¿Hizo bien Messi en tener un hijo?

No.

A primera vista, la procreación de otro ser humano es un acto que revela la Gracia de Dios y nuestra capacidad para perpetuar nuestra existencia al infinito, como demostración de la superioridad de nuestra especie frente a otras que no han podido hacerlo como los mamuts* o que dependen para ello de la asistencia de «Papá Estado» como el Oso Panda.

Es lógico que algo de todo eso haya sentido Lionel Andrés Messi, «la pulga», «mr gambeta», «el mesías», «lío-gol», etcétera, cuando engendró su descendencia junto con Antonella Rocuzzo, «la mujer de Messi», «la primera dama del gol», «la mesianica», y es sólo por ese lado que el nacimiento de Thiago, «el nuevo Messi», puede considerarse exitoso. Pero en el aspecto deportivo, ¿qué nos deja a nosotros como aficionados al fútbol este suceso biológico? Más bien poco, es mi lamentable conclusión, ya que desde su nacimiento, todas han sido pálidas para el astro argentino (que no voy a decir que se llama Messi porque ya lo repetí varias veces y en TEA te enseñan que nunca hay que repetir un nombre en un mismo párrafo, ni aunque sea Messi o el hijo de Messi o la mujer de Messi).

En fin, todo esto le pasó a Messi (Lionel) desde que engendró a Thiago (Messi):

– Sólo ganó 1 liga y porque la diferencia la hizo antes de que naciera Thiago.

– Perdió en cuartos de final de Copa del Rey.

– Perdió contra el Real Madrid muchas veces.

– Perdió el balón de oro 2014 (el 2013 lo ganó por lo hecho hasta el nacimiento de Thiago).

– Sigue sin ganar mundiales ni copas américas con la selección argentina.

– Perdió 7 a 0 contra el Bayern Munich por las semifinales de la Copa de Campeones.

– Newell’s perdió en semifinales la Copa Libertadores.

– Ascendió Rosario Central.

– CR7 se consagra como el mejor jugador del planeta.

– Lo demandan por defraudación al fisco.

– Fracasa la Pepsi Next.

– No le inventan más apodos en la Wikipedia

– Se asocia con Macri para ser la cara de los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018.

– Etcétera

Es verdad que no es el primer deportista de alto nivel que comete el error de poner su vida privada sobre su vida profesional. Lo mismo le pasó a Federer con sus gemelas, o a Kim Clijsters que tuvo que dejar de jugar para embarazarse y dar a luz a su hij@, o  a Michael Jordan que sin dudas hubiera ganado muchos más anillos de la NBA de no ser por sus inoportunas crías.

Sin embargo, ahora ya no hay tiempo de arrepentirse ni de abortar… ideas, sólo esperemos que sirva este llamado de atención tanto para los Messi de hoy como para los Messi del mañana.

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