HJ-story.com – El amor es… quedarse sin palabras frente a ti.

Es una temporada en la que el amor invade las calles, presuntuoso y desvergonzado, atacando a cualquier hijo de vecino, incrédulo, desganado, sobre todo, impar. La primavera, para mí, es la cuna del amor. Son esos colores los que otorgan ilusión, calidez y el deseo inagotable de sentir que todo va a funcionar, sin importar el contexto. Los espejismos de un amor son más fuertes, porque, así como las flores van adornando cada espacio, son los abrazos y la cercanía de quien queremos, motivos suficientes para revolucionar nuestros propios sentimientos, tendiendo los puentes hacia el amor, ese que es de verdad y que queda incluso sin saber si es que va a tener final. La primavera es, entonces, una excusa para romper las excusas. Pero, lo más importante, es que aparezca en escena el personaje capaz de romper nuestros paradigmas, con la única clave para nuestra felicidad: «porque tú lo vales».

Liniers – Se nota que llegó la primavera porque Z-25, el robot sensible… está más sensible…

Tras la incertidumbre y la desesperación por no encontrar el amor, llega ese momento en el que se caen las vendas de los ojos y nos permitimos ver a través de los ojos ajenos, que, incluso, no parecen tan distintos. Y le damos el significado a esos mensajes que parecían inconclusos, como rompecabezas mentales de piezas disímiles que llevábamos como tarea pendiente tras la anterior experiencia de amor. A veces nos vamos cerrando a la idea equivocada de que el amor llegará con el tiempo, sin darnos cuenta de que la receta incluye algo de nosotros: entender mientras andamos qué es lo que queremos para nosotros. Pues el amor no viene desde afuera, sino que parte de uno mismo. Y no es coincidencia cuando aparece esa persona, sino la suma de avances en el recorrido, después de haber sobrevivido a varias de esas primaveras en soledad.

Hasta que, en un día cualquiera, llegan las palabras cursis que luego negarás haber dicho, aunque te delate la sonrisa:

Tal vez no vaya a salir el sol, pero saldrás tú conmigo y eso es más que suficiente. ¿Cómo has sido capaz de influir tanto en mi vida? Desde el momento en que fui capaz de aceptar que te quería, entendí también que tenía que quererme más a mí mismo. Llegaste con autoridad a darme la lección que faltaba, esa que tanto buscaba entre viajes y libros: El amor de verdad está en ti mismo. Y no solo me enseñaste a quererme, sino que, a tu lado, quisimos darle alas a un amor que yo mismo había descrito tantas veces, sin si quiera haberlo conocido de esta manera. Entonces, la confianza destruyó ese ‘nadie nos entiende’ y fue tu sonrisa, incluso, distante, la que ilumina ahora más que aquella pobre luna relegada. Tienes mis días, compartidos con ilusión y sin expectativas, porque con un abrazo puede ser suficiente para cambiar a quien hoy tiene propuesto hacer que llegues tan lejos como has soñado volar. El amor no sabe de egoísmos.

Mario Benedetti – Todavía – y aunque no siempre he entendido mis culpas y mis fracasos en cambio sé que en tus brazos el mundo tiene sentido

Conclusión

¿Cuánto cuesta volver a amar? ¿Cuántas veces maldecimos la soledad? ¿Cuánto más nos tocará esperar? Dejemos de darle vueltas a las cosas y disfrutemos de esta primavera, como si fuera la primera. Y construyamos en nosotros mismos esa pista de aterrizaje llena de emociones y aventuras, para recibir a las personas que pronto habitarán en nuestros corazones. Encuentras más en los viajes y en los libros que en los lamentos. Ese amor que también te está buscando, no es cosa del azar. Y la coincidencia perfecta ocurre cuando nos permitimos abrir las puertas, sin miedos. Entonces, listos o no, pero habiendo conocido el camino, llegará quien reclamábamos para decirnos también: ♫eres la única excepción…