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CONDUCTA.- P1C2-4- Información

Información.

Ya el metabolismo, presente en los seres vivos más simples, incluye un continuo intercambio de información con el ambiente. Podríamos definir la información como sigue:

D 6.- INFORMACIÓN es todo aquello que le permite a un sistema en equilibrio conocer cómo es el ambiente que le rodea y su situación respecto del ambiente.

Esta definición es muy amplia pero su utilidad respecto del tema es que tanto los sistemas más simples como los más complejos solo actúan cuando conocen en qué estado se encuentran respecto del ambiente y más concretamente cuando conocen que se ha producido un cambio en su estado de equilibrio. Las acciones de los sistemas en equilibrio, tienden entonces, como ya veremos, a conservar el equilibrio que es la situación más estable y la de mínima acumulación de energía. Al conservar el equilibrio se conservan a si mismos como tales.

Los seres vivos reciben casi toda la información por medio de los órganos de los sentidos que son receptores de energía. En los sistemas más simples la información es el estímulo que obliga inmediata y automáticamente a actuar sin que haya ninguna duda sobre la actuación a seguir.

Todos los sistemas, prescindiendo de su estructura, pueden considerarse simplemente como acumulaciones de materia y por lo tanto poseen una cierta masa que es atraída por otra masa según la ley de Newton. En este aspecto la ‘información’ viene dada en forma de distintas energías potenciales asociadas a los distintos puntos que ‘obliga’ a los sistemas, si no encuentran ningún impedimento, a trasladarse a los puntos de menor energía potencial, y preferentemente por el camino en que se pierda más aprisa la energía. Esta pauta de conducta es innata y consecuencia obligada de la naturaleza material del individuo.

E 11.- En efecto, ilustrando lo dicho anteriormente: todas las esferas, por una pendiente, ruedan hacia abajo sin que nadie les haya enseñado que deben rodar; ruedan porque son esferas; es su instinto. Ruedan, porque tienen tal estructura o forma que les permite hacerlo y reciben, en forma de fuerza gravitatoria la ‘información’ de dónde está el punto de menor energía potencial al que pueden acceder, o de equilibrio estable, que siempre está en la parte baja de la pendiente.

Conforme la estructura (interna) de un sistema va complicándose, aparte de ese camino directo de recepción y uso de la información, el camino que sigue la información hasta que el sistema responde al estímulo del ambiente puede adoptar formas menos directas. Un ser vivo, frente a ciertas informaciones puede incluso dejar de actuar ‘si lo considera mejor que actuar’ y por lo tanto puede elegir, a continuación, la actuación más adecuada. Al aumentar la complejidad de la estructura del ser vivo, aumenta su capacidad de ‘recuerdo’ de cual fue el resultado de sus actuaciones anteriores en circunstancias similares, aumenta la gama de actuaciones posibles frente a un mismo estímulo y con ellas aumenta la posibilidad de elegir entre las varias actuaciones posibles no sólo en base al instinto sino también en base a la formación recordada.

La capacidad de ‘elegir entre’ es lo que se conoce como INTELIGENCIA, que etimológicamente tiene el mismo origen (= inter-eligere en latín). La inteligencia de los seres vivos más complejos es su capacidad de sorpresa, su libertad de elección y su capacidad de investigación previa a la actuación o de actuación reflexiva.

Hay un paralelismo entre complejidad y grados de libertad en Física, que se conoce como regla de las fases, cuyo enunciado sería:

E 12.- En un sistema en equilibrio, el número de fases (partes perfectamente diferenciables con el mismo comportamiento físico) más el de libertades (características del sistema que pueden variar con independencia de cómo se comporten las demás características sin destruir el equilibrio) es numéricamente igual al número de componentes (especies químicas distintas del sistema) más dos.

Aunque sólo sea dicho de paso este enunciado por si mismo es un alegato a favor de la diversidad de especies distintas en un sistema, por ejemplo en un ‘ecosistema’. La diversidad por si misma es una fuente de estabilidad y de libertad, o al menos de libertad física.

La información se recibe por lo tanto en distintos grados de simplicidad (e inmediatez) o de complicación (y reflexión o grados de libertad). Las informaciones más complejas sólo las captan los sistemas preparados para ello que elegirán en cada momento su forma de actuación en función del estado del sistema (instinto, formación) y del ambiente (estímulo) y de la situación recíproca entre ambos, haciendo uso de sus grados de libertad disponibles según su nivel de inteligencia.

De forma análoga un sistema puede reaccionar de una manera más inteligente frente a las distintas situaciones del medio externo si no pierde grados de libertad, si por su formación o por su educación, las reglas del juego le permiten adoptar una mayor diversidad o riqueza de actuaciones.

Lo que resulta invariable en la información es que para su transmisión emplea siempre fuentes de energía. La mayor parte de la información que recibimos los animales la captamos con nuestros órganos de los sentidos, que son receptores de energía.

Con frecuencia la información se estructura en forma de «modelos», sobre todo cuando proviene de un sistema organizado. Es lo que se trata en el siguiente apartado.

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