“Hay dos cosas en la vida que no se pueden cambiar: la palabra pronunciada y la oportunidad perdida”. Espero que nadie se arrepienta de no hacer un viaje de cooperación como este.

Bueno bueno bueno… pues de momento, como tod@s sabéis me regresé, a España el 11 de Enero y hasta dentro de un tiempo tendré que estar aquí.

Quería compartir con tod@s vosotr@s la experiencia de la vuelta a mi vida antes de viajar a El Salvador. Tener que regresarme a mi país me creaba muchos sentimientos bien confusos y a  veces contrapuestos, ya que tenía muchísimas ganas de ver a mi gente y a  mi familia, pero sentía que allí también ya tenía mi familia y a mis amigos, claro está no es igual.

Bueno cuando regresé se me hizo muy dura la idea de pensar que aún quedaban muchas cosas que hacer en El Salvador y que tenía que regresarme cuanto antes, a si que entre el cambio horario, la adaptación a la comida a mi casa y a mi gente, los primeros días fueron muy caóticos y tristes.  Poco a poco yo pensaba que tal y como estaban las cosas con la crisis, iba a tardar más tiempo de lo previsto en regresarme…

Comencé a buscar trabajo, a mirar becas, ofertas de voluntariado internacional, formación en el extranjero, pero todo está un poco paralizado porque aún no saben si habrá dinero para los proyectos y demás temas sociales.

Mientras, intentaba rehacer mi vida como antes, con mis amigos y demás, pero algo había cambiado y no era sólo yo. En seis meses parece que nada puede cambiar tanto, pero te das cuenta de que realmente sí  y de que esta experiencia que he vivido, por mucho que explique a mis amigos, por mucho que muestre fotos y cuente anécdotas…. Es algo para mí, sólo yo podré entenderlo.

También me costó mucho dejar de pensar todo el día en mi Lucita, en Lukas, en Tomasa,  en Freddy, en Saade,… en La gente de Fábrica de sonrisas, en las chicas de la Concertación Feminista, en los peques de aldeas, … en toda esa gente y esas vivencias que han sido únicas y me han hecho cambiar un poco más aún mi visión sobre el mundo.

Necesitaba de nuevo encontrar la felicidad aquí y para encontrarlo me ayudé de mis amigos y de mi familia, pero sobre todo de mi voluntariado. No sé si he mencionado alguna vez el trabajo voluntario que realiza la asociación de ADYF, Amigos Dentro y Fuera del centro penitenciario Madrid II, pero si lo he hecho lo recuerdo jeje.

ADYF se dedica a trabajar con personas que se encuentran en la prisión. Realiza talleres de ocio, teatro, manualidades y todo ello gracias a las voluntarias que acuden todos los sábados de cada mes por la mañana a intervenir y trabajar con ellos. Nuestro objetivo es  mejorar la calidad de vida de los reclusos y ex -reclusos mediante el apoyo dentro y fuera de la prisión.

Regresar de nuevo y ver a mis chicos en los talleres del sábado por la mañana, fue una gran razón para sonreír, para ver mi vida de otra manera y para entender que aquí puedo no tener visitas como en Fabrica, pero si tengo la oportunidad de poner acercarme a una persona, conocerla y aceptarla tal y como es.

También sé que algunas personas ya sabrán que pertenezco al Grupo Scout Alondra 224 de Torrejón de Ardoz desde hace bastantes años. Ahora estoy de Scouter (monitora) con el grupo de peques de edades comprendidas entre los 8 y los 12 añitos.  Ellos también fueron una de las cosita que más eché de menos y que al llegar más alegría me han dado.

Con ellos hemos salido de acampada, hemos hecho talleres, juegos, danzas pero sobre todo, intercambio cultural o de ocio entre culturas. Yo enseñé algunos juegos y danzas aprendidas en España a la gente de el Salvador. Estando allí también aprendí muchas cosas que ahora enseño aquí. Para mi es todo un orgullo ver como se han aprendido la canción de “mono”, ya que han podido mediante esa danza, conocer algunas de las cositas culturales salvadoreñas bien curiosas que yo les he ido compartiendo.

Pronto regresaré de nuevo y seguiré aprendiendo danzas, ya que haré conected con algún grupo scout de allí para poder aprender más. Sé que puede parecer algo insignificante aprender danzas o juegos, pero con cada danza y cada juego aprendo la cultura, los valores y la forma de vivir de cada grupo, y eso a mí me llega!!!!

Espero seguir escribiendo cosas lindas cuando esté en El Salvador. Nos vemos pronto y muchísimas gracias a todas las personas que están a mi lado y me apoyan en todas mis decisiones.

Irene Corrales