Conferencia “Galgos con miedo”

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Tras la asistencia a la conferencia sobre los galgos con miedo, hemos chocado contra la realidad, puesto que pensamos que los galgos son miedosos, pero realmente no es así.

Los galgos son una raza de perros que son usados como objetos para la caza y entretenimiento (apuestas) debido a sus cualidades físicas; y cuando estos animales ya no les son útiles, se deshacen de ellos tanto abandonándolos como maltratándolos.

Debido a ello, estos perros pasan por la emoción del miedo (una respuesta emocional que se da cuando un individuo se encuentra ante un peligro o una amenaza real o imaginaria), la cual tiene tres estadios que empeoran progresivamente. El primero consiste en miedo en momentos esporádicos, el segundo provoca miedo con más frecuencia e inseguridad hacia las personas y el tercero es una situación extrema en la que el perro puede llegar a la muerte debido a los altos niveles de estrés y de ansiedad.

Algunas respuestas al miedo son: tendencia a ansiedad por la separación (sobreprotección), lenguaje corporal determinado, conductas de reacción (huida- lucha- indefensión aprendida), alerta constante… El tratamiento es un proceso muy lento, no hay que forzar al perro a hacer algo cuando tiene miedo y para impedir su intensificación hay que anticiparse.

Con esto, nos damos cuenta del sentimiento de superioridad del humano hacia los animales en general; principalmente por la superioridad intelectual. Observamos que la ética de las personas es distinta según su punto de vista, por ejemplo: para un cazador esto no será tan preocupante que para una persona que lo ve desde fuera de ese mundo. Un cazador puede ver a un animal más como un objeto que como una mascota o un amigo. Sin embargo, no podemos olvidar que un perro no es un humano, por lo que un pensamiento extremo en ese sentido tampoco será bueno. Posiblemente Aristóteles tuviera razón y la virtud esté en el punto medio; aunque no sea un ser humano, es un ser vivo, y como tal hay que respetarlo, y evitar un sufrimiento innecesario. Es más, ¿qué dice del ser humano una actitud como la que algunos llevan a cabo con estos pobres perros? ¿qué dice de nosotros que abandonemos, peguemos o ignoremos el dolor ajeno? Ser mejores con los perros, con los indefensos, con los animales necesitados, podría ayudarnos a desarrollar en nosotros la inclinación a la compasión, la ayuda y la humanidad.

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