Estudio Mario Aguirre

De qué hablamos cuando invocamos a los «buitres»? | por Mario Aguirre


En la Madre Naturaleza, los buitres cumplen una función insoslayable en el ciclo de la cadena alimentaria. Los pobres pájaros tienen mala fama, y culturalmente se los emparenta con profesionales a los que todo el mundo desea observar de lejos (me incluyo dentro de estos «intocables», dado que soy abogado…).

Es muy injusto que a los pobres bichos se les tome el nombre, también, para asociarlos con cierto tipo de empresas tan artificiales, que de resultas podríamos colocarlas en el otro extremo de la realidad: El mundo de la cultura pocas veces ha otorgado una elaboración tan atiborrada de procesos  lógicos que la hacen recaer rayana en la entelequia, si no fuera porque la cruda realidad nos la pone enfrente como fenómeno crítico y en crisis. Parecería que estuviéramos ante lo que Carlos Marx predijo como la semilla de la autodestrucción del capitalismo…

El nombre de hedge funds puede traducirse como fondos de protección o de cobertura. Son fondos de inversión altamente especulativos. El primero fue formado en 1949 por Alfred Winslow Jones. En el último recuento, había 3.000 hedge funds, gestionando dinero de inversores por valor de alrededor de u$s 200.000.000.000 ($ 200 billions), de acuerdo con TASS, una firma de investigación (research). Aunque no existe una definición simple de hedge fund, ellos tienen ciertas cosas en común. Están estructurados como socios limitados, a menudo offshore, lo que significa que están enormemente desregulados. Ellos cargan gruesos fees, normalmente el %20 de los beneficios o ganancias. Están abiertos sólo a los ricos, a quienes les ofrecen el proyecto de hacer retornos absolutos (absolute returns) más bien que relativos (relative ones)- eso es, se concentran en hacer dinero, no en elaborar un índice. (The risk business – Turmoil in Financial Markets (Los negocios de riesgo – Terremoto en los mercados financieros) – The Economist, 17-10-1998 a 23-10-1998, volumen 349 – n° 8090, pág. 21. London, United Kingdom. La nota fue  escrita en New York, U.S.A.)

El 26 junio 2000 la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) dio un plazo de 12 meses a 35 territorios identificados como paraísos fiscales, entre ellos Gibraltar, Andorra, Mónaco, Panamá y Liechtenstein, para que reformen sus regímenes de impuestos antes de que sean sometidos a eventuales sanciones: / En un informe titulado “Hacia una operación fiscal global”, difundido ese día en la primera jornada de su conferencia ministerial anual, la OCDE señaló que, para evitar sanciones, esos territorios deberán cooperar en la eliminación de las “prácticas fiscales dañinas” antes de fines de 2005. (sic) / De la lista de paraísos fiscales, cerca de la mitad es territorio bajo soberanía o dependencia de alguno de los 29 países miembros de la organización; por ejemplo, Gibraltar, Montserrat, la isla de Man, Jersey, Turks & Caicos o Anguilla respecto del Reino Unido; Mónaco en relación con Francia; Aruba o las Antillas, con Holanda, o las islas vírgenes, con los Estados Unidos. / “La OCDE tiene la convicción de que un número importante de estas jurisdicciones optará por el diálogo constructivo iniciado con un gran número de ellas en los últimos seis meses”, señala el informe difundido. / Gracias a esa política, Bermudas, las islas Caimán, Chipre, Malta, la isla Mauricio y San Marino se comprometieron a modificar sus sistemas tributarios. (Emplazan a 35 paraísos fiscalesEconomía & Negocios, sección del diario La Nación, martes 27 de junio de 2000, pág. 9. Buenos Aires, Argentina)

En futuras entregas iré desarrollando estos temas.

Mario Aguirre es autor del libro Fondos Comunes de Inversión – Rescate de su incautación (Edición del Autor, Buenos Aires, Argentina, 2003)

http://www.astrea.com.ar/book/AG01/



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