Viñaspre-Binasperi

Aunque el día de hoy su vecindario es de los más pequeños de la comarca, en la Edad Media era de los que más vecinos tenía – 21 pagadores en 1366 – entre los pequeños poblados que integraban el territorio de Laguardia.

Una fuente de ingresos era el agua. Entre los manantiales propios y la fuente de la Berbenosa comprada a Lapoblación poseían un caudal de agua tan abundante que les permitía regar sus campos y vender el sobrante a los pueblos vecinos, incluso a Logroño.

Ésto explica cómo con tan pocos vecinos han podido tener un templo tan decoroso, que tras la constitución de Villa, deciden reformar el retablo mayor para engrandecerlo.

Si analizamos el Templo por partes vemos que la portada es de principios del s. XVII. Lleva unas pilastras acanaladas con frontón curvo partido y sobre él una hornacina rectangular con una imágen de la Inmaculada y bolos en los remates. Pertenece a la obra general del templo hecho por JUAN DE OLATE.

A la izquierda encontramos un arco apuntado de un enterramiento gótico y tiene espadaña en vez de torre.

En cuanto al Templo propiamente dicho, nos encontramos que es de planta rectangular de tres tramos y cabecera. En la capilla mayor y en el primer tramo las paredes en arco apuntado. Las columnas carecen de capiteles. Adosadas al muro, de fuste redondo, y adheridas a él, estrechas columnitas prismáticas, cuyas basas son de un gótico retardado. Bóveda estrellada de trazos ondulantes en el primer tramo.

La construcción más antigua es la del muro de la parte inferior, dentro de la cual va encajonada una escalera de caracol, y en la que se conserva cegado un óculo románico.

Para adaptarse a estos restos del templño anterior, el último tramo de la nave es irregular con las paredes sesgadas hacia la derecha. Por el exterior puede apreciarse fácilmente la obra de las 2 épocas, que aparece mal ensamblada

Este edificio encierra fundamentalmente dos grandes etapas edilicias, de las cuales la moderna pretendía la sustitución total de las previas. De la obra original bajomedieval se conservan los pies de la nave, mientras que la nueva construcción adscrita a la época moderna se llegó a construir el ábside y los dod tramos abovedados de la nave. (Fig 1) La lectura (CABALLERO, 2003) testimonia cómoel proceso constructivo contempla el desmonte de la obra antigua de manera simultánea al alzado de la nueva, cuyo estado inacabado favoreció la conservación de los tramos bajomedievales mencionados. La huella de su desmonte es, de nuevo, una superficie negativa. No se acometieron otras empresas edilicias entre ambos momentos históricos: la iglesia bajomedieval se mantuvo en uso hasta el comienzo de las modificaciones de época moderna y parcialmente hasta nuestros días, constituyendo aún hoy el cierre occidental de la nave. (Fig 2)

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