preguntaba esta maestra sí se nos verá como insolidarias, ahora que hay tanta falacia en cuanto a la liberación de las mujeres. Seremos nosotras insolidarias cuando los medios de comunicación no hacen más que mostrarnos a mujeres en puestos de poder, presumiendo de que para simultanear la carrera profesional y familiar, saltaron del paritorio al despacho dinamitando así lo que fueron conquistas históricas en los derechos laborales de las mujeres. Seremos nosotras insolidarias cuando se ponen todos los medios para que los niños pequeños estén más horas confinados en los centros que los presos de régimen abierto. Seremos nosotras insolidarias cuando incluso las empresas de pro, para favorecer el desarrollo profesional de las mujeres, se ofrecen a financiarle la congelación de óvulos para que pospongan el ser madres para cuando disminuya su potencial laboral. Seremos nosotras insolidarias cuando las mujeres con medios buscan madres de día como alternativa para el cuidado de sus pequeños. Seremos nosotras insolidarias cuando hay mujeres que por no poder cumplir con los condicionantes del cuidado de los hijos adoptan bebés reborn, para así darse el gusto de ser madres sin asumir la responsabilidad que supone tenerlos y sin perjudicar a los pequeños.

Será que las maestras en lugar de ocuparnos de la educación de los pequeños tendremos que asumir su cuidado para que así nuestras congéneres puedan tener una vida profesional plena.

¿Qué es ser madre hoy, qué es ser mujer profesional, qué es la conciliación o qué es el cuidado de los hijos?

Nuestra amiga se quedó rumiando sobre la acusación de insolidaridad con las mujeres y a nosotros los dejó con la cabeza caliente sobre las supuestas conquistas femeninas en el mundo de hoy.

8 Comments

  1. Me parece un error enfocarlo así. Me consideo feminista. Estoy convencida de que en educación infantil la educación incluye el cuidado, el afecto, el bienestar, es inseparable

  2. Hola compañeras!! soy maestra de infantil y también asesora de formación…. en todo, el caso es que al leer el tema de insolidaridad con la mujeres enseguida me he preguntado ¿es que ese niño no tiene padre? ¿por qué llamamos a las madres?, lo tenemos tan asumido que ni siquiera a la propia madre con su nuevo trabajo se le ocurre llamarlo.
    Efectivamente en lugar de considerar la importancia de la etapa EDUCATIVA en o-6 como la mas significativa y que va a marcar el resto de la vida del niño, nos tienen a las educadoras como asistentas… que no es que me parezca mal, que también lo somos, pero en el aula con las ratios que tenemos se necesita un auxiliar para que podamos cumplir esa labor educativa imprescindible. ¡somo cuidadoras, somos docentes, estamos en un espacio educativo…se necesitan auxiliares de aula y que disminuyan las ratios!
    Un saludo compañera
    Montse Consejo de Huesca

  3. Buenos dias compañeras! Este, sin duda, es un arduo debate en el que creo que olvidamos lo mas importante: la insolidaridad, en todo caso, es hacia los niños.
    Por supuesto la falta de apoyos personales o materiales influye queramos o no en la capacidad que tenemos para llevar a cabo todo lo que el día en el aula nos exige. Pero en esta etapa educativa, el acompañamiento no está solo dirigido a lo que consideramos «educar» a los niños, sino a todo lo que el niño es en si mismo y su higiene , desde mi punto de vista, también está incluida.
    Con todo esto no quiero decir que la compañera sea peor o mejor maestra por no hacerlo, sino que debemos seguir intentando construir entre tod@s (escuelas, familias, instituciones, sociedad…) una educación infantil de calidad en las que las necesidades, derechos y deberes de los niños estén presentes como ciudadanos activos que ya son.
    Un saludo y a seguir en la lucha!!

  4. Gracias a vosotras por InnovArte,y por todas las experiencias y pensamientos que compartís. Un saludo

  5. Tema controvertido!! En mi opinión dar valor a nuestra profesión no esta reñido con cambiar a un niño que lo necesita.
    En mis 21 años en la escuela he aprendido que educo en todos los momentos en que estoy junto a los niños y en mi afortunado paso por las aulas de 2 años a disfrutar de esos momentos que se consideran asistenciales ( comidas, cambios, sueño…) y que me han hecho mejor maestra…
    Quizá el problema esté más en las expectativas y la comunicación entre los adultos.

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