lo que yo leo

Un blog sin pretensiones, sobre reseñas literarias para leer en 10 minutos; contiene comentarios sobre libros, recomendaciones, divagaciones y toda clase de digestiones literarias que un lector compulsivo ha aderezado a su gusto. Por supuesto, abierto a colaboraciones y opiniones. Casi es obligatorio equivocarse aunque, evidentemente, yo soy yo y tú, eres tú, por supuesto; pero ni yo soy tú ni tú eres yo, por lo tanto, todo lo que escribas es tu responsabilidad: cada uno es dueño de sus palabras y de sus silencios, sin embargo, tu libertad no te permite escribir nada ilegal o degradante para otros como tú y como yo. Es por eso que, al menos ese SILENCIO sí impera en este blog.

«el sindrome e», de franck thilliez: por entre las grietas de lo consciente se cuela un extraño

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«Hemos podido descubrir las zonas del cerebro implicadas en el proceso de compra, como la ínsula, que es la zona del dolor y el precio, el cortex prefontral medio, el putamen o el cuneo. Pronto bastará que una anuncio entre en su campo visual o sonoro para que tenga impacto en su cerebro. Aunque sus ojos o sus oídos no presten atención, habrá sido concebido de tal manera que estimulo los circuitos de memorización y el proceso de compra» F.T.

Cuando Perseo entró en la cueva de las Gorgonas se cuidó mucho de llevar su bruñido escudo de bronce para evitar mirar directamente el horror de la mirada de Medusa y así quedar convertido en piedra.

Dudo mucho que esta referencia, algo pedante y traída por los pelos (otra broma involuntaria), haya venido a la mente de algún lector de la novela que nos ocupa. Muy posiblemente se acomode mejor esa secuencia estremecedora de la película “The ring” donde las víctimas de la maldición morían sólo con ver un video endemoniado. O esa estupenda novela de Josh Malerman titulada «a ciegas», donde un horror desconocido que  ataca al género humano hasta hacerlo enloquecer, se introduce también por la mirada. 

En la novela, el simple visionado de una antigua película muda produce consecuencias extrañas en la persona que la ve. Desde la alteración del ritmo cardíaco hasta la aparición de una ceguera de origen incierto.

Su argumento, sin embargo, no trata ni de mitos ni de maldiciones. Trata más bien del mal que subyace en el género humano, de sufrimiento interior, de la capacidad de cada individuo de superar (o no) el condicionamiento de la adversidad, el dolor o las malas influencias.

Y para contarnos todo eso utiliza el vehículo de la mirada. La idea de que, si bien los ojos son la ventana del alma, esa ventana abierta al vacío de los otros también puede ser una invitación a que el horror ajeno entre en nosotros.

Con gran habilidad argumental, Thilliez nos presenta una trama basada en la idea de los experimentos sobre las imágenes subliminales en el cine, combinada con una malévola conspiración urdida en los albores de la guerra fría que sabe aprovechar y encauzar hacia la manipulación y tortura psicológica toda la genialidad de un precursor y clarividente cineasta. Y alimentar su locura para desarrollar un “arma” devastadora: nuestra violencia latente liberada del freno de la conciencia, la culpa o la compasión.

A esta trama adictiva se le añade un estilo trepidante y  directo que sabe administrar las pausas y ofrecernos paso a paso, las dosis necesarias de información para que mantenerlos en vilo hasta el desenlace final.

Igualmente, a mi juicio, los personajes principales, están muy bien perfilados y caracterizados. Por un lado, el comisario Sharko, aquejado de una esquizofrenia paranoide que, sorprendentemente, nadie es capaz de detectar. Por otro lado, la teniente Lucie, esforzada madre de familia, muy capaz y competente en su trabajo, aunque no tanto en su vida personal.

 La novela reúne los ingredientes de una buena novela negra con aspiraciones de superventas.

La única objeción que puedo ponerle es que, si bien tiene un final cerrado, el autor nos deja bien claro un “continuará” que a mí, personalmente, me desagrada sobremanera. Todos somos conocedores del mercado y de la necesidad de aprovechar el tirón de un personaje, pero el autor podía limitarse a escribir, sin más, otra nueva novela, sin tener que avisar, sin arrobo alguno, que las peripecias de los personajes van a tener una continuación. Yo prefiero pensar que cada novela es única y no que forma parte de una cadena de montaje perfectamente planificada. Pero yo soy muy raro.

En fin, ahora que viene el veranito, es una buena lectura, interesante y sin complicaciones.

Un saludo.

BIOGRAFIA: Franck Thilliez sitio web oficial (Annecy 1973) escritor francés, ingeniero en nuevas tecnologías. Su primera novela fue El ángel rojo (Train d’enfer pour Ange rouge, 2004),  Le chambre des morts ha sido llevada al cine en 2007 por Alfred Lot. En 2010 publica El síndrome E, primer volumen de un díptico sobre la violencia, seguido de Gataca en 2011 y Atomka en 2012

SINOPSIS EDITORIAL: Un hecho muy extraño altera el verano de la teniente de la policía de Lille Lucie Hennebelle: un ex amante suyo se ha quedado ciego cuando visionaba un cortometraje que acababa de comprar al hijo de un coleccionista recientemente fallecido. Una película, muda, anónima, con un toque malsano, diabólico y enigmático. A trescientos kilómetros de distancia, el comisario Franck Sharko, de la policía criminal, acepta volver al servicio bajo la presión de sus jefes, tras haber abandonado el departamento. Se han hallado cinco cadáveres a dos metros bajo tierra que resultan imposibles de identificar, ya que tienen las manos cortadas, la cabeza abierta y cerebro, dientes y ojos extraídos. Al tiempo que Lucie descubre los horrores que oculta la película, una misteriosa llamada le informa de la relación entre el filme y la historia de los cinco cadáveres, y hace que Lucie y Sharko, dos seres absolutamente distintos, y quizás por ello tan cercanos, se encuentren para investigar lo que parece el mismo caso.

  • Título: El síndrome E
  • Autor : Franck Thilliez
  • Traducción: Joan Riambau Möller
  • Editorial: Destino
  • Año de edición: 2011
  • Páginas: :576
  • ISBN: 978-84-233-4531-1

Autor: loqueyoleo

En un mundo mudo y lleno de ruido y furia, resuena el silencio de las palabras olvidadas entre las páginas de un libro: despierta, comparte y lee.

2 pensamientos en “«el sindrome e», de franck thilliez: por entre las grietas de lo consciente se cuela un extraño

  1. Creo que la voy a comprar y la voy a leer. Has escrito una reseña trepidante, espero que la novela esté a la altura. Y no eres ‘raro’, yo también creo que el final de un libro no debe incluir el explícito «to be continued» del género cinematográfico. Me viene ahora a la memoria el final de El halcón maltés de Dashiell Hammett, en que Spade le dice a su secretaria que haga pasar a la señora con la que mantenía una relación (no recuerdo su nombre y tampoco si era la compañera de su fallecido socio). El final de una novela es, o debe ser, un guiño al lector, debe sugerir que ahí hay un cruce de caminos, debe insinuar el principio de una de esas salidas. Un guiño como el del agente que captura al arquitecto en Extraños en un tren, de Patricia Highsmith. A partir de ese inconcluso gesto, los lectores podemos ‘continuar’ la historia, y no simplemente ‘esperarla’ después del tedioso ‘Continuará’.

    Un saludo.

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    • Hola, Muchas gracias por tus comentarios y por tu intervención. Estoy de acuerdo con tu valoración. Yo creo que un lector serio no debe esperar a que todo le venga dado, también tiene que poner algo de su parte. Ser un lector activo, en suma. Si decides leer el libro verás que tiene muy buena calidad y que, de verdad, hay un buen trabajo de investigación por parte del autor. Yo creo que el final esta algo de más, es como un guiño al mercado. De todos modos no desmerece en absoluto al resto. Disfruta tus lecturas de verano. Una vez más, gracias por tu colaboración. Un saludo

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