SECOND+LOS ÚLTIMOS BAÑISTAS 01OCT11-LA MATRIZ CREATIVA-CARTAGENA

El comienzo de algo grande

Ver en directo a Los Últimos Bañistas es lo más parecido a la felicidad. Y a eso contribuye que el lugar es inmejorable. Una sala LaMatriz Creativa que abre sus puertas a un universo desconocido hasta ahora en la ciudad bañista. Nuevos tiempos se acercan, y eso la gente lo intuye, como quien intuye que es el amor secreto de otra persona.

El público es, en su mayoría,  femenino. Y en su mayoría, llevan zapatillas de colores y te miran como si fueras un plato sucio si no vistes con pitillos o tienes el pelo largo por delante de las orejas. Si algún muchacho quiere decirle algo a este tipo de chicas, lo primero que debe hacer es ver programas como Muchachada Nui y airear que ciertos músicos como Enrique Bunbury son odiables, o en caso contrario, las cartas estarán echadas antes siquiera de entrar en su radar.

Y en mitad de ese pensamiento, se empiezan a oír los primeros acordes de Febrero, con la que uno no puede sino pensar en cuanto corazón habrá desperdiciado el tal Fernando al que se refiere la canción.

Poco después ruge con una potencia desmedida La Fuerza, sin lugar a dudas, la canción más completa del grupo. Un auténtico himno, escondido en mitad del disco, pero que como todo lo que está escondido, está esperando ser encontrado.

A medida que avanza el concierto, esta banda de Cartagena se hace más grande en el escenario. El sonido es contundente y alcanza su momento cumbre con Esto es Evolución.  Y entonces la gente se da cuenta de que esa melodía y la calma, son, en el fondo, la misma cosa.

Y casi sin avisar, presentan en sociedad temas inéditos como Dinero o Números, posiblemente sin ser conscientes de que quien las escuche con atención,entrará en una espiral de insomnio de la cual no será fácil salir mientras esas canciones permanezcan dentro de la cabeza.

La función va poco a poco terminando y uno acaba por rendirse al talento de estos cinco chicos, que lejos de parecer estar de paso, muestran en el escenario una declaración clara de intenciones. Han venido para quedarse. Parece un grupo de otro tiempo. Del tiempo en el que los tatuajes eran para siempre. Como las chicas.

Acaba pues la primera parte. Y llegan los minutos de descanso antes de que empiece la segunda mitad de este apasionante encuentro. Second.

Y con este grupo no se puede ser imparcial. Primero porque son muy buenos. Y segundo porque les tengo un cariño especial. Y es que la primera vez que vi en directo a estos murcianos, me acompañaba la segunda chica más bonita que había visto en mi vida. La primera era ella misma el día que la conocí. Y cuando escuché entonces Invisible, me entraron todas las ganas del mundo de quererla muy en serio. Luego, sin embargo, a ella le fallaron las fuerzas, y a mí me entró el temblor de manos y esas cosas que siempre vienen después.

Y ahora que suena nuevamente esa canción, me pregunto si le molestará mucho que a veces piense en ella. Algo así debió sentir Sean frutos cuando escribió Más suerte. Que pudieron ser todas las cosas del mundo. Y sin embargo, no fue ninguna.

Llega el turno de Rincón exquisito, la canción favorita del público. La conexión es aplastante, a la que contribuye la proyección hipnótica que acompaña de la mano a temas como Conocerte. Aunque si yo tuviera que elegir un único momento de su concierto, este sería el final de Muérdeme, donde uno tiene la sensación de estar escuchando muchísimas mas voces y guitarras de las que en realidad está viendo encima del escenario.  Y eso siempre es bueno.

Las luces se encienden. El concierto ha terminado. Second ha cumplido con creces. Tienen pose, estilo, imagen, tablas y sobretodo, personalidad. Uno sigue esperando a que hagan el hit definitivo que les lleve a la cima absoluta del indie español, posición que ahora ha sabido ocupar Lori Meyers con el pequeño giro de sonido que han conseguido en su último álbum. Y ahí lo dejo.

La gente abandona la sala. Yo miro el móvil y escribo un mensaje. Luego no lo envío y lo guardo en Borradores, junto con otros 121 mensajes idénticos. Esta vez he estado muy cerca de mandarlo, posiblemente por el momento de debilidad al escuchar las canciones que han sonado durante toda la noche. Sin embargo, haberlo hecho hubiera sido peor decisión que pedir una marinera la primera cita. Todo ha terminado. Es hora de volver a casa.

LaMatriz Creativa ha venido a la ciudad. Y por la cara de la gente, parece que estamos ante el comienzo de algo grande en Cartagena. Ya era hora.

P.A

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