Algunos de nosotros pasamos por una experiencia peculiar que es la de conocer a alguien por internet. En los noventas, esto era algo que empezó a darse con una lentitud no malintencionada, sin embargo, con el correr de los años y el avance de la tecnología, conocer a alguien por internet se convirtió en algo cotidiano y simple, como escribir un tuit. A veces, pasaba que te metías a una sala de chat y, entre tanto compartir de alguna temática interesante, te enganchabas con alguien que se acercaba a ciertos ideales. Y claro ¿cómo no creer? (en realidad, es lo más sencillo de hacer, y quizás peligroso). Otra posibilidad era conocer gente a través del Mensajero Instantáneo del trabajo: proveedores, clientes o compañeros. Porque de tanto coincidir, pueden surgir preguntas personales que terminan en una amistad vía redes sociales o por teléfono, hasta que por fin se conocen en persona. Y, finalmente, una posibilidad más es la de conocer personas en diversos foros, blogs y redes sociales: los títeres de la tecnología comenzamos a interactuar por propia voluntad sin si quiera entender de prejuicios o miedos, protegiéndonos así de esa soledad que, algunas veces, nos toma la delantera.

Liniers: Así que se conocieron chateando… qué loco… ¿no?

Se dice que cada persona tiene un propósito en nuestras vidas. Algunos intervienen, otros simplemente pasan de manera fugaz. Algunos nos dejan lecciones y otros solo cuestionamientos. No importa cuál sea su origen, pues hasta el más extraño atisbo de casualidad puede ser motivo de una gran historia. Sin embargo, nosotros los hacemos especiales cuando arriesgamos, cuando creemos por instinto, si es que tenemos esa suerte de poder abrir nuestros sentimientos y desarrollar una amistad, o hasta un sentimiento mayor. El creer sin conocer puede ser peligroso, y habrá que ir con cautela. Pero si confiamos en la experiencia y el saber distinguir a quien nos puede aportar y ayudar y quien no, la única posibilidad será ganar. ¿Por qué no aventurarse a mostrarse como uno es? En un mundo virtual, donde la gente puede ser ideal, lo mejor será ser simplemente valiente y asumir ser solo uno mismo.

Liniers: Ser buena gente es solo para valientes ¡Coraje!

Conclusión

Curiosamente en mi vida, las personas más cercanas son las que más lejos están. Historias como Abrazo Imaginario o Vos y Yo, cuyo nivel de empatía me sorprende hasta ahora, no son sino una muestra de que muchas veces al corazón no le importa creer en ceguera, sino, crecer en atención de los demás sentidos. Porque cuando uno quiere de verdad, poco importa el origen, la forma de hablar o hasta el idioma; sino, la voluntad de servir, acompañar y hacer sonreír. Y tal vez, algún día, se rompa esa barrera geográfica, ya sea de unos minutos o quizás de una vuelta al mundo, para terminar cantando juntos en la sala de un karaoke la canción que curiosamente a ambos les gusta… ♫estoy cambiando todo a mi alrededor… el mundo es un mal lugar, un terrible lugar para vivir pero yo no quiero morir