COMUNICKANDA

Un espacio comunicativo de la Universidad de Estudios Internacionales de Kanda, Japón

Hideki Yamagishi: De Argentina a Alaska… en bicicleta

VIAJEROS HIDEKI (297)

COMUNICKANDA / Por: Shohei Kose

Hideki Yamagishi es un alumno de cuarto año en la Universidad de Estudios Internacionales de Kanda y ha viajado de una manera muy especial por América Latina: recorrió en bicicleta más o menos 24,750 kilómetros desde Ushuaia, Argentina hasta Alaska, durante aproximadamente un año, once meses y veinte días.

Este joven decidió viajar por el interés en conocer un mundo diferente. Muchas personas con quienes se encontró fueron muy importantes para este recorrido. “Casi toda la gente en el camino me apoyó, mientras algunos me decían: ¡Te envidio! por la oportunidad de viajar y conocer muchos lugares”, comenta.

Dormía en las comisarías de policía y cuarteles de bomberos. Cuando les hablaba a los encargados de estos servicios sobre su viaje y su propósito, explicaba que tenía pocos recursos, y en la mayoría de los casos el resultado era positivo. Así, gracias a la comprensión y generosidad de mucha gente pudo ahorrar algo de dinero y seguir en el camino. Esto lo llevó a darse cuenta de la importancia de las relaciones humanas.

Probablemente uno de los lugares más memorables para Hideki es la Patagonia, tierra bien conocida en la parte de sur de Argentina y Chile. Sin embargo, las impresiones que iba anotando en su diario, le permiten rescatar otras memorias. Ahora, cuando revisa sus páginas, encuentra las líneas que dedicó a lugares poco conocidos pero que también le parecieron hermosos. Sobre todo por los sencillos momentos que se pueden encontrar en la vida cotidiana, como la puesta del sol o el amanecer. Por eso quedaron en su memoria como lugares especiales.

La diferencia cultural

Aunque descubrir otra cultura siempre lleva el reto de la comunicación, Hideki no encontró graves problemas con el idioma. Estudió con mucha dedicación la lengua española en la Universidad de La Plata, en Argentina. Por supuesto, sus estudios en la Universidad de Kanda fueron la base.

Además, constantemente buscaba la mejor manera de estudiar y aprendió mucho de la vida y las personas argentinas. Participó en un equipo de fútbol, siempre hablaba con sus amigos y todos los viernes hacía un asado con ellos.

Al emprender su viaje estaba consciente de que tendría que conocer y experimentar muchas cosas nuevas. Siempre estaba atento a los aspectos culturales particulares de cada lugar.

Comió los platillos más extraños para un japonés, pero que en otros sitios se consumen habitualmente, según cuenta. “Sí, comí un poco de todo: iguanas, conejos, alces, pájaros, gusanos, saltamontes y otros insectos…”. Para su gusto, los grillos o saltamontes que probó en México tienen un sabor un poco picante y amargo, pero le gustan…especialmente los “chapulines colorados”.

Además de probar la gastronomía, tuvo la oportunidad de acercarse a otros aspectos de la cultura, como la música y las fiestas tradicionales en cada lugar. Cada día, encontraba algo nuevo. Por casualidad le tocó asistir a un Festival Mundial de Salsa, en Colombia y dice que los bailarines eran espectaculares. También vivió la experiencia de participar en otras fiestas tradicionales, en pequeñas poblaciones.

Sobrevivir

Hideki recomienda a otros interesados en este tipo de experiencias, informarse bien antes de viajar, por si hay algún lugar peligroso; saber por dónde se puede pasar o si se necesita algo especial.

Cuando cruzó el desierto de Atacama, que es muy grande y se extiende casi 400 kilómetros, en Chile, consideró dónde y cuántas horas descansaría o cómo llevaría y conseguiría comida. Además -agrega- el sol quema intensamente.

En otros lugares, decidió mandar alimentos a cada puesto de correos de alguna ciudad que estuviera 100 ó 200 kilómetros más adelante, por si acaso no había lugar para comprar comidas y bebidas.

Otro producto que descubrió en el trayecto y le ayudó fue la quinua, una semilla que parece una especie de cereal muy ligero que contiene proteína. Para conocer este tipo de productos siempre es necesario buscar mucha información antes e ir descubriendo sus propiedades.

Esta aventura tuvo ineludibles dificultades, de todo tipo. En ocasiones, los problemas tenían que ver prácticamente con cuestiones vitales. Por ejemplo, calculó que dos días serían suficientes para cruzar las montañas de 3 mil 800 metros de altura que están situadas entre Chile y Bolivia. Pero fue imposible en la práctica. En la realidad tardó 3 días y medio en atravesar ese tramo. Al segundo día de surcar las montañas, se agotó el agua que llevaba. Seguir avanzando sin bebida, era muy duro. Entonces, vio las cumbres nevadas y se le ocurrió una idea elemental: recogió nieve y la derritió para conseguir agua. Esta técnica lo salvó también al cruzar Alaska, al final de su viaje

La comunicación y los días críticos: marzo de 2011

Durante todo su trayecto, Hideki se mantuvo alejado de ciertas comodidades y dispositivos tecnológicos. En ocasiones, se ponía en contacto con su familia o actualizaba su blog de viajes en los lugares donde había conexión a Internet o Skype. Muchas veces utilizó el servicio postal ordinario para mantenerse en comunicación con sus seres queridos, meta que en ocasiones no se cumplió… “mi mamá me enviaba postales, y yo también envié a mis amigos, pero algunas no han llegado todavía…deben estar en algún misterioso destino”, dice resignado.

Desgraciadamente, la falta de comunicación llegó a ser un asunto serio en los días críticos a partir del 11 de marzo de 2011, cuando ocurrió el trágico sismo y tsunami que golpeó Japón y que se considera la mayor catástrofe en tiempos recientes. Hideki estaba en pleno trayecto, sin conciencia de las novedades sobre el acontecer mundial, por lo que tardó tiempo en enterarse de lo sucedido. Cuando tuvo detalles de lo que había pasado, fue difícil comunicarse con su familia. Preocupado por su gente y su país, buscó la manera de enviar un mensaje pero no pudo recibir la respuesta sino hasta una semana después. Por fortuna, su familia estaba bien.

La dificultad más grande

Una de las mayores dificultades para Hideki fue la terrible sorpresa de que le robaron su bicicleta mientras compraba un mapa, en solo cinco minutos, en Lima, Perú. Como la bicicleta era muy importante para seguir su viaje, la buscó desesperadamente, pero no pudo encontrarla.

Habló a su madre y sus amigos sobre lo que pasó para tranquilizarse y considerar lo que podría hacer luego. Su madre le aconsejó olvidar lo que había pasado y pensar al día siguiente, con mucho sol, porque -le advirtió- en la oscuridad no se le podría ocurrir una buena idea. Pensó en varias opciones: seguir viajando sin bicicleta; con otra bicicleta; regresar a Argentina y estudiar de nuevo; ir a España para conocer gente nueva; dejar su viaje y volver a Japón…

Finalmente, eligió seguir viajando en bicicleta, porque realmente era su deseo original. Para eso, tenía que comprar algún equipo básico y, por supuesto, otra bicicleta. Encontró una buena y nueva pero estaba fuera de su presupuesto: costaba 550 dólares. Negociando con el dueño de la tienda, obtuvo un considerable descuento de 175 dólares…todo por el gran impacto que le causó escuchar sobre la aventura de este joven japonés.

“Él siempre había querido viajar con su hijo por todo Perú, y no podía creer que yo estuviera recorriendo el continente”, recuerda Hideki. Luego de mostrarle las fotos y hablarle sobre su proyecto de viajar hasta Alaska, el comerciante decidió apoyarlo.

¿Qué es viajar?

Hideki comenta cómo ha cambiado su manera de pensar y de ver el mundo con este viaje. Las imágenes de los países que conocía a través de la televisión o libros antes de viajar y la vista que tiene ahora, después de ver la realidad, es diferente.

En su opinión, viajar ha significado obtener la oportunidad de conocer cosas nuevas, gente, comidas, hábitos poco comunes y descubrir la verdad por sí mismo. Y todo esto, agrega, le ha servido para profundizar su propio conocimiento como ser humano.

Mientras realizaba su viaje, Hideki iba escribiendo un diario. Sus páginas están llenas de información y son también el reflejo de los sentimientos que iba experimentando.

Considera que su diario es un tesoro para él y que algún día querría compartirlo con alguien como sus hijos en el futuro, para que sepan algo de su insólito viaje.

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Esta entrada fue publicada el 18/01/2014 por en Actualizaciones.