Democracia sin Represas

No es sólo un río lo que se embalsa ni carbón lo que se quema.

No es sólo el medio ambiente y la patagonia como patrimonio natural lo que nos convoca.

Creo que muchos sentimos en nuestras cabezas el zumbido, la noción, el presentimiento de que algo no esta del todo bien. La sensación de que vamos sobre un caballo desbocado, una locomotora con mucho fuego en su caldera. De que gritamos y nadie nos oye….

Hemos sido relegados a consumidores/espectadores de la sociedad que se supone que formamos. Tímidos, vemos como una Elite político-económica (pero no necesariamente intelectual) prácticamente auto-designada, decide como nos conviene vivir de acuerdo a la rentabilidad de sus negocios (Asesorados por sus propios expertos, sabios de turno, que no pueden dar una opinión realmente objetiva pues no pueden cuestionar el modelo que les paga).

Así, tras años de años, todos comulgamos (a la fuerza) la fe en el mercado, ese ente-mano-invisible que todo lo regula supuestamente para que algún día la riqueza nos chorree a todos.

Escasas y reguladas vías de participación y decisión nos son permitidas, el descontento y la movilización-social ha sido fácilmente acallado con el crédito. Sin embargo, la colución entre el la elite política y económica, entre estado y empresas es tan obvia y descarada que nuestra paciencia se ha comenzado a acabar. Y así día tras día, país tras país,  voz tras voz, en plazas, bares, calles y redes sociales se siente un nuevo zumbar, un amplio interés por demostrar y manifestar el descontento generalizado, acompañado de interés por hacer fluir nuevas ideas y formas de mirar el mundo, nuevas oportunidades de futuro….

Las ideas sobran, nuevas lógicas y paradigmas han abierto claras posibilidades para nuevos ordenamientos sociales, más sustentables y solidarios, menos metalizados y amigables, que exigen cooperación, colectivismo, menos individualismo.

El desafío ahora es ponerlas en la agenda, en la red, en la calle, reclamar el derecho a participar en el desarrollo de nuestro país, de nuestra sociedad. Exigir el aprovechamiento eficiente y sustentable de nuestros recursos, el respeto de los derechos y leyes laborales, el derecho a  educacion y salud de calidad. Pero por sobre todo, hacer valer nuestro derecho a participar, a decidir, a vivir en una democracia sin represas.

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