Alberto Híjar Serrano

El homenaje de la Secretaria de Cultura y el INBA a Arturo García Bustos el próximo martes 8 en el Palacio de Bellas Artes, en nada disminuye la culpa de ignorar el octogésimo aniversario del Taller de Gráfica Popular, el más importante centro de producción gráfica que haya existido. A cambio, la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de México, inaugura una muestra de 58 estampas en las rejas de Chapultepec sobre el muy concurrido tramo del Paseo de la Reforma por su vecindad con el bosque. El lunes 31 al medio día se abrió al público, ahí permanecerá durante el mes de agosto y en los meses siguientes pasará a un espacio semejante en Iztapalapa para finalizar en el Instituto Politécnico Nacional de Zacatenco, al norte de la ciudad, ahí donde no hay galerías de arte, ni salas de concierto ni centros de las artes.

TGP 80 inicia con el grabado emblemático de Leopoldo Méndez en homenaje a José Guadalupe Posada que aparece sentado frente a su mesa de trabajo viendo a través de un ventanal la feroz golpiza de policías a caballo a un grupo de ciudadanos. Atrás de él, Ricardo Flores Magón lleva en la mano el periódico anarquista Regeneración. No se conocieron los dos personajes, pero vale la relación imaginaria porque ambos significaron las vidas de los explotados y también la de héroes, mártires y famosos del espectáculo, como los toreros Ponciano Díaz y el infortunado Granero, sufriente hasta el punto de que su carroza fúnebre fue embestida por un transporte público, según hace constar Posada. Regeneración, a la par, dio cuenta de las luchas contra el porfirismo, recibió colaboraciones de distinguidos militantes libertarios de otros países y dio a conocer el programa del Partido Liberal Mexicano que recoge la línea antiimperial republicana y patriótica de los liberales juaristas para actualizarla en beneficio de la Revolución necesaria. Todo un manifiesto: gráfica y luchas populares, como propone la Declaración de Principios del TGP.

El antecedente del TGP en la Escuela-taller anunciada en un cartel, como resultado de la discusión agria entre Siqueiros y Rivera en 1934, intervenida por la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios para alcanzar un acuerdo político-estético. Siqueiros comunista y Rivera trotskista, produjeron un memorable documento que incluyó la organización de la Escuela-taller con sus cursos de formación teórica y práctica. En 1937, Leopoldo Méndez, Pablo O´Higgins y Luis Arenal, fundadores de la LEAR contra el fascismo y el nazismo, la Guerra Mundial, la amenaza imperialista a la URSS, la Cristiada levantada contra la educación laica, reunió a trabajadores de la cultura muy diversos en especialidades y creencias. El TGP nació con una declaración de principios que puede leerse en la exposición. La incorporación al TGP de Hannes Meyer quien dirigiera la Bauhaus, organizó La Estampa Mexicana para editar álbumes gráficos y libros de escritores refugiados y de mexicanos tan ilustres como Juan de la Cabada.

No todo fueron puños cerrados, represiones, condenas a las dictaduras y a los cristeros, celebración de la expropiación petrolera y el reparto agrario y exaltación de héroes y mártires, sino también importan las presencias del paisaje rural y urbano, los personajes pobres de la vida cotidiana, las familias trabajando, las maternidades, las narraciones de la explotación extrema como el regreso en barco de indocumentados enloquecidos al perderse en el desierto. La ternura ocupa lugar importante en las urgencias populares. Fany Rabel contaba su desazón comunicada a Leopoldo Méndez por no frecuentar las representaciones insurgentes a lo que el maestro respondió asegurando la ternura como derecho revolucionario. Cierto, el amor pleno es de izquierda profunda, de combatientes como precisa Roque Dalton, de amorosos que en la calle “somos mucho más que dos” según precisa Benedetti, de los amorosos desentendidos del trabajo productivo como afirma Sabines. “El Niño Judío” de Fany, entre alambres de púas, fue emblemático para los perseguidos en Europa. Su dibujo y grabado de la caravana de mineros bendecida a un costado por una mujer con rebozo, prueba la vigencia de la ternura construida en la solidaridad.

En otra exposición que haremos en noviembre en el Museo de la Revolución, al pie de su monumento, irá un grabado de Mary Martín, transterrada española en México, en solidaridad con la Revolución Cubana. Álvarez Amaya lo entregó a Fidel quien respondió agradecido con una carta que exhibiremos como prueba del alcance de la solidaridad que incluye a Guatemala, Vietnam, Chile, África, todo reunido en el grabado de Reynaldo Olivares con Marx, Engels y Lenin en un costado y los pueblos insurrectos en su base.

Paisajes y personajes de la ciudad, la ironía de Alfredo Zalce con el título de “México se convierte en una gran ciudad” hace ver al pepenador, a los sin casa, a la basura alimentadora de los pobres más pobres, todos con una gran torre al fondo. De Iker Larrauri es “El sureste ayer, hoy y mañana” con una gran cabeza olmeca al frente, la selva y al fondo, las torres petroleras. Hay también una calavera bailando con un juez de toga y birrete sobre los derechos de los trabajadores en un libro en el piso, según Pablo O´Higgins, el autor de un almuerzo obrero sobre las vías del tren y las familias trabajadoras con niños incluidos. “El chichicuilotero” y “El hombre del siglo XX” del rubio muralista, pintor y grabador, son obras maestras del dibujo sintético. Alberto Beltrán, el más prolífico ilustrador que haya existido, ofrece la épica nacional acentuada por García Bustos que pone al lado de Zapata con fusil el reproche de “¿Tú, qué has hecho para defender las conquistas por las que nosotros dimos la vida?”. El tzotzil con ojos desorbitados y cadena con candado en la boca de Adolfo Mexiac, cierra la exposición prolongada en la constante reproducción de esa imagen en el mundo insurrecto. Serán miles de visitantes quienes gocen de todo esto.

1 agosto 2017