Vieja y nueva guerra

Asediada está mi vida,

me disparan en la trinchera,

dudoso mi porvenir

que no sé si durará un segundo

Yo era un ciudadano como tú

al que mandaron como madera

a esa ardiente hoguera

donde nos quemamos todos

sin a nadie importarle.

Matamos a inocentes,

a tristes y a desolados,

y nos matan inocentes,

tristes y desolados.

A quiénes conviene esta guerra,

que no hay quien la frene.

El corazón del hombre alberga

la idea de una nueva guerra

cuando acabe la presente.

Víctor Manuel Alarcón Sedeño