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Han pasado ya los días, las tardes y las noches de trabajo incesante que mis estudios requerían. El estrés mal disimulado y las pocas horas de descanso. Acaba de terminar la época de exámenes. Y ahora que recupero el aliento y la calma perdida, vuelvo a desnudarme en estas mis cartas.

El bucle espacio-tiempo acelera de súbito.. y han pasado ya tres semanas largas desde mi llegada a la Tercera Legión. Mucho que contar, aunque no grandes sorpresas. Para bien o para mal, uno ya ha sido soldado de Legión, e intuía parte de lo que me depararía el destino.

Atrás quedan los días de Beirut, los días de trinchera. Se difuminan en mi recuerdo como el leve poso de un sueño. Como se pierde la línea del horizonte tras la niebla, en la lejanía. Son a mi vista dias muy lejanos y poco añorados. A pesar de que sólo han pasado una semanas, quedan muy atrás en mis recuerdos.

En el fondo, estar allí era una cuestión de pura supervivencia. Y no dejo de recordar el hedor a presión comercial, problemas por doquier, falta de medios, carencias de todo tipo,  desesperación y falta de aliciente.

Falta de esperanza. Flotaban en el ambiente, día si y día también. No hablo solamente de mi. Sé que son muchos los valientes que han salido de allí malheridos, o han caído en combate. Los que allí están resisten como pueden. Y en mi caso, ahora más que nunca, los míos me necesitan entero, sano, motivado y concentrado. Mi vida y mi tiempo ya no me pertenecen, eso lo sé desde hace ya un tiempo. Pero cada vez soy más consciente de ello.

La Tercera es una buena Legión del Imperio. Jóvenes soldados, preparados, altivos y atrevidos. Combinan juventud y experiencia a partes iguales, lo cuál les hace sin duda muy valiosos.Son un altar al culto de la neurona, porque es necesario aplicar la inteligencia, militar o no, a los avatares imperiales. Hoy soy uno más entre ellos. Aunque no puedo dejar de pensar que hoy soy yo el «Degollao» de este lugar, o el personaje principal de Avatar, comenzando a caminar torpemente con su nueva fisonomía.

Requiero sin duda la ayuda que todo novato precisa, aunque noto que poco a poco esa ayuda es más puntual. Nuevas herramientas y procedimientos, nuevas a mis ojos, van formando parte de mi dia a dia.

No pierdo de vista que acaso esta aventura tiene ya marcada desde el principio, como herida de muerte, una fecha. Grabada a fuego en mi calendario y en mi mente. Pero al menos en ocasiones, al levantarme por la mañana, me observo relajado…como si me dirigiese a mi anterior posición en Burgos. Como si nada hubiera cambiado. Ave, Tercera Legión. El soldado Cadepo se presenta.